El niño perdido
El joven Andrés de Proaza contaba con 22 años cuando se encontraba cursando medicina en una universidad de España. Su talento para las materias era tan asombroso que sus compañeros creían que los conocimientos de Proaza superaban a los de los mismos profesores.
Mientras realizaba su curso de anatomía en la ciudad se comenzó a denunciar la desaparición de un niño de 9 años al que se había visto cerca de la casa de Andrés. Al principio la gente dudaba que el joven estudiante fuera el culpable de tal suceso, pero las cosas se empezaron a tornar más turbulentas cuando los vecinos empezaron a escuchar sollozos provenientes de la casa y a ver que el agua del desagüe salía con tonalidad rojiza.
Los administradores públicos prefirieron descartar dudas y decidieron realizarle una visita al estudiante… y lo que descubrieron los dejó anonadados: en una mesa del sótano se encontraba descuartizado el pequeño y por toda la casa se podían encontrar pedazos de animales con instrumental médico.
Juicio
Proaza declaró que debido a sus clases estaba obligado a practicar la vivisección en animales vivos, pero nada justificaba lo que le había hecho al pequeño. El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición llevó a Andrés de Proaza a juicio, en el que acabaría siendo condenado a morir públicamente en la horca.
Cuando se le pidió una explicación al condenado de por qué había hecho tal cosa, dijo que hace tiempo un nigromante le había regalado un sillón que había diseñado el mismo satanás que, si una persona se sentaba en él, el mismo diablo le susurraría respuestas sobre cualquier área de medicina. La única condición para poder acceder a tal poder era ser un médico titulado y contar ya con conocimientos en medicina: si una persona que no fuera del gremio se sentaba en la silla, moriría en tres días.
La leyenda en la actualidad
Al parecer el mito no murió con la muerte del estudiante de medicina, pues resulta que en la universidad de Valladolid un bedel encontró una silla abandonada y tres días después pereció. Lo mismo sucedió con otro conserje y las alarmas de la maldición se dispararon.
Actualmente, el mueble se encuentra resguardado en el Museo Provincial de Valladolid.
Fuentes:
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Imagen: youtube.com