Jesús Murillo Karama, entonces titular de la PGR, dio a conocer el informe tras el cateo a la casa, en el que se confirmaron todas las denuncias de maltrato, privación de la libertad, abusos, por nombrar algunos. De esta forma salió a relucir las pésimas condiciones en que vivían, totalmente insalubres y precarias. Viviendo entre ratas, cucarachas, pulgas, excremento (puesto que mamá Rosa les obligaba a defecar los espacios compartidos para así castigarlos cuando se portaban mal). Los refrigeradores sólo contenían comida podrida y echada a perder. Los testimonios aseguran que la mejor comida a la que podían aspirar era arroz desabrido y un par de tortillas, ya pasadas, a las que sólo se le quitaba los pedazos en mal estado. Al momento del cateo, las autoridades quedaron asombradas por las toneladas de basura sobre las que todos los habitantes dormían.

A través del informe se pudo conocer la explotación a la que eran sometidos los niños, pues mamá Rosa los obligaba a pedir dinero en la calle. Los niños y jóvenes que tocaban algún instrumento también eran forzados a participar en la orquesta de la casa, así recaudar más dinero. Dinero que no se reflejaría jamás en el lugar.

Inevitable y tristemente, gran parte de las mujeres que vivían en el albergue tuvieron bebés dentro del lugar. Haciendo un ciclo de terror que perduró por décadas bajo el apellido adoptivo Verduzco Verduzco.

El caso de Mamá Rosa se hizo público en 2017, generando una gran conmoción en México y atrayendo la atención tanto de los medios nacionales como internacionales. Reveló la existencia de una red compleja de tráfico de niños y órganos que opera en el país, aprovechándose de la pobreza, la corrupción y la falta de supervisión adecuada por parte de las autoridades.

En respuesta a este escándalo, se llevaron a cabo investigaciones exhaustivas y se implementaron acciones para desmantelar la red de tráfico de niños. Mamá Rosa fue arrestada y posteriormente condenada a 80 años de prisión por delitos que incluyen trata de personas, abuso de menores y violencia familiar. Sin embargo, la fiscalía concluyó que mamá Rosa era incapaz de gestionar emociones por su padecimiento de demencia senil.

Pero a pesar de las contundentes pruebas y los varios testimonios, algunos personajes salieron a defender a mamá Rosa. Tal fue el caso del expresidente de México Vicente Fox Quesada quien a través de su cuenta de Twitter, escribió lo siguiente:

“Mamá Rosa solidario contigo, sé que eres fuerte y sé todo el bien que has hecho a miles de niños y jóvenes, ánimo, te mando un fuerte abrazo”.

La ex primera dama, Martha Sahagún de Fox, también se volcó contra los medios y las autoridades que investigaban a Mamá Rosa. Por su parte, el historiador Enrique Krauze, catalogó de “inadmisible” las acusaciones.

Estos abusos impactaron profundamente en la vida de los niños y dejaron secuelas físicas y emocionales duraderas. El descubrimiento de estos abusos generó indignación y llevó a las autoridades a tomar medidas legales contra los responsables, incluyendo a Mamá Rosa.

Además de los abusos, se descubrió que Mamá Rosa y su red de cómplices estaban involucrados en el tráfico de niños. Utilizaban falsos trámites legales para cambiar la identidad de los menores y luego venderlos a parejas o familias interesadas en adoptar a un niño de manera ilegal. Se estima que al menos 600 niños fueron víctimas de esta red criminal durante varios años.

Una mirada al tráfico de niños en México

En México, el tráfico de niños es una triste realidad que continúa afectando a la sociedad. Entre los numerosos casos que han salido a la luz en los últimos años, destaca el caso de «Mamá Rosa», el cual ha generado indignación y ha puesto de manifiesto la necesidad de tomar medidas contundentes para combatir esta grave violación de los derechos humanos. Este artículo examinará los detalles del caso de Mamá Rosa, sus implicaciones y las acciones que se han tomado para enfrentar este problema.

¿Quién era Mamá Rosa?

Rosa del Carmen Verduzco nació el 27 de junio de 1925 en el estado de Jalisco, México. En el seno de la acaudalada familia de Zamora, ciudad de 140 mil habitantes y particularmente conservadora, con una de las sociedades más conservadoras y católicas en el estado de Michoacán. Desde muy chica, mamá Rosa se interesó por cuidar a los niños huérfanos y menos favorecidos. A sus 13 años rescató a su primer niño, dándole todos los cuidados y necesidades, marcando así el inicio de su “misión” en la vida.

Los padres de Verduzco se oponían a la vocación temprana de su hija, pues consideraban que ella era aún muy joven y tener niños bajo su cuidado representaba una gran responsabilidad. A finales de los años 50’s, tras la muerte del padre de Rosa, esta última convenció a su madre para que le regalara una casa donde pudiera vivir con sus “hijos”. Adoptó a varios recién nacidos, niños y jóvenes. Pero para 1961 este espacio ya no era suficiente, por lo que mamá Rosa comenzó a recaudar fondos para adquirir un terreno en el que, con sus propias manos, construyó la casa hogar “La Gran Familia”.