Los descubrimientos arqueológicos muchas veces nos ponen ante verdaderos misterios. Ya sea por ciudades escondidas, como las metrópolis mayas, o por objetos desconocidos, como el mecanismo de Antikythera, estos objetos siembran dudas sobre lo que, se supone, sabemos de la antigüedad, y se prestan para todo tipo de interpretaciones.
Sorprendentes espadas medievales
Un ejemplo muy interesante de arqueología misteriosa se viene dando desde hace algún tiempo en Escandinavia. En los países del norte se han descubierto en total unas 170 de las llamadas Espadas de Ulfberht, datadas entre el año 800 y el 1000 d. C. Se caracterizan porque todas, sin importar su ubicación, tienen marcado el nombre “Ulfberht”, en su en su acero.
Los investigadores aún debaten sobre el significado de este nombre. Mientras que algunos creen que es el nombre de un herrero casi legendario (o de una familia de herreros que pasó de generación en generación un conocimiento secreto), otros hablan de un monasterio oculto en el norte de Alemania, de una sociedad secreta de artesanos o incluso de una ciudad perdida.
Lo particular de estas espadas es su material. Están construidas de un acero de calidad altísima conocido como acero de crisol, el cual es prácticamente libre de impurezas. La tecnología moderna para desarrollar este acero especial se descubrió a mediados del siglo XIX. Esto significa que estas espadas son superiores incluso a las espadas del ejército napoleónico.
Un acero prácticamente del siglo XX
Estamos hablando de un acero prácticamente puro, perfecto, sin impurezas y con un nivel de carbono equivalente al triple del acero ordinario de este periodo. Eran espadas poderosas, que podían resistir sin romperse y destruir armas de acero ordinario en los siglos IX y X. De acuerdo con quienes han analizado las espadas, es posible que consideraran que las armas (irrompibles) tenían poderes mágicos.
Hasta el momento, los investigadores han propuesto varias teorías para explicar el surgimiento de un arte tan impresionante. Para obtener esta altísima pureza es necesario elevar el hierro a una temperatura de unos 1700 °C, “filtrar” luego las impurezas del acero líquido y mezclarlo con carbón para garantizar su desarrollo. Usando tecnología medieval, un herrero, tras meses de intentarlo, logró conseguir un resultado semejante (conociendo de antemano, claro, el proceso).
Es decir que la tecnología medieval, bien aplicada, podía ser suficiente para lograr este acero magnífico, liviano y que jamás se rompía. El problema, entonces, es ¿dónde aprendieron esta técnica los herreros escandinavos? ¿Y por qué desapareció de Europa?
En este punto, solo podemos imaginar lo que sucedió. Quizás en alguna región perdida de Japón los grandes herreros samurái habrían dejado escapar alguno de sus secretos. Quizás un mercader lo habría llevado a China, donde llegó a manos de un clan de la región del Sur. Quizás, allí, fue oído a escondidas por un mercader árabe, que después llevaría el secreto a la región de Samarcanda. Un peregrino cristiano, proveniente del norte, podría haber espiado el proceso. Un monje, quizás, que habría llevado el secreto a un monasterio donde habría sobrevivido por casi dos siglos.
¿Quién y cómo las hacía?
No sabemos de dónde salió este conocimiento (puede que incluso fuera adquirido por un herrero particularmente hábil de la Europa medieval). Tampoco sabemos por qué murió. Si se trataba de un secreto familiar, quizá las envidias llevaron al asesinato de estos herreros. O un desastre natural perdió los documentos en donde constaba el método. No lo sabemos, pero sí sabemos que las espadas tenían propiedades desconocidas para los guerreros de la época. Seguramente fueron atesoradas siglos después de su fabricación.
¿Conoces algún misterio semejante al de estas espadas?
Fuente de imágenes: 1: i1.wp.com, 2: hurstwic.org