Cómo librarte de demonios, energúmenos y langostas
En el siglo XVII los exorcismos estaban a la orden del día. Por ese motivo nada mejor que redactar un manual para solucionar el problema que surja en cada ocasión, desde sacar un demonio de un cuerpo, echar un duende de una casa, o prevenir las cosechas de las plagas de pulgones. De explicar todo esto se encarga el padre Benito Remigio, experto en el tema.
El padre Benito Remigio pertenecía a la orden de los Clérigos Regulares Menores, que a los tres votos de todos los religiosos añaden un cuarto, no hay distintos grados de superioridad entre ellos, todos son iguales.
El manual te explica paso por paso lo que debe hacerse y las oraciones e invocaciones a santos y vírgenes necesarias para cada caso. Debe ser efectivo, porque empecé a leerlo y me entró tal dolor de cabeza que lo tuve que dejar, y eso que yo buscaba la parte útil para eliminar los pulgones de las plantas.
Estos exorcismos no son como los que estamos acostumbrados a ver en las películas, el padre Benito al explicar cómo preparar al endemoniado o energúmeno (que es una palabra que significa endemoniado, ni más ni menos) no dice nada de atarle, le puedes poner una vestimenta religiosa y decir que sostenga una cruz que lo hace, después sólo tiene que arrodillarse y escuchar la charla, que es muy larga, por lo que deduzco que el demonio se va por aburrimiento y silenciosamente no sea que el señor cura le dé otro discurso.
Bromas aparte, los exorcismos en los siglos XVI y XVII era algo de lo más normal. La palabra exorcismo deriva del griego exousia, que significa «juramento», lo que supondría poner al espíritu o demonio bajo juramento. Algo que fastidiaba mucho a los demonios, porque por naturaleza son mentirosos, así que obligarle a dar su palabra con sinceridad y cumplirla debía ponerle de muy mal humor.
La parte más curiosa del manual es la dedicada a las salmodias que había que recitar a las plantas para que se fuera los pulgones de ellas, mantener sin bichos las cosechas (el mejor insecticida ecológico inventado jamás), y que rezar a los campos para alejar de ellos y evitar las plagas de langostas. Y parece que funcionaba, porque se lo tomaban muy en serio.
Muchas patologías se escondían en lo que consideraban endemoniados, una simple epilepsia, un transtorno esquizoide, enfermedades como la corea o enfermedad de Huntington, llamada antes «Baile de San Vito», por los espasmos involuntarios que sufría el enfermo,que parecían un baile raro. Si estabas deprimido, irascible, con un mal día, eso lo veían como que el demonio había entrado en tu cuerpo y te había poseído. Por suerte, esos pobres «energumenos» no sufrían mucho, solo sostener el cirio o la cruz (que en el caso del baile de San Vito sería digno de ver) y escuchar durante horas la charla del buen hombre.
Podéis estar tranquilos, tanto si os ataca una orda de demonios juguetones, se os llena la casa de duendes graciosillos, las plantas de pulgones o las huertas de langosta, hay una solución. El padre Remigio dejó escrito en su manual del perfecto exorcista el tipo de rezos, novenas e invocaciones a santos para cada caso. Y también te protege de tormentas y granizos. Del mosquito tigre no dice nada, pero si no es sordo, también debe funcionar, ¿verdad?.
Tejido por Angelika.
Fuentes:
Práctica de exorcistas y ministros de la iglesia. Benito Remigio Noydens.
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