El Pensante

El Evangelio de María

Imagen 1. El Evangelio de María

Evangelios

La Biblia consta de 4 Evangelios escritos por los apóstoles Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Los llamados Evangelios Canónicos, sin embargo, no fueron los únicos que se escribieron sobre la vida de Jesucristo, y en total existen más de 70 Evangelios Apócrifos algunos de los cuales contradicen cosas que luego se convertirían en dogmas de la Iglesia.

Es extremadamente complicado verificar la autenticidad de estos evangelios, pues en muchas ocasiones las evidencias que a ellos apuntaban fueron destruidas. En cualquier caso, de la mayor parte se cree que provienen del siglo I (por lo que pueden haber sido escritos a partir de recuerdos  incluso por personas que conocieran al Mesías) y algunos incluso podrían venir de apóstoles. La mayor parte de los llamados Evangelios Apócrifos fueron desaparecidos de la Historia y solo se conocen gracias a afortunados hallazgos.

Uno de estos ocurrió hacia finales del siglo XIX, cuando un turista alemán compró un libro envuelto en cuero y escrito en un antiguo lenguaje entonces casi olvidado: el copto.

El Evangelio de María

El texto vino a conocerse como el Evangelio de María. En él aparece el relato de los sucesos ocurridos luego de la resurrección de Cristo, y según éste su aparición ante los discípulos no habría sido tan eficiente como se cuenta en la Biblia. De acuerdo con el Evangelio de María, los discípulos no estaban convencidos de que la cruzada valiera la pena y temían por su seguridad. Fue María Magdalena quien los convenció de lo contrario, apelando a una autoridad inexistente en los Evangelios Canónicos y que permitiría suponer que su posición era mucho más que la de una simple acompañante y estaba, incluso, por encima de los mismos discípulos. Como nota al margen, fue basándose en esta noción que Dan Brown creó la historia de “El Código Da Vinci”.

Imagen 2. El Evangelio de María

El Evangelio de Felipe

Pero no se trata únicamente del Evangelio de María: varios evangelios apócrifos tienen nociones semejantes. El Evangelio de Felipe afirma repetitivamente que Jesús tenía 3 acompañantes permanentes: María su madre, su hermana, y Magdalena; esta última aparece como “consorte” o “compañera” en diversas ocasiones (la traducción del copto no es completamente precisa), lo que ha llevado a muchos a pensar que ellos de hecho estuvieron casados.

Pero más importante, en el Evangelio de Felipe también aparece Magdalena como una autoridad incluso frente a los discípulos: un personaje a la altura de Pedro, que aprendía y aplicaba como el mejor de los siervos del señor.

De acuerdo con estos dos documentos, María Magdalena sería una transcripción errónea de María de Magdala, siendo Magdala una ciudad de pescadores ubicada a unos 180 kilómetros al norte de Jerusalén, en el mar de galilea. Así mismo, la mujer no sería una prostituta, sino una comerciante, viviendo del pescado que tanto abundaba en aquellas aguas.

¿Por qué no aparece esto en los demás Evangelios?

La decisión con respecto a qué evangelios aparecerían en la “Biblia oficial” (por decirlo en términos muy coloquiales) fue un tanto ambigua y se tomó a lo largo de varios siglos, comenzando por las afirmaciones de Ireneo de Lyon en el 185 y terminando con la creación del Canon Bíblico por parte del Papa Inocente I, hacia finales de los 400’s. Varios Sínodos regionales habían presentado también avances en esta dirección, incluyendo el célebre Concilio de Roma en el 382.

Lo que algunos suponen es que, en una sociedad profundamente centrada en el hombre, la aparición de María Magdalena como igual – o incluso superior – a los discípulos no era particularmente popular y caló poco en las élites eclesiásticas. Durante algunos siglos, gracias a la naturaleza relativamente subterránea de las tradiciones cristianas, estas versiones sobrevivieron, pero fueron borradas poco a poco a medida que la Iglesia se institucionalizaba y adaptaba a los poderes dominantes. Eventualmente, desaparecieron del todo.

Esta es sólo una teoría. Otra podría ser el azar (aunque en la Historia el azar rara vez tiene tanta importancia). En cualquier caso, si hemos de creer a los Evangelios Apócrifos, María no era indigna de su lugar, y su papel fundamental fue borrado por la Historia.