Todo tipo de teorías se han construido a su alrededor, desde la existencia de sociedades infinitamente más complejas de lo que creemos – más complejas incluso que la nuestra – hasta la posibilidad de que hayan sido extraterrestres o seres de otra naturaleza quienes hayan colaborado a la edificación de tamañas moles. En general, sin embargo, se acepta que fueron los faraones, usando una gran cantidad de mano de obra, quienes dirigieron las impactantes construcciones y crearon, así, una herencia que perduraría por los siglos y haría que aún en la actualidad fuesen recordados.

Merer

En 2013 Pierre Tallet descubrió un secreto que había permanecido oculto por casi 5 milenios en lo profundo de algunas cuevas en Egipto.  Tras indagaciones que le tomaron años, Tallet había determinado ya hace algún tiempo que estas cuevas habían sido usadas por los antiguos como una especie de bóveda, acumulando allí objetos que se podrían requerir en el futuro. Entre ellos, documentos relativos a la construcción de las pirámides.

En efecto, entre las cosas que encontró el arqueólogo se encontraban varios grupos de papiros, uno de los cuales pertenecía a un tal Merer. El hombre misterioso, de acuerdo con los documentos, sería un comerciante que viajaría a lo largo y ancho de las tierras del Faraón transportando objetos… y uno de sus trabajos más importantes habría sido traer piedra de caliza de alta calidad de las canteras de Tura, la cual se habría llevado a Giza para recubrir las pirámides.

En el papiro aparecen detalles relativos al acarreo de las gigantescas piedras, que se cargaban en embarcaciones para llevarlas a la región de Giza donde se realizaría la Gran Pirámide. Se menciona, además, el liderazgo de un tal Ankh-haf, hermano del emperador y noble de alta alcurnia que habría sido quien organizó toda la construcción.

Pierre Tallet, a quien le debemos este magnífico descubrimiento

Todo un país

De acuerdo con los papiros, prácticamente todo Egipto tuvo algo que ver con la construcción de las Pirámides. Desde las canteras de Tula hasta el granito proveniente del sur (de Aswan), pasando por los alimentos provenientes del Delta del Nilo en las costas del Mediterráneo. El Imperio en su totalidad se lanzó a la tarea de llevar a su dirigente a la inmortalidad.

Uno de los datos más interesantes de los papiros es que los trabajadores de los botes que transportaban las rocas distaban mucho de ser esclavos. Se trataba de artesanos y personas calificadas, de gran prestigio en la sociedad y que recibían todo tipo de beneficios y honores por laborar al servicio del emperador. Entre las cosas que aparecen allí están, por ejemplo, que se les brindaba regularmente cerveza, pescado, aves de cacería y carne para su alimentación, una dieta que sería la envidia de muchos de sus contemporáneos.

Así mismo, el trabajo de estos hombres incluyó la erección del puerto de Wadi Al-Jarf, equipado precisamente para cargar estas grandes moles en los barcos. Se trata de una construcción que podría haber albergado hasta 1.000 embarcaciones.

Lo encontrado por Tallet cuestiona mucho de lo que pensábamos sobre las pirámides y derrumba aquel mito del capataz andando tras un grupo de esclavos y golpeándolos con lazos. Es muy posible que las labores fuesen realizadas más por un equivalente a los actuales ingenieros, un grupo de personas capacitadas y entrenadas en el uso de algunas herramientas complejas y, por lo tanto, con un alto prestigio social. Esto indicaría que la sociedad egipcia estaba más desarrollada de lo que creíamos.

Imágenes: 1: eloquentpeasant.com, 2: forums.spacebattles.com