Se puede definir como Introducción al texto inicial que todo trabajo académico debe tener al principio de su cuerpo, de acuerdo a las normas metodológicas, y en donde el autor debe exponer de forma concisa la finalidad del trabajo, así como las razones que lo motivaron y los objetivos que se trazó, elementos que además deben ser presentados de forma que pueda servir como enganche al lector, a fin de estimularlo con continuar la lectura.
Por consiguiente, la Introducción se convierte entonces en la puerta de entrada de un trabajo de texto, la cual dependerá del autor y su éxito literario, el que se encuentra abierta, invitando a la lectura del resto del contenido, o por el contrario sirva de obstáculo para que el lector no se sienta atraído a continuar con su lectura.
Estructura de una introducción
Sin embargo, es mucho más fácil decirlo que hacerlo, puesto que para lograr redactar una introducción atractiva, completa y creativa se necesita conjugar un poco de talento, conocimiento del tema y también una estructura que permita ir mostrando poco a poco lo mejor del contenido, a fin de enamorar al lector, así como informarlo debidamente del contenido del texto, a fin de que sea él quien decida si el trabajo le sirve para su investigación, o puede brindarle el conocimiento que estaba buscando.
En ese sentido, algunas fuentes metodológicas señalan algunos puntos que deben componer la estructura básica de una buena introducción. A continuación, algunos de estos:
1.- De acuerdo a los expertos en este tipo de textos, toda buena introducción debe contar con un primer párrafo, que contenga como primera frase una anécdota, cita, interrogante u oración impactante, que haga que el lector se sienta atraído a seguir leyendo.
2.- Seguidamente, también en ese primer párrafo, el autor debería tratar de sintetizar las razones y motivaciones que lo llevaron a concebir la investigación y realización del trabajo de texto. En este sentido, puede por ejemplo, arrojar algunas cifras impactantes que le den contexto a la importancia de su trabajo. No obstante, también puede recurrir a los distintos géneros literarios, que conlleven a añadirle un tono un poco más dramático a su texto.
3.- De esta forma, el autor puede continuar construyendo la pertinencia de su texto, a través de la referencia a los distintos antecedentes, a fin de darle a la investigación realizada una justificación aun mayor, resaltando su trascendencia.
4.- Una vez superado este punto, el autor deberá desarrollar por cada párrafo algunos de los temas más importantes que toca dentro de la introducción, teniendo cuidado con abordarlos en el mismo orden esquemático que se presentan dentro del texto.
5.- Hecho esto, se deberá redactar un párrafo en el cual el autor le explique a los lectores cuáles fueron sus propósitos académicos, morales, espirituales o intelectuales, que le llevaron a realizar la investigación y redacción del texto.
6.- Igualmente, el autor deberá incluir algunos de los resultados a lo que lo llevó su trabajo investigativo, a fin de que el lector sepa desde el principio a qué se enfrenta, a fin de decidir si quiere continuar o no.
7.- Finalmente, el último párrafo de una introducción deberá construirse en base a un resumen de los que se ha abordado en cada uno de los párrafos de la introducción. Como última frase bien puede expresar cuánto le sirvió la realización de dicho trabajo en su camino de formación, o incluso lanzarle al lector alguna interrogante que sirva para darle un tono más literario al texto.
Tips a la hora de redactar una introducción
De igual manera, las distintas fuentes metodológicas señalan algunos puntos de relevancia a la hora de escribir una introducción, a fin de que esta resulte concisa, completa, objetiva y atractiva, y sobre todo cónsona con los cánones metodológicos. En este sentido, los textos especializados recomiendan seguir algunos de estos consejos:
1.- La introducción debe ser escrita después de realizado el trabajo de investigación. En este sentido, será el último texto que se redacte, pues es la experiencia realizada la que le permitirá al autor manejar a perfección el tema, así como tener un panorama general de la investigación, sus motivos y resultados.
2.- Igualmente, toda introducción deberá ser un texto redactado de manera objetiva, sin la presencia innecesaria de adjetivos calificativos, sino más enfocado en datos, resultados y situaciones concretas.
3.- Así mismo, la introducción es un texto que deberá corresponder a una redacción en voz activa, al tiempo que debe hacerse uso de la tercera persona del plural “nosotros”, aun cuando el trabajo haya sido realizado por una sola persona.
Ejemplo de un Introducción
Resulta pertinente entonces ofrecer un ejemplo de introducción, escrito para una trabajo de investigación sobre el embarazo adolescente en la ciudad de Bogotá (Hernández, 2016) solicitado como requisito de fin de año en el Nuevo Gimnasio Cristiano de esta ciudad. A continuación, el texto:
Mercedes tiene dieciséis años, todas las mañanas se levanta a las cinco de la mañana para repasar un poco los apuntes del curso de manipulación de alimentos, preparar el desayuno, levantar a su hijo de 10 meses, alimentarlo y vestirlo, e irse rumbo a su trabajo en una Fundación de ayuda a madres adolescentes, en donde ella y su hijo están cuidados, hasta las seis de la tarde. Afortunadamente, Mercedes tiene la suerte de ser una de las ochenta muchachas recibidas por la Fundación Fe en Cristo. No obstante, cabe preguntarse si cada una de las diecinueve mil adolescentes que se convirtieron en madres, durante el 2013, en su ciudad: Bogotá, cuenta con la misma atención especializada.
De acuerdo a la institución colombiana PROFAMILIA (2015) se puede definir el embarazo adolescente como el periodo de gestación humano, que ocurre en las mujeres antes de los 19 años. Por su parte, en cuanto a la población específica de la ciudad de Bogotá, la Alcaldía Mayor de esta capital refirió que durante 2013 la cifra de embarazos en adolescentes entre edades comprendidas entre 15 y 19 años se ubicó en 19.003 casos, lo que resulta un indicador preocupante, puesto como han señalado distintas instituciones internacionales el embarazo adolescente es una situación que trae consigo consecuencias psico-sociales tanto para la madre, como para el bebé, y el contexto familiar de ambos.
No obstante, esta misma institución, así como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, indican que el embarazo adolescente se encuentra estrechamente relacionado con situaciones de riesgo social, que al ser abordadas se traducen en una reducción dramática del fenómeno, trayendo consigo la protección de esta población vulnerable, previniendo el embarazo adolescente y atendiendo adecuadamente a las madres jóvenes ya existentes.
En aras de comprobar si esta afirmación corresponde a un hecho verídico, decidimos hacer una rastreo a la gestión de la Alcaldía Mayor de Bogotá, durante el año 2013 y 2014 período en el cual esta institución gubernamental prometió colocar especial interés en los factores de riesgo de este fenómeno social. En este sentido, se pudo comparar por ejemplo el índice de pobreza (considerado como uno de los primeros factores de este conflicto por las implicaciones sociales que tiene) que presentó esta ciudad, en el 2013, el cual se ubicó en 17,3%, mientras el índice de embarazos se ubicó en el 19.003; mientras que al año siguiente, después de la aplicación de los programas destinados a disminuir la pobreza, deserción escolar, desnutrición, entre otros, el índice de pobreza de la capital colombiana se ubicó en 15,8%, presentando dos puntos menos, y la cantidad de embarazos adolescentes también presentó un descenso de 12.2%, situándose en 16.686.
De esta forma, se puede encontrar una estrecha relación en cómo las mejoras en los niveles psico-sociales en realidad sí producen un impacto de importancia en algunas de las consecuencias directas, como es el caso del Embarazo Adolescente. Seguros de esto, se procedió entonces al diseño de una empresa que aplicando las estrategias sociales y económicas que han revelado las distintas organizaciones competentes, buscara atender a esta población en riesgo o afectada ya por el fenómeno, a fin de tender un grano de arena en esta situación que compromete el desarrollo completo de los bebés y madres adolescentes, los cuales sin razón a duda son también parte del futuro.
Imagen: elpensante.com