De pordiosero a santo
Jesús Juárez Maso era un humilde hombre que vivía afueras de Juntas de Mocorito en Sinaloa, la tierra del conocido “Chapo” Guzmán en México. Este señor lo caracterizaban por ser honesto, por ayudar a sus vecinos que también eran muy humildes y porque se volvería con el tiempo uno de los santos más famosos de la tierra, también llamado hoy “el santo de los narcos”.
La historia de este señor es muy parecida a la de Robin Hood, el conocido arquero que “robaba a los ricos para darle a los pobres”. Salió de un pueblo desconocido y se enfrentó con las élites locales para que no explotaran a las mujeres y los niños, pero por eso lo apalearon y casi matan, la verdad es que su cuerpo lo arrojaron al río, creyendo que este sujeto había sido muerto. Pero no; Malverde no quiso morir y se volvió una leyenda terrorífica para los ricos del norte de México, pues creo una pandilla de salteadores de caminos, con ellos desmantelaba cuarteles, emboscaba batallones y caravanas comerciales, sin contar los secuestros a ricos y robo de caballos.
La prensa de inicios del siglo XX, época de la que el bandolero auxiliador era partícipe, lo describe como un “asesino despiadado y un sujeto maldito y antirrepublicano”, muchos otros lo describían con el epíteto de “traidor”, pero la verdad solo la sabe los pobres sinaloenses que recibían la comida que el malhechor y su pandilla les llevaba. Nadie podía creer que un hombre pudiera ser tan amado, pero Malverde fue el primero en bendecir las actividades ilícitas para que los devotos de Dios, lo consideraran agarrado a la mano del altísimo.
Esto fue por las épocas de la Revolución Mexicana cuando surgieron personas como Pancho Villa y Emiliano Zapata que abogaron por los pobres. Jesús Malverde hubiera sido también otro de esos revolucionarios pero lo terminaron atrapando en 1909. Dicen que lo cogieron, lo golpearon y después sus agresores lo colgaron de un árbol. Las personas que creen en él nunca perdonaron esta asonada del gobierno, por eso muchos de los cómplices del santo, se fueron a las filas villistas para hacerle la guerra al Estado.
Se dice que eso ayudó a que nadie creyera de nuevo en las leyes del gobierno en México, pero las personas suponen que la verdadera ley está en las manos de la Iglesia y eso es muy cierto, pues nadie va a creer que un hombre como Malverde haya tenido tanto poder sobre las masas como hoy en día lo tiene.
Cuando el mito se vuelve leyenda
Y este hombre ya muerto comenzó a ser la esperanza de los pobres, pero no solo de esos harapientos y desamparados que la iglesia ya ni volteaba a mirar; los delincuentes se hicieron sus principales devotos y hasta hoy día en toda la nación mexicana se encuentran humildes y ostentosos templos a nombre de Jesús Malverde. No se sabe a ciencia cierta si los templos más ricos los construyen personas honestas, pero es evidente que el tributo que los narcotraficantes le tienen a esta imagen sagrada es muy grande.
Se ha llegado a considerar que Malverde ayuda a que los cargamentos de droga pasen la frontera, por ello los narcos van y le llevan serenatas al santo en las iglesias luego de que “coronan”. Pero hasta los ladronzuelos de barrio y los asesinos más despiadados le rinden cuentas a este santo que los protege de todo mal. También los llamados “mojados”, personas que cruzan la frontera a Estados Unidos, son adoradores de este santo, consideran que él les impide ser atrapados y al igual que cualquier virgen sagrada, van y le rezan y se hacen la cruz con agua bendita.
La ostentación de la adoración
Se ha construido muchas cosas de las que nadie habla por motivos legalistas, en nombre de Jesús Malverde. Algunas de ellas tienen que ver con centros de adoración, templos y muchos bustos en oro o materiales costosos en honor a este santo. Especialmente en los templos vemos desde rollos de dólares, cadenas de oro y paredes tapizadas de muchas fotos de hombres a caballo y con sombrero hasta humildes arrodillados ante una imagen sacralizada de un señor con bigote, camisa blanca y un corbatín negro. Esta es la imagen que ha quedado de Jesús Malverde.
Existen muchas leyendas e historias ficticias sobre este hombre, algunas de ellas han sido reflejadas en el folclor popular. Es muy normal que las orquestas que hagan las canciones para las eucaristías en honor a Malverde tengan letra en alusión al “gran golpe” o al intento ilegal de lograr “el truco y la trampa”, por eso rescatamos a continuación una de las innumerables coplas hechas en honor a Malverde de un ensayo publicado en la revista Replicante, su autor es Enrique Flores de la UNAM:
“Las garitas que he cruzado
las cruzo sin ni un problema;
nunca he visto luces rojas,
siempre me las ponen verde,
pero eso yo se lo debo
a la imagen de Malverde.”
Con esto vemos la adoración tan grande que se le hace a este ex villano, las personas de los pueblos de Sinaloa hoy en día hacen muchas marchas y congregaciones religiosas para llevarlo por las calles. Los hombres y mujeres salen a tomar y rezar. Así ofrecen sus votos a este personaje como si fuera cualquier otro de los hijos de Dios.
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