Con la llegada de 1944, los biplanos fueron equipados con ametralladoras; siempre que volaran a una altura de tres mil metros y a 120 kilómetros por hora, estos aviones eran difíciles de detectar y todas sus misiones las realizaban de noche, llegando a efectuar entre diez y quince salidas en un día.
Las brujas de la noche
Siempre volaban en grupos de tres: dos de los aviones actuaban como señuelo y el tercero apagaba su motor, así su presencia pasaría desapercibida y lanzaba las bombas en el objetivo. El ruido generado por las alas de los aviones al rozar el aire, era comparado por los alemanes con el de una escoba, de ahí su nombre: Nachthexen, Las brujas de la noche.
La vida en el ejército
El contexto de la guerra solo agravó una situación con la que tenían que lidiar en su cotidianidad, el acoso; Lyuba Vinogradova, investigadora rusa, aporta los siguientes testimonios de las aviadoras: alejarse de sus familias, el momento en el cortaron su cabello, las bromas que tuvieron que soportar y la violencia sexual, por parte de sus propios compañeros.
Las miembros del escuadrón padecían varias necesidades, las cuales muchas no eran cubiertas por el mismo ejercito como ropa adecuada para combatir, inclusive muchas de ellas diseñaban su propia lencería con la seda de los paracaídas de los aviadores alemanes derribados. El fürher concedía una cruz de hierro (condecoración del ejército alemán) por “bruja” derribada, Hitler creó un regimiento dedicado solo a combatir a las mujeres de esta división de élite.
Al ser discriminadas por sus propios camaradas, tenían que hacer muchos méritos para demostrar sus habilidades, podían escuchar comentarios tan insolentes como: «No quiero enviarte de misión, eres demasiado guapa», «¡A cubierto, hay chicas tratando de aterrizar!».
Un legado poco reconocido
De todo el escuadrón murieron 32 mujeres, incluida la coronel Marina Raskova, sus cenizas fueron enterradas en el Kremlin. Otras de las 23 pilotos como Nadezhda Popova, fueron condecoradas con el título del Héroe de la Unión Soviética, las miembros no fueron tenidas en cuenta durante el desfile de la victoria en Moscú como Polina Guelman, Irina Rakobolskaia, Raísa Arónova o Lilya Litvyak, nunca fueron homenajeadas.
Fuentes:
- historia.nationalgeographic.com.es
- elpais.com/cultura/2016/04/27/actualidad/1461770802_382564.html
Imágenes: 1. redhistoria.com 2. elpais.com
Una idea singular que ayudó a la Antigua Unión Soviética
Marina Raskova abordó el avión ANT-37 y se convirtió en una heroína nacional al recorrer desde Moscú hasta el Lejano Oriente sin escalas y aprovechando su estatus más su amistad con Stalin le propuso formar un regimiento especial de aviación compuesto sólo por mujeres, la idea fue tomada como algo singular, pero las solicitudes para alistarse en el nuevo cuerpo no cesarían en llega.
El escuadrón 588, el terror de los Nazis
El 8 de octubre de 1941, Stalin decretó una orden para que las mujeres se incorporaran a la guerra: 115 mujeres se ofrecieron como voluntarias, tenían entre 17 a 22 años y la primera disposición que recibieron fue cortar sus largas y rubias trenzas.
En un tiempo de seis meses, las nuevas reclutas se entrenaron en combate, manejo de armas, pilotaje y supervivencia que normalmente duraba año y medio. El ejército rojo les entregó unos viejos y anticuados aviones Polikarpov 2, biplanos de los años veinte los cuales se dedicaban a tareas de fumigación y entrenamiento.
Sus uniformes no eran ni siquiera a la medida, usaban los uniformes masculinos y sus botas debían rellenarlas con ropa de cama para evitar que se les deslizaran. Los aeroplanos que usaban eran de madera contrachapada y lona, los cuales no les ofrecían protección alguna contra el frío. Un frío invernal, en un avión helado conllevaba que la piel se quedara adherida de inmediato al fuselaje.
El tamaño de los aviones no permitía que se almacenaran las bombas y era así como muchas de ellas llevaban las armas en su mismo regazo. El primer vuelo fue realizado en un combate contra Luftwaffe el 12 de junio de 1942.
Con la llegada de 1944, los biplanos fueron equipados con ametralladoras; siempre que volaran a una altura de tres mil metros y a 120 kilómetros por hora, estos aviones eran difíciles de detectar y todas sus misiones las realizaban de noche, llegando a efectuar entre diez y quince salidas en un día.
Las brujas de la noche
Siempre volaban en grupos de tres: dos de los aviones actuaban como señuelo y el tercero apagaba su motor, así su presencia pasaría desapercibida y lanzaba las bombas en el objetivo. El ruido generado por las alas de los aviones al rozar el aire, era comparado por los alemanes con el de una escoba, de ahí su nombre: Nachthexen, Las brujas de la noche.
La vida en el ejército
El contexto de la guerra solo agravó una situación con la que tenían que lidiar en su cotidianidad, el acoso; Lyuba Vinogradova, investigadora rusa, aporta los siguientes testimonios de las aviadoras: alejarse de sus familias, el momento en el cortaron su cabello, las bromas que tuvieron que soportar y la violencia sexual, por parte de sus propios compañeros.
Las miembros del escuadrón padecían varias necesidades, las cuales muchas no eran cubiertas por el mismo ejercito como ropa adecuada para combatir, inclusive muchas de ellas diseñaban su propia lencería con la seda de los paracaídas de los aviadores alemanes derribados. El fürher concedía una cruz de hierro (condecoración del ejército alemán) por “bruja” derribada, Hitler creó un regimiento dedicado solo a combatir a las mujeres de esta división de élite.
Al ser discriminadas por sus propios camaradas, tenían que hacer muchos méritos para demostrar sus habilidades, podían escuchar comentarios tan insolentes como: «No quiero enviarte de misión, eres demasiado guapa», «¡A cubierto, hay chicas tratando de aterrizar!».
Un legado poco reconocido
De todo el escuadrón murieron 32 mujeres, incluida la coronel Marina Raskova, sus cenizas fueron enterradas en el Kremlin. Otras de las 23 pilotos como Nadezhda Popova, fueron condecoradas con el título del Héroe de la Unión Soviética, las miembros no fueron tenidas en cuenta durante el desfile de la victoria en Moscú como Polina Guelman, Irina Rakobolskaia, Raísa Arónova o Lilya Litvyak, nunca fueron homenajeadas.
Fuentes:
- historia.nationalgeographic.com.es
- elpais.com/cultura/2016/04/27/actualidad/1461770802_382564.html
Imágenes: 1. redhistoria.com 2. elpais.com
Una idea singular que ayudó a la Antigua Unión Soviética
Marina Raskova abordó el avión ANT-37 y se convirtió en una heroína nacional al recorrer desde Moscú hasta el Lejano Oriente sin escalas y aprovechando su estatus más su amistad con Stalin le propuso formar un regimiento especial de aviación compuesto sólo por mujeres, la idea fue tomada como algo singular, pero las solicitudes para alistarse en el nuevo cuerpo no cesarían en llega.
El escuadrón 588, el terror de los Nazis
El 8 de octubre de 1941, Stalin decretó una orden para que las mujeres se incorporaran a la guerra: 115 mujeres se ofrecieron como voluntarias, tenían entre 17 a 22 años y la primera disposición que recibieron fue cortar sus largas y rubias trenzas.
En un tiempo de seis meses, las nuevas reclutas se entrenaron en combate, manejo de armas, pilotaje y supervivencia que normalmente duraba año y medio. El ejército rojo les entregó unos viejos y anticuados aviones Polikarpov 2, biplanos de los años veinte los cuales se dedicaban a tareas de fumigación y entrenamiento.
Sus uniformes no eran ni siquiera a la medida, usaban los uniformes masculinos y sus botas debían rellenarlas con ropa de cama para evitar que se les deslizaran. Los aeroplanos que usaban eran de madera contrachapada y lona, los cuales no les ofrecían protección alguna contra el frío. Un frío invernal, en un avión helado conllevaba que la piel se quedara adherida de inmediato al fuselaje.
El tamaño de los aviones no permitía que se almacenaran las bombas y era así como muchas de ellas llevaban las armas en su mismo regazo. El primer vuelo fue realizado en un combate contra Luftwaffe el 12 de junio de 1942.
Con la llegada de 1944, los biplanos fueron equipados con ametralladoras; siempre que volaran a una altura de tres mil metros y a 120 kilómetros por hora, estos aviones eran difíciles de detectar y todas sus misiones las realizaban de noche, llegando a efectuar entre diez y quince salidas en un día.
Las brujas de la noche
Siempre volaban en grupos de tres: dos de los aviones actuaban como señuelo y el tercero apagaba su motor, así su presencia pasaría desapercibida y lanzaba las bombas en el objetivo. El ruido generado por las alas de los aviones al rozar el aire, era comparado por los alemanes con el de una escoba, de ahí su nombre: Nachthexen, Las brujas de la noche.
La vida en el ejército
El contexto de la guerra solo agravó una situación con la que tenían que lidiar en su cotidianidad, el acoso; Lyuba Vinogradova, investigadora rusa, aporta los siguientes testimonios de las aviadoras: alejarse de sus familias, el momento en el cortaron su cabello, las bromas que tuvieron que soportar y la violencia sexual, por parte de sus propios compañeros.
Las miembros del escuadrón padecían varias necesidades, las cuales muchas no eran cubiertas por el mismo ejercito como ropa adecuada para combatir, inclusive muchas de ellas diseñaban su propia lencería con la seda de los paracaídas de los aviadores alemanes derribados. El fürher concedía una cruz de hierro (condecoración del ejército alemán) por “bruja” derribada, Hitler creó un regimiento dedicado solo a combatir a las mujeres de esta división de élite.
Al ser discriminadas por sus propios camaradas, tenían que hacer muchos méritos para demostrar sus habilidades, podían escuchar comentarios tan insolentes como: «No quiero enviarte de misión, eres demasiado guapa», «¡A cubierto, hay chicas tratando de aterrizar!».
Un legado poco reconocido
De todo el escuadrón murieron 32 mujeres, incluida la coronel Marina Raskova, sus cenizas fueron enterradas en el Kremlin. Otras de las 23 pilotos como Nadezhda Popova, fueron condecoradas con el título del Héroe de la Unión Soviética, las miembros no fueron tenidas en cuenta durante el desfile de la victoria en Moscú como Polina Guelman, Irina Rakobolskaia, Raísa Arónova o Lilya Litvyak, nunca fueron homenajeadas.
Fuentes:
- historia.nationalgeographic.com.es
- elpais.com/cultura/2016/04/27/actualidad/1461770802_382564.html
Imágenes: 1. redhistoria.com 2. elpais.com