El romance de un trovador
Trovador era el nombre que se le daba a un un músico o poeta en tiempos medievales: un hombre (o mujer) dedicado a componer o a interpretar un sinfín de melodías y poner sobre la mesa historias relacionadas con la política, debates, temas culturales del momento, y sazonarlas con algunas historias de amor. La forma de transmitir sus historias sirvió como medio para esparcir información a lo largo de toda Europa: la gente se podía mantener informada acerca de los sucesos porque habían oído cantar a alguien en la taberna.
Hay una historia particular de un joven conocido como el trovador Macías, quien pertenecía a la ciudad de Galicia y sirvió como doncel a Don Enrique de Aragón, un marqués de Villena. El noble estaba comprometido con una mujer llamada Elvira (o en algunas historias María de Albornoz) y Macías cayó locamente enamorado de la mujer, a quien encontraba noble y dulce.
Varias versiones, un mismo triste final
La historia tiene varias versiones: en la primera nos cuentan que Don Enrique aspiraba lograr el caro de maestrazgo de la Orden de Calatrava, una orden militar y religiosa fundada en el Reino de Castilla. Para alcanzar dicho puesto se pedía que la persona fuera viuda o soltera, por lo que pensó en divorciarse, pero sabía que la familia de su esposa no aceptaría tal situación. La ambición pudo más e ideó un plan maquiavélico.
Él sentía apreció por su señora: aunque su matrimonio era fruto de una alianza más que del mismo amor, la pareja había creado un pequeño vínculo de aprecio que se había deteriorado con el paso del tiempo. Fue con esa visión en mente que Don Enrique le dio la orden a Macías de dar fin a su cónyuge.
Macías se negó a cometer tal atrocidad, por lo que el noble decidió contratar a un grupo de sicarios para dar fin a su esposa: la versión que se le contó a los pobladores fue que un animal era el causante de la muerte de la mujer. A los días de encontrarse los restos de María, Don Enrique se entera de los verdaderos sentimientos de Macías y lleno de cólera, lo hace encarcelar.
Macías termina en prisión, pero encuentra nuevamente a su amor
En prisión, Macías se da cuenta que su amada no había muerto, sino que llevaba varios meses encerrada. El hombre le recita poemas, la consuela a través de las rejas y su amor lo único que hizo fue fortalecerse; Don Enrique decide visitar a los prisioneros y se da cuenta lo que había sucedido con ambos, cansado de verse humillado da fin a la vida de Macías, y María termina escapándose regresando a su pueblo natal, llorando sin cesar por la pérdida de su amado.
Dicen que María fue encontrada muerta sobre la tumba de Macías y que finalmente, halló descanso al lado de él. En la segunda versión, la mujer no se llamaba María sino Elvira, y Don Enrique no fue quien contrajo nupcias con la mujer, sino otro hombre llamado Hernán Pérez de Vadillo, marqués de Porcuna.
Su música lo condenó a la muerte
Al enterarse Macías que Elvira se había casado, el hombre entró en depresión y empezó a proclamar su amor por medio de sus canciones e interpretaciones: en poco tiempo el esposo de Elvira se enteró de los verdaderos sentimientos del trovador y lo hizo encerrar. Los barrotes no fueron impedimentos para que Macías siguiera haciendo desglose de amor que llegó a los oídos de Doña Elvira, Don Hernán llevado por los celos lanzó un venablo -una lanza corta- a través de la celda y lo mató al instante.
El trovador fue enterrado en la iglesia de Santa Catalina de Arjonilla, en su losa se podía leer “aquí yace Macías el Enamorado”. Para hacer más famosa la leyenda, se corrió el rumor que la figura espectral de una figura femenina se acerca todas las noches a la celda donde pereció Macías.
Fuentes:
- https://sobreleyendas.com/2010/05/11/la-leyenda-del-trovador-macias/
- https://www.elhombrequeviaja.com/arjonilla-macias-ver-visitar-hacer-jaen/
Imágenes: 1: tierraoral.blogspot.com, 2: sobreleyendas.com
El romance de un trovador
Trovador era el nombre que se le daba a un un músico o poeta en tiempos medievales: un hombre (o mujer) dedicado a componer o a interpretar un sinfín de melodías y poner sobre la mesa historias relacionadas con la política, debates, temas culturales del momento, y sazonarlas con algunas historias de amor. La forma de transmitir sus historias sirvió como medio para esparcir información a lo largo de toda Europa: la gente se podía mantener informada acerca de los sucesos porque habían oído cantar a alguien en la taberna.
Hay una historia particular de un joven conocido como el trovador Macías, quien pertenecía a la ciudad de Galicia y sirvió como doncel a Don Enrique de Aragón, un marqués de Villena. El noble estaba comprometido con una mujer llamada Elvira (o en algunas historias María de Albornoz) y Macías cayó locamente enamorado de la mujer, a quien encontraba noble y dulce.
Varias versiones, un mismo triste final
La historia tiene varias versiones: en la primera nos cuentan que Don Enrique aspiraba lograr el caro de maestrazgo de la Orden de Calatrava, una orden militar y religiosa fundada en el Reino de Castilla. Para alcanzar dicho puesto se pedía que la persona fuera viuda o soltera, por lo que pensó en divorciarse, pero sabía que la familia de su esposa no aceptaría tal situación. La ambición pudo más e ideó un plan maquiavélico.
Él sentía apreció por su señora: aunque su matrimonio era fruto de una alianza más que del mismo amor, la pareja había creado un pequeño vínculo de aprecio que se había deteriorado con el paso del tiempo. Fue con esa visión en mente que Don Enrique le dio la orden a Macías de dar fin a su cónyuge.
Macías se negó a cometer tal atrocidad, por lo que el noble decidió contratar a un grupo de sicarios para dar fin a su esposa: la versión que se le contó a los pobladores fue que un animal era el causante de la muerte de la mujer. A los días de encontrarse los restos de María, Don Enrique se entera de los verdaderos sentimientos de Macías y lleno de cólera, lo hace encarcelar.
Macías termina en prisión, pero encuentra nuevamente a su amor
En prisión, Macías se da cuenta que su amada no había muerto, sino que llevaba varios meses encerrada. El hombre le recita poemas, la consuela a través de las rejas y su amor lo único que hizo fue fortalecerse; Don Enrique decide visitar a los prisioneros y se da cuenta lo que había sucedido con ambos, cansado de verse humillado da fin a la vida de Macías, y María termina escapándose regresando a su pueblo natal, llorando sin cesar por la pérdida de su amado.
Dicen que María fue encontrada muerta sobre la tumba de Macías y que finalmente, halló descanso al lado de él. En la segunda versión, la mujer no se llamaba María sino Elvira, y Don Enrique no fue quien contrajo nupcias con la mujer, sino otro hombre llamado Hernán Pérez de Vadillo, marqués de Porcuna.
Su música lo condenó a la muerte
Al enterarse Macías que Elvira se había casado, el hombre entró en depresión y empezó a proclamar su amor por medio de sus canciones e interpretaciones: en poco tiempo el esposo de Elvira se enteró de los verdaderos sentimientos del trovador y lo hizo encerrar. Los barrotes no fueron impedimentos para que Macías siguiera haciendo desglose de amor que llegó a los oídos de Doña Elvira, Don Hernán llevado por los celos lanzó un venablo -una lanza corta- a través de la celda y lo mató al instante.
El trovador fue enterrado en la iglesia de Santa Catalina de Arjonilla, en su losa se podía leer “aquí yace Macías el Enamorado”. Para hacer más famosa la leyenda, se corrió el rumor que la figura espectral de una figura femenina se acerca todas las noches a la celda donde pereció Macías.
Fuentes:
- https://sobreleyendas.com/2010/05/11/la-leyenda-del-trovador-macias/
- https://www.elhombrequeviaja.com/arjonilla-macias-ver-visitar-hacer-jaen/
Imágenes: 1: tierraoral.blogspot.com, 2: sobreleyendas.com