Resulta muy grande el amor que una madre puede desarrollar por su hijo, lo cual la motiva a emprender cualquier cosa para su bienestar y desarrollo. Pero el amor de un hijo hacia su madre, también es grandioso y se experimenta de forma muy intensa y natural, especialmente en los primeros años de vida. Un caso ejemplar, es el de un niño de 7 años de edad, que sacrificó su vida para salvar a su madre.
Un sacrificio basado en el amor
Una historia llena de tristeza y a la vez, de mucha entrega y amor, es la de Chen Xiaotian, un pequeño que sufría de un terrible cáncer en el cerebro. Cuando cumplió cinco años, le descubrieron un tumor maligno en su cabeza. Pero al poco tiempo, Zhou Lu, su progenitora, desarrolló una seria patología renal. Ambos luchaban entonces por sus vidas, pues los galenos no daban mucha esperanza para el pequeño Chen y auguraban, que muy difícilmente alcanzaría la adolescencia.
Zhou Lu contaba para esa época con 34 años y la enfermedad que padecía, la debilitó al máximo y en un periodo de dos años, prácticamente acabó con su vitalidad. Era una situación muy compleja, pues Zhou era madre soltera y necesitaba cuidar de su hijo enfermo todo el tiempo, pero su complicado estado de salud se lo impedía. Aquella mujer requería con frecuencia que se le practicara diálisis, pues uno de sus riñones había dejado de funcionar.
La resignación de lo inevitable
Por su parte, Chen se iba deteriorando de manera acelerada por el tumor cerebral que resultaba casi imposible de operar. En poco tiempo quedó completamente ciego y sin poderse mover de la cama, al igual que Zhou, quien ya no podía levantarse.
La abuela del menor, Lu Yuanxiu, relató: “los médicos se me acercaron en lugar de a su madre, debido a la naturaleza sensible del tema. Me dijeron que mi nieto no sobreviviría, pero que sus riñones podrían ayudar a salvar la vida de su mamá y también de otros”. En vista de las circunstancias, no tuvo otra opción que dialogar la situación con Zhou, quien respondió con un rotundo no y que no quería volver a hablar del asunto.
Sin embargo, Chen se enteró de todo lo que estaba sucediendo y sin dudarlo dos veces, solicitó a como diera lugar, salvar la vida de su madre. Finalmente y entre muchos sollozos, la mujer aceptó y logró conversar del asunto directamente con el niño. Le decía que su único consuelo, era que él sería parte de ella toda la vida, teniendo en cuenta que no había otra alternativa o solución posible.
Los especialistas corroboraron que la compatibilidad de los tejidos era apropiada y al poco tiempo, cuando el menor falleció, el 2 de abril de 2014, su cadáver fue llevado con urgencia a la sala de cirugías, donde le fueron retirados los órganos más importantes, como el hígado y sus dos riñones, uno de los cuales salvó la vida de Zhou y la de otros dos individuos: un sujeto de 27 años de edad y una chica de 21.
Definitivamente, una historia que ha tocado el corazón de muchos quienes la han conocido y es todo un ejemplo de amor y sacrificio.
Imágenes: leonviral.com (modificado)