Es una de las grandes preguntas, y es similar a preguntarnos de dónde venimos antes de nacer. Y es una pregunta que no podemos responderla en forma definitiva, a menos que adoptemos algún tipo de creencia.
¿A dónde va la gente cuando se muere?
Cada religión tiene su propia explicación, y tiene diferentes lugares a los que puede ir o no ir. Pero antes de continuar debemos pensar en ¿qué es el ser humano? ¿de qué está constituido? ¿qué partes lo conforman?
De acuerdo a muchas concepciones filosóficas y religiosas, el ser humano es un trío de materia, alma y espíritu. Pero entonces, si tal es el caso, la forma de la pregunta no está bien planteada, o necesita ser más concisa, más específica. Por ejemplo:
- ¿A dónde va el cuerpo físico cuando una persona muere?
- ¿A dónde va el alma cuando una persona fallece?
- ¿A dónde va el espíritu de una persona fallecida?
¿Cuál es la diferencia entre alma y espíritu? De seguro que este artículo no tiene intención alguna de responder, sino de generar más preguntas, más interrogantes. ¿Es el alma inmortal? ¿Es el espíritu inmortal? Sólo es inmortal aquello que nunca hubiera sido creado, de lo contrario hemos de advertir que todo lo que tiene un principio tiene un fin. Y, en el caso que sea eterno ¿tiene sentido vivir una única vez con cuerpo físico y pasar la eternidad como entidad etérica deambulando en el espacio?
Sólo estamos convencidos de algo: Cuando el cuerpo físico de una persona muere, va al cementerio, o se convierte en cenizas, y todo ello tarde que temprano vuelve a la tierra y sirve como abono, y los átomos son reciclados en nuevos organismos. Esto en cuanto al cuerpo, en cuanto a la parte física.
Y, si esto ocurre con el cuerpo físico ¿no es válido pensar que algo similar sucede al alma? La diferencia sería que el alma es material psíquico, y que puede tener una duración bastante mayor, pero que, en determinadas condiciones, también puede disolverse para luego conformar el material psíquico que constituya otras formas animadas.
Pero ¿el espiritu? Creemos que el espíritu tiene una condición diferente. Creemos que el espíritu no fue creado nunca (al menos en su semilla) y que, por tanto, no puede dejar de existir nunca. Desarrollo y expansión del espíritu es diferente, semejante a semilla y árbol.
Los diferentes cuerpos del ser humano
Sabemos que tenemos cuerpo físico, pero investigaciones científicas ya han dado con un doble dél físico que es denominado cuerpo vital, y es el que sirve de asiento vital al cuerpo físico. Cuando el cuerpo vital muere, entonces el cuerpo físico muere, y viceversa. Pero también hay quienes dicen que los seres humanos tenemos otros cuerpos, tales como: astral, mental, de la voluntad, del alma y átmico o del espíritu.
Y en cierta forma tiene sentido. Por ejemplo, hay personas que en los sueños se ven en lugares distantes teniendo encuentros con personas, o sitios, o ven cosas que han sucedido en otros lugares. Y cuando vuelven al cuerpo físico y averiguan, resulta que lo que han visto ha sido real. Ese sería el cuerpo astral de cada uno, que es de tipo etérico y que puede viajar a cualquier lugar del mundo sin restricción alguna. Similar sucedería con el cuerpo mental (que sería más sutil que el astral) y el cuerpo de la voluntad (relacionado con la capacidad de crear conscientemente). Los otros dos cuerpos, el budhico y el átmico, no son más que nombres diferentes para «alma» y «espíritu».
Entonces ¿a donde va cada uno de estos cuerpos cuando la gente fallece?
Las dimensiones
Una dimensión es un nivel de conciencia, cada vez con mayor o menor densidad y vibracionalidad. ¿Puede ir la parte etérica de una persona a una región etérica? Parece lógico, así como la parte material sólo va a la parte material (la tierra vuelve a la tierra), y el cuerpo físico vuelve a la región física y se desintegra. Lo interesante es saber que existen muchas dimensiones en la región etérica ¿a cual de esas dimensiones va la parte etérica? Aquí quizás podríamos entrar a lo que algunas religiones han denominado «cielo» e «infierno». La religión católica ya ha admitido que tanto cielo como infierno no existen físicamente, no son lugares, sino lugares de conciencia. El Papa Francisco I ya dijo que el infierno no tiene fuego, y esto es una revelación de bastante trascendencia. Finalmente, consideramos que cada persona, tras su muerte, va a la región etérica que es afín a lo que psicológicamente es: criminal o ávaro, dulce y amoroso, etc., etc.
¿Es posible reencarnar?
Sí que lo es posible. Ya vimos que el cuerpo físico vuelve a la tierra donde cada átomo servirá para ser asimilado en otros seres vivos. El material psíquico, a su vez, también puede asimilarse en nuevos organimos físicos. Si somos capaces de concebir lo que significa eternidad, estaremos de acuerdo que una única existencia, aun cuando durara un billón de años, se disolvería en la eternidad. La eternidad antes de ese billón de años con cuerpo físico, y la eternidad des pués. Eso quedaría como algo insignificante y, en el transcuro de los billones y trillones de años, parecería como si nunca hubiera sucedido, como si nunca hubiera pasado. Y si esa persona quisiera volver a experimentar la vida con un cuerpo físico NO PODRÍA. Eso sería una tiranía, un acto malvado, como si una persona pudiera acercar sus manos al fuego sólo por una vez en la vida.
Todos los elementos en el universo se rematerializan, toman de nuevo alguna forma, luego de pasar por un periodo de aparente desvanecimiento. Eso es todo.