Las migraciones estadounidenses a Texas
Uno de los temas más polémicos y delicados del continente americano fue cuando EEUU le quitó el 50% del territorio a México. Esto fue una consecuencia de la intervención estadounidense o como lo conocen los yankees: Mexican-American War.
Para entender la situación desde una posición neutra, comprenderemos que el siglo XIX inició con mucha fuerza en América. Las independencias de los países latinoamericanos dejaron países débiles y sin una sólida administración.
Se intentaron conservar las mismas fronteras que los españoles dejaron, pero el control era débil por el caudillismo y la corrupción que amenazaba a varios territorios, entre ellos, a México.
Por el contrario, los Estados Unidos estaba en su etapa de crecimiento económico. Las guerras que libró este país contra los canadienses en 1772 y contra los ingleses desde 1776, fortalecieron las colonias con experiencia armamentista y la capacidad de defenderse de la invasión del Imperio más poderoso. En 1812 conseguiría retener su independencia ante una nueva invasión británica y se consolidaría aún más como poder regional.
Los estadounidenses sabían que para preservar dicha independencia, tenían que volver rica su nación. La unión de sus colonias se hizo por medio de actos democráticos y expansivos. La frontera quedó abierta hacia el occidente y la expansión no se dio a esperar.
Los montañeses descubrieron el camino hacia el oeste y de manera ardua lograron hacerse paso hacia Oregon para la caza de castores. Junto con ellos llegaron los mormones hacia el oeste y la frontera desde 1850, empezó a poblarse de estadounidenses.
El imperio de la estrella solitaria
Desde 1850, llegaron más colonos a Texas. Venían con ganas de expansión, pero los mexicanos en vez de expulsarlos, les dieron tierras para que las labraran. Se creía que podían enriquecer la región y los impuestos beneficiarían en muchos sentidos las guerras internas del país.
Los estadounidenses que vivían en la costa este no eran ajenos a estos acontecimientos. Ellos veían con avaricia esa frontera. Incluso los presidentes Adams y Jackson pidieron a los mexicanos vender Texas pero ellos no aceptaron, vieron con hostilidad y aflicción el pedido del país vecino.
En 1835, el caudillo-presidente Carlos de Santa Ana, creó una constitución centralista para México. Esto le quitaba varios derechos a los texanos por lo que los colonos estadounidenses proclamaron un gobierno provisional y expulsaron a los mexicanos de la ciudad de San Antonio.
La reacción fue la llegada de Santa Anna con 3.000 soldados mexicanos a El Álamo donde la guarnición de 200 colonos estadounidenses fue liquidada totalmente. El ejército de Santa Anna buscó asesinar hasta el último de los colonos insurrectos, por lo que empezó un plan de limpieza por todo Texas.
EL 21 de abril de 1836, el general Sam Houston, emboscó en un bosque al ejército de Santa Anna, en lo que se conoce como la célebre batalla de San Jacinto. Allí capturaron al presidente caudillista y dispersaron a los soldados mexicanos.
A Santa Anna le dijeron: “Nos das la independencia o te matamos”, Santa Anna prefirió regalar el territorio. El 3 de marzo de 1837, frente a el Álamo, Texas fue reconocido como un estado independiente.
La llegada de Polk al poder
Ciertamente EEUU tenía un plan de expansión por todo el continente. Había tenido fuertes roces con los ingleses, en su afán por querer tomar ciertas posesiones canadienses e instigaba a los españoles a que le vendieran Cuba. Además había comprado Florida y varios territorios a los franceses, como Lousiana.
Ahora que veían a México tan débil y sin ningún afán para vender los fértiles terrenos del norte, buscaron arrebatar Texas. El presidente recién electo, James Knox Polk, era un apasionado nacionalista que buscaba anexar también las tierras californianas.
Polk les hizo una propuesta a los texanos y ellos aceptaron ser uno de los estados del país norteamericano. Pero antes de eso se le hizo muchas propuestas para que México vendiera todos los territorios que ambicionaba, se le ofreció millones de dólares que nunca fueron considerados por los mexicanos.
La guerra
En 1845, Texas fue anexada y México rompió relaciones con el país del norte. Veían una ofensa lo que estaban haciendo los estadounidenses, pero ellos provocaron a México para iniciar una guerra. Polk necesitaba que ellos empezaran primero para convencer al país de la necesidad de combatir.
Los mexicanos mordieron el anzuelo. El 25 de abril, soldados cruzaron el Río Grande y se enfrentaron contra los estadounidenses asesinando un montón de ellos. Polk dijo que “esa fue la gota que derramó el vaso” y declaró oficialmente la guerra a México. Todo fue la excusa para tomar California.
El general Zachary Taylor avanzó hacia Monterrey y lo tomó el 23 de Septiembre con poca resistencia. Polk mandó al general Winfield Scott tomar Veracruz. De allí avanzó hacia la Ciudad de México, por la misma ruta que siguió Hernán Cortés cuando fue hacia Tenochtitlán.
Scott tuvo que vérselas con los mexicanos en Cerro Gordo, pero gracias a unos oficiales pudo flanquear este terreno y llegar sin tantas penas al Valle de México. Desde allí la avanzada se hizo más penosa. Uno de cada siete estadounidenses murió en la batalla del Río Churubusco.
3.000 soldados mexicanos fueron tomados prisioneros y la poca defensa mexicana hizo caer en derrota al país. No entraron suministros porque los estadounidenses bloquearon el mar, impidiendo la llegada de cualquier contingente francés o inglés. Esto era necesario, pues los dos países estaban interesados en evitar a toda costa el crecimiento de los Estados Unidos (y su eventual transformación en una gran potencia) por lo que seguramente habrían apoyado a México, de haber tenido la posibilidad.
La victoria fue total para los estadounidenses y se mandó traer a Santa Anna que estaba exiliado en Cuba, para que se pusiera a la cabeza de México y negociara un nuevo tratado con el país vecino. Santa Anna aceptó y llegó triunfal al país pese a haber sido el culpable de la independencia de Texas apenas unos años atrás.
Lo cierto es que Carlos de Santa Anna se puso a la cabeza de un ejército memorable para rechazar a los estadounidenses en Buenavista, el 23 de Febrero de 1847. Santa Anna perdió una carga de caballería contra los hombres de Taylor. La victoria fue indecisa.
Mientras tanto en la ciudad de México, los estadounidenses marcharon al Molino del Rey, en una batalla sangrienta donde varios perdieron la vida. El avance era lento pero preciso. Faltaba tomar la colina fortificada de Chapultepec para que el triunfo fuese total.
El 13 de septiembre, los estadounidenses avanzaron hacia la colina, custodiada por 3.000 soldados y 47 cadetes. El avance del invasor fue sangriento, pues murió una cantidad enorme en la travesía. La desorganización y la falta de líderes mexicanos sólidos hizo que los estadounidenses tomaran el castillo.
Cuando estaban poniendo sus banderas de victoria, seis niños cadetes dispararon contra los hombres de Scott, matando certeramente a varios oficiales. Esos cadetes fueron finalmente asesinados a balazos por el contingente estadounidense. Luego los mexicanos los convirtieron en los “niños héroes”.
Los soldados avanzaron hasta la plaza principal, encontrando cada vez más, menor resistencia. Los estadounidenses estaban bien organizados y no hacían actos vándalos sino obedecían fielmente lo que les mandaba el oficial.
Cuando llegaron a la plaza y se encontraron con la gigantesca catedral. Enarbolaron la bandera estadounidense. La derrota mexicana fue total. El tratado Guadalupe- Hidalgo, fue el acuerdo donde México cedía más del 50% de su territorio a EEUU (es importante recordar que en tiempos de la Independencia gran parte de lo que hoy son los territorios occidentales de Estados Unidos pertenecían en verdad a México).
Consecuencias de la guerra contra México
Alta California, Nuevo México, Utah, Nevada, Arizona y partes de Colorado y Wyoming pasaron al control estadounidense. Aun así los invasores pagaron una indemnización de 15 millones de dólares por la cesión territorial.
Las consecuencias se hicieron sentir por varios lados. Los nuevos territorios no trajeron paz a EEUU, por el contrario, los estados del sur como los del norte lucharon ahincadamente por imponer sus sistemas de leyes en esos nuevos territorios.
El antiesclavismo y el esclavismo se enfrentaron al inicio en el Congreso, pero la lucha se fue saliendo de las manos, hasta terminar en una guerra donde los Estados Unidos perdieron más de un millón de hombres: la Guerra de Secesión, de la que hablamos en el artículo El Día que Murió la Esclavitud.
En el caso mexicano, las consecuencias también fueron desoladoras. El estado debilitado tuvo que hacerle frente a los españoles, ingleses y franceses. Las invasiones europeas se aprovecharon de la debilidad y le impusieron graves sanciones a México, que no pudo pagarlas.
Así se veía la frontera entre los países antes de la Guerra
El país fue intervenido y en los años sucesivos los franceses impusieron un emperador austriaco. México vivió eso para convertirse en un estado soberano. Enfrentarse a los franceses y repudiar a los extranjeros, lo convirtió en un estado soberano y democrático.
La experiencia de estas guerras americanas son parte de un túmulo de eventos que describen muchos elementos que no han cambiado de la realidad americana. Hoy en día las tensiones territoriales se siguen sintiendo con mucho ahínco.
Fuentes:
- Samuel Eliot Morison, Henry Steele Commager y William Leuchtenburg. Breve historia de los Estados Unidos. FCE, 2017 (Quinta impresión)
- https://es.wikipedia.org/wiki/Intervenci%C3%B3n_estadounidense_en_M%C3%A9xico#Castillo_de_Chapultepec
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