Probablemente, antes de avanzar sobre las Relaciones de Oposición y Diferencia, sea necesario recordar cuál es la definición que la Lingüística General da sobre el Lenguaje, así como sobre las entidades que constituyen esta institución.
Definición de Lenguaje
De esta forma, vendría bien entonces revisar la noción de Lenguaje manejada por el padre de la Lingüística General, Ferdinand de Saussure, para quien el Lenguaje es un sistema dicotómico de signos lingüísticos, en donde se contraponen y complementan de forma constante Lengua y Habla. En este sentido, la Lengua sería vista entonces como un sistema de reglas, que tiende a ser intangible, inmutable, no dinámico, colectivo y paradigmático, mientras que el Habla es considerado, por su parte, un conjunto de signos de carácter tangible, mutable, dinámico, individual y sincrónico.
Por consiguiente, el Lenguaje es ese conjunto de signos que a la vez reside en la mente colectiva de una comunidad lingüística como conjunto de reglas por las cuales todos los hablantes se orientas, así como por un conjunto de signos que son realizados de forma individual y única por cada uno de los hablantes de esa comunidad, que pese a regirse por el mismo modelo o paradigma de Lengua (Unidad) cuenta con sus realizaciones individuales (Diferencia).
Relaciones de Diferencia y Oposición
En el momento en que un hablante se encuentra frente a la tarea de comunicarse debe cumplir con la función de codificar (si es el emisor) o decodificar (en caso de ser el receptor) el mensaje que constituye el centro del proceso comunicativo, lo cual implica que este Hablante deba escoger entre un número infinito de posibilidades cuál es la que le sirve a perfección para trasmitir el mensaje que desea, o en caso de ser el receptor entender justamente lo que su interlocutor quiere decir.
Sin embargo, cabe preguntarse cuál es ese proceso lingüístico por medio del cual el hablante logra no confundirse entre la gran variedad de signos, identificando justamente el que necesita para comunicarse. Al respecto, los lingüistas señalan a las Relaciones de Diferencia y Oposición como las responsables de que el hablante esté en capacidad de entender que el signo ante el que está es el que necesita, y no otro de las cientos de posibilidades que tiene la Lengua que le compete.
En este sentido, la Lingüística apunta a que un signo lingüístico tiene un valor específico gracias a la oposición que este elemento presenta con referencia a los otros de su misma naturaleza, es decir que por ejemplo el signo /r/ es /r/ no sólo por su forma y sonido, sino porque no es /a/ ni /b/ o /d/, en otra palabras porque el signo lingüístico se diferencia de los otros a través de la oposición que establece con ellos dentro del sistema lingüístico.
Ejemplos de Relaciones de diferencia y oposición
Con respecto a los ejemplos que se pueden encontrar dentro de una Lengua respecto a este tipo de relaciones, los lingüistas afirman que estos son infinitos, pues cada vez que se está frente a un signo lingüístico se enfrenta también al hecho de que este signo resalta y se impone como el correcto debido a las cientos de oposiciones que establece con los otro signos diferentes. Sin embargo, a fin de fijar un poco más el concepto de Relaciones de Diferencia y Oposición, vendría bien observar algunos ejemplos, los cuales se expresan a continuación:
/mujer/
La partícula mujer constituye, gramaticalmente hablando un sustantivo, usado para señalar a uno de los roles de género concebidos por la sociedad occidental. No obstante, a nivel lingüístico se puede decir que esta partícula puede identificarse porque a la vez se diferencia de otras formas como por ejemplo la de la partícula /hombre/ con la cual establece una relación de oposición, es decir, que el hablante pensaría que es /mujer/ porque no es /hombre/ y viceversa.
/a/
Igualmente este tipo de Relaciones de Diferencia y Oposición ocurre entre elementos lingüísticos como los fonemas. Por ejemplo, en el caso del fonema /a/ el hablante logra distinguirlo no sólo por su sonido, sino porque al pronunciar o escuchar el fonema /a/ el hablante sabe que no está en presencia de otros fonemas, es decir que lo que lo lleva a concluir que es /a/ es la relación de oposición que esta partícula establece con los otros signos de su misma categoría. En resumen es /a/ porque no es /d/, /r/ o /t/.
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