El problema de poder conciliar el sueño cada noche, lo sufre un estimado del 30% de la gente de todo el mundo, según indican investigaciones recientes. La causa estaría en el estrés producido por las diferentes actividades y exigencias cotidianas, que consumen casi la totalidad de las energías y exigen dormir casi 8 horas diarias.
Pero el dilema es para quienes de esas 8 horas, deben descontar el tiempo que requieran en poder desconectarse del todo y esa desesperación los induce a dar vueltas y vueltas en la cama, viendo correr el reloj de manera frustrada. Pero las soluciones han sido estudiadas, tanto por la ciencia oficial, como militar. Veamos algunas técnicas para quedarse dormido en un minuto:
La técnica 4-7-8
Existen numerosos testimonios de resultados positivos con esta poderosa y sencilla práctica, que no requiere invertir dinero, ni mucho esfuerzo. Se han efectuado distintos estudios científicos que lo apoyan.
Consiste en acostarse en la cama cómodamente y traer al pensamiento los números 4, 7 y 8, pues éstos van a demarcar la respiración ideal, para inducirse en un sueño profundo. Primeramente se inhala aire por la nariz de forma natural y durante 4 segundos. Se debe retener la respiración 7 segundos y luego exhalar durante 8 segundos. Repetir este ciclo continuamente, producirá un adormecimiento que en muchas personas tarda un minuto para desconectarse por completo de este plano.
La técnica de los militares
Se descubrió cuando trascurría la segunda contienda mundial, como consecuencia del insomnio que se generaba en los pilotos estadounidenses, que les afectaba significativamente en la batalla al verse reducidos sus reflejos y debilitada su toma de decisiones acertadamente.
Entonces las mentes brillantes del ejército norteamericano pudieron hallar una manera para que los pilotos pudiesen obtener un maravilloso descanso, sin necesidad de que fuese de día o de noche, sino a la hora en que lo necesitaran. Este método se publicó en 1981 en la obra escrita intitulada “Relax and Win: Championship Performance” y se mostró cómo practicando durante 6 semanas sin parar, casi todos los soldados eran capaces de dormirse en un minuto después.
La técnica se diseñó con el fin de que se pudiera aplicar en cualquier instante donde se tenga la oportunidad de acomodarse y relajarse. Al hacerla de manera concentrada, se relajan los músculos y la respiración, así como la mente.
Veamos los pasos:
En primera instancia, debe seleccionarse el lugar del descanso; puede ser una cama, una colchoneta, un sofá, una silla, etc.
En seguida, cerrar los ojos y concentrarse en sentir los músculos del rostro, con la intención de que se relajen. Visualizar la lengua, la mandíbula, los párpados, la frente y las cejas.
El paso posterior consiste en visualizar desde la cintura para arriba, imaginando que todo está relajado, como si estuviera suspendido en el aire. Se prosigue con los brazos, empezando con el dedo gordo de la mano derecha. Al final de recorrerlos con el ojo de la imaginación, se tensan lo más fuerte que se pueda por unos segundos y se relajan nuevamente. Se finaliza esa parte haciendo lo mismo con el pecho.
Ahora se trabaja con la parte inferior del tronco. Se comienza con el pie derecho hasta visualizar toda la pierna de forma rápida. Luego con la izquierda.
Cuando ya se ha realizado una relajación parcial de los músculos del cuerpo, se está preparado para tranquilizar la ruidosa mente. Aquí la concentración y la voluntad deben aumentarse. La meta es lograr por lo menos 9 segundos sin pensar, con la mente en total silencio. Lo primero que se notará que llega a la pantalla del intelecto, son las distintas preocupaciones del día. Cada pensamiento se debe desechar y luchar por obtener esos segundos de silencio en la cabeza.
Al proceder con esta rutina cada día, cada noche, en unas cuantas semanas se llega al nivel de poder dormirse en un solo minuto, afirma Lloyd Winter, autor del libro “Relax and Win: Championship Performance”, quien además es un resaltado entrenador de atletismo.
Lloyd explica que el sistema nervioso central es lo primero que se altera cuando se sufre de insomnio y de dificultad a la hora de conciliar el sueño y mantenerlo durante un periodo considerable. Los efectos de no poder dormir son muy negativos y variados, como por ejemplo se bajan las defensas, se atrofia la memoria, el peso corporal aumenta, etc.
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