Definición del valor de la Empatía
En el ámbito de los valores humanos, se conoce como Empatía a la capacidad que tiene un individuo de colocarse en el lugar de sus semejantes, en miras de poder solidarizarse o ayudar a aquellos humanos de su entorno.
Así mismo, algunas disciplinas como la Psicología han señalado a la Empatía como el valor que sirve de base a otros como la Compasión, la Solidaridad, la Comprensión, el Respeto e incluso el Compartir, pues en la medida en que un individuo pueda sentir a otro como su semejante y sopesar las distintas emociones que pueda estar sintiendo, se preocupará por su bienestar, e incluso por propinar las cosas que separan a ese otro de ese estado.
Importancia de la Empatía como valor
Con referencia a la importancia que tiene este valor dentro de la estructura emocional y de comportamiento de un individuo, los psicólogos han advertido sobre el papel que juega este valor en la capacidad de sociabilidad del individuo. Así mismo, un ser empático será también capaz de vivenciar otros sentimientos como el afecto, la piedad, la compasión, entre otras emociones que fomentaran y ejercitarán el carácter humanitario del individuo, al tiempo que generará en este conciencia sobre su papel en la sociedad y la importancia de ayudar y asistir a otros menos afortunados.
En cuanto a lo social, igualmente los profesionales del comportamiento humano han señalado que en la medida en que una sociedad cuente con mayor cantidad de miembros empáticos, será un colectivo humano más orientado a la existencia de otras situaciones como las interrelaciones personales positivas, las situaciones de cooperación, solidaridad y diálogo, alejándose por el contrario de situaciones no tan positivas como la violencia, la delincuencia, la explotación y la guerra.
Adquisición de la Empatía como valor
A pesar de que sentir Empatía hacia otros seres es una característica natural e inherente al ser humano, disciplinas como la Psicología han resaltado la importancia que tiene en la formación del ser humano la fomentación de este sentimiento como un valor, a fin de educar adultos que sean capaces de pensar en otros seres, más allá de sí mismo, al tiempo de ser conscientes también de que sus acciones pueden afectar a otros.
Sin embargo, en algunas circunstancias algunos padres y educadores pueden no tener tan claro el camino que lleve a los más pequeños a adquirir este tipo de valores. En este caso, algunas disciplinas como la Psicopedagogía han señalado algunas estrategias que pueden orientar a los responsables de la crianza, en el ámbito de adquirir este valor. A continuación, ejemplos de ellas:
1.- Como casi siempre que se trata de la adquisición de una actitud o valor, lo principal es el ejemplo. En este sentido, algunos profesionales señalan la importancia que tiene que el niño crezca escuchando a sus padres sobre los posibles sentimientos o situaciones que pasan otras personas, a fin de que el infante pueda ir tomando conciencia de que existe un entorno conformado por personas con emociones y vidas.
2.- Así mismo, es importante también, cuando el niño se cae o sufre un golpe durante las primeras etapas de su vida, que los padres no respondan con regaños, gritos o golpes, sino que por el contrario se acerquen al niño, lo reciban, lo revisen, y lo inviten a calmarse, al tiempo en que le brindan consuelo. Por mucho que el adulto sepa que el niño está bien, el infante puede estar experimentando emociones como miedo o frustración, por lo que recibirlo y consolarlo, hará que el niño entienda que ante el dolor del otro se debe proceder sirviéndole de consuelo, no rechazándolo y maltratándolo.
3.- Igualmente, en el momento de consolar al niño o al adolescente, los padres deben evitar usar frases como “no pasó nada” o “eso no es importante”, pues eso sería descalificar las emociones del infante, por el contrario deben usarse frases empáticas como “sé que dolió” o “no te preocupes que todo estará bien”. A fin de enseñarle al niño que el otro puede entender lo que él está sintiendo.
4.- También, recomiendan los Psicólogos, en la medida en que el niño crece, es importante establecer un diálogo abierto sobre sus emociones, con el fin de poder acompañarlo en el conocimiento, confrontación y entendimiento de ellas. De esta manera, conociendo sus propias emociones, el niño podrá ir entendiendo las emociones de los otros.
5.- Otro de los tips aportados por los distintos profesionales del comportamiento humano es la de conversar con el niño cuando éste se ha comportado mal, a fin de que en vez de darle mecánicamente un castigo, se le invite a reflexionar sobre lo que ha hecho, a fin de que el infante pueda entender los sentimientos que lo hicieron actuar de una forma determinada y el cómo pudo afectar sus acciones a otros.
6.- En referencia a algunas actividades desempeñadas por los educadores en el aula, también es importante recalcar –a través de frases, historias y cuentos- la importancia que tiene el tomar en cuenta lo que otros sienten, para así construir una sociedad mucho más humana.
Fuente de imagen: elpensante.com