Quizás lo más conveniente, antes de abordar las distintas normas que establece la Real Academia Española de la Lengua sobre el uso correcto de la letra “c”, sea revisar de forma breve la propia definición de esta, a fin de comprender cada una de las reglas ortográficas, que le son inherentes, en su contexto preciso.
La letra “c”
De esta forma, se puede comenzar a decir que la mayoría de las fuentes optan por definir la letra “c” como una consonante, la cual constituye además la segunda consonante, en orden de aparición, del alfabeto en Español, así como la tercera letra de este conjunto ordenado de letras. Así mismo, de acuerdo a los filólogos, la letra C proviene del alfabeto latino, y se cree que tiene su raíz en la letra griega gamma.
Con respecto a su sonido, esta letra que recibe el nombre de “ce”, puede ser usada dentro del Español, tanto como un sonido consonántico interdental sordo (ce / ci) lo cual solo sucede en las zonas del Español en donde no hay presencia de seseo. Igualmente, la “c” puede ser pronunciada como un sonido consonántico velar sordo (ca, co, cu).
Confusiones ortográficas con la letra “c”
Sin embargo, aun cuando el inventario fonológico del Español señala que la “c” es pronunciada por los hablantes, en una de sus posibles producciones como un sonido interdental sordo, equivalente a la z, cuando se encuentra delante de la e o la i, en realidad esta producción –tal como lo indica la Real Academia Española de la Lengua- solo ocurre en el suroeste de España, mientras que tanto las Canarias como el resto de Hispanoamérica serían reconocidos como zonas lingüísticas seseantes, en donde la “c” cuando se encuentra delante de e o i (ce, ci) es pronunciada como una consonante fricativo parecido a la “s”.
En este sentido, los hablantes de estas zonas lingüísticas, es decir, los hablantes seseantes tendrán cierto grado de dificultad para distinguir cuándo una palabra que en su pronunciación cuenta con este sonido fricativo deberá ser escrita con “c” o por el contrario con “s”. No obstante, los hablantes seseantes no serán los únicos que pueden presentar dudas o errores al respecto, pues puede ocurrir también que aquellas zonas ceceantes, en donde los hablantes no producen la “s” como un sonido fricativo, sino como un sonido interdental sordo, al igual que hacen con la “c” y la “z”.
Reglas de cómo debe usarse la “c”
Es por eso, que la Real Academia Española de la Lengua ha estipulado una serie de reglas o normas, que pueden servir por igual a todos los hablantes del Español, así como a aquellos que quieran adquirirlo como segunda Lengua, como guía para entender en qué momento y cuáles palabras deben ser escritas con la letra “c”. A continuación, algunos de ellos:
- En primer lugar, la Real Academia Española de la Lengua señala que deberán escribirse con “c” todos aquellos verbos que cuenten con la terminación “cer” y “cir”, así también como todas aquellas de sus conjugaciones, en donde se pueda tener presencia de la uniones “ce” y “ci”. No obstante, esta regla tendrá como excepción los verbos “coser”, “asir” y “toser”, así como cada una de sus posibles conjugaciones, en donde siempre se escribirán con “s” las formas “se” y “si”.
- Por otro lado, la Academia también afirma que todas las palabras del Español, que cuenten con la terminación –cimiento deberán ser escritas con la letra “c”, sin excepción alguna. Por ejemplo: agradecimiento, empobrecimiento, enriquecimiento, embrutecimiento, decaimiento, crecimiento, enfurecimiento, padecimiento, cimiento, etc.
- De igual manera, la Real Academia Española de la Lengua señala que en el Español todas aquellas palabras que cuenten con la terminación –áceo o -ácea, deberán escribirse con la letra “c”. Por ejemplo: lináceo, cetáceo, opiáceo, rosáceo, grisáceo, sebácea, herbácea, laurácea, violácea, herbácea.
- Así también, según dicta la máxima institución de la Lengua, deberán escribirse con la letra “c” todas aquellas palabras que terminen en –ancia (ganancia, estancia, infancia, vagancia, militancia) así como en la terminación –encio (silencio, agencio, potencio, diferencio, diligencio) y la terminación –encia (contundencia, somnolencia, prudencia, pertenencia, subsistencia).
- La Real Academia Española de la Lengua ha señalado también que en el Español todas aquellas palabras que cuenten con la terminación –icia, la cual refiere al sujeto que mata, deberán ir escritas con la letra “c”. Por ejemplo: homicida, plaguicida, suicida, arboricida, raticida, etc.
- Por igual, todas aquellas palabras que tengan como terminación la forma –icidio, sufijo que puede ser interpretado como “la acción de matar”, deberán escribirse con la letra “c”. Por ejemplo: homicidio, infanticidio, feminicidio, parricidio, magnicidio, etc.
- Así mismo, la Academia considera y ordena que en el Español, todas aquellas palabras que cuenten con la terminación –cente deban escribirse con letra “c”. Por ejemplo: yacente, Vicente, docente, inocente, conducente, reticente, decente. Esta regla contará con algunas excepciones, como presente, omnipresente, ausente y antepresente.
- También, dentro de la Ortografía (2010) elaborada por la Real Academia Española de la Lengua, se encuentra la norma que señala que dentro del Español todas aquellas palabras que cuenten con la terminación –ciencia, deberán ser escritas con la letra “c”. Por ejemplo: ciencia, paciencia, deficiencia, impaciencia, ineficiencia, neurociencia.
- Dentro de las distintas reglas ortográficas que la Real Academia Española de la Lengua señala en cuanto al uso de la letra “c”, que se deberán escribir con la letra “c” todos aquellos sustantivos que tengan como raíz verbos terminados en su forma infinitiva en –ar. Por ejemplo: comunión (de comulgar); comunicación (de comunicar); concentración (de concentrar). Esta regla tendrá como excepción aquellos sustantivos que provienen de verbos cuya terminación es –sar, y que entonces deberán escribirse con la letra “s”. Por ejemplo: confesión (del verbo confesar).
- Finalmente, la Academia señalará que por lo general las palabras que cuentan dentro de su ortografía con la “cc” es porque en su familia léxica o familia de palabras tienen alguna forma en donde se presenta la forma “ct”, como por ejemplo la palabra adicción, la cual cuenta dentro de su familia léxica con la forma adicto. Sin embargo, esta institución señala también que existen en el Español muchas formas con cc que no necesariamente cuentan con esta forma dentro de su familia de palabras, como por ejemplo confección, fricción o cocción.
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