De acuerdo al lingüista Roman Jakobson, perteneciente al Círculo Lingüístico de Praga y a la corriente del Formalismo Ruso, el lenguaje presenta seis funciones distintas, de acuerdo al lugar del proceso comunicativo donde recaiga el peso de la comunicación.
En este sentido, según Jakobson, la sexta función del lenguaje es la función poética, la cual coloca su atención en el mensaje, haciendo que el emisor de una forma determinada a su lenguaje, a fin de producir un efecto especial en el receptor, bien sea goce, tristeza, emoción, etc. Así, para lograr el objetivo de esta función, el hablante debe hacer uso de las llamadas figuras gramaticales.
Las figuras gramaticales, conocidas también como recursos literarios o figuras de la retórica, son formas que el hablante usa para enriquecer o alterar su lenguaje, con fines netamente discursivos, es decir que produzcan en el receptor cierta emoción específica, que refuerce el mensaje. De esta manera, se podría decir entonces que las figuras gramaticales son aquellos recursos retóricos que usa el emisor para cumplir con la función poética del lenguaje.
En principio estos recursos eran pertenecientes sobre todo a los campos de la oratoria. Sin embargo, con el desarrollo de las tecnologías y del propio lenguaje han ido quedando sólo para el uso de la literatura, la publicidad y los grandes medios de comunicación, quedando para el dominio del hablante común sólo aquellas menos rimbombantes como la comparación, la metáfora o la hipérbole.
A continuación presentamos algunas de las figuras gramaticales más usadas en el lenguaje y en la literatura, así como algunos ejemplos de ellas:
Comparación
También conocido con el nombre de símil, se usa para señalar el parecido entre dos personas, objetos o situaciones. Muchas veces puede confundirse con la metáfora, no obstante una de las claves para distinguirlos es que cuando se hace uso de la figura gramatical del símil o comparación siempre se usa la partícula “como” en función de nexo comparativo, produciendo figuras mucho más claras que en la metáfora. Un ejemplo de comparación puede ser este:
Tu piel es suave como un durazno
Tu voz es como el terciopelo
Arístides es como un león cuando de trabajo se trata
Metáfora
Esta figura gramatical, bastante usada en la poesía, la cual también tiene algo de comparación, solo que lo hace de manera directa y entre dos elementos que en realidad no se parecen. A diferencia de la figura gramatical de la comparación no usa el nexo comparativo “como”, sino que básicamente trata de decir que un primer elemento es un segundo elemento, aunque ambos no guarden relación de parecido entre sí. Un ejemplo de metáfora lo pueden constituir las siguientes oraciones
Tus ojos son soles de mis mañanas
La sabana es mar donde las garzas bailan
Tu cabello es negra noche de mis tristezas
Hipérbole
Usada hoy en día casi siempre como un recurso humorístico o comunicacional, esta figura gramatical consiste en exagerar intencionalmente un hecho, para así lograr una función poética de asombro en el receptor del mensaje. Un ejemplo de hipérbole lo constituyen las siguientes oraciones:
Te he llamado un millón de veces, y no atiendes
Me muero del frío, cierra la ventana
Se lo dijo en mil quinientas oportunidades
Hipérbaton
Esta figura gramatical consiste en el hecho de alterar (casi siempre invirtiendo) la sintaxis regular de una oración, a fin de crear nuevas formas, que sigan siendo entendibles para el receptor, pero que sin embargo produzcan oraciones con mucho más valor estético. Es un recurso bastante usado en la literatura, así como en la poesía, aunque también tiene presencia en el campo de la oratoria. Un ejemplo de hipérbaton lo pueden constituir las siguientes oraciones:
Encuentra el río su propio cause (en lugar de la forma “el río encuentra su propio cauce”)
Tus ojos una trampa son (en lugar de la forma “tus ojos son una trampa”)
Sopla fuerte el viento en enero (en lugar de la forma “el viento sopla fuerte en enero”
Aliteración
Es una figura gramatical, usada también en poesía y más a menudo en textos escritos, que coloca su foco en la dicción, dotando a una frase de sonidos similares consecutivos, a fin de lograr una función poética de diversión. Un ejemplo de este recurso literario lo constituyen las siguientes frases:
La triste tristeza de esperarte esperanzada
R con R cigarro, R con R barril
“con el ala aleve del leve abanico” (Rubén Darío)
Personificación
Esta figura gramatical se basa en conferir a los objetos inanimados características o cualidades humanas, como sentimientos, pensamientos y hasta lenguaje. Es casi siempre usado en literatura fantástica, bien sea infantil o para adultos. Un ejemplo de personificación lo constituyen las siguientes oraciones:
Las tristes paredes de mi ruina no dejan de preguntar por tu ausencia
El callado ruido se escondió solitario ante los pasos del hombre
El fuego de tus besos abrazó para siempre mis abandonados labios
Fuente de imagen: lengua22ba.wordpress.com