Uno de los aspectos famosos de Francia en el mundo, es el caso peculiar de la higiene y se dice que circulan por doquier, aromas que dan a pensar que los desodorantes son ilegales. Algo sumamente paradójico, pues se estima que de allá son “los mejores perfumes del mundo”. Se llegó a pensar que es un estigma, un prejuicio acentuado por las décadas, pero finalmente se comprobó a través de un estudio: el 44% de los franceses no se ducha todos los días. A continuación veremos: “en Francia no es importante bañarse; ¿mito o realidad?”:
La investigación fue publicada en diversos medios en 2015, como en el “Presse-Ocean”. Las estadísticas no se quedan ahí, pues también fue posible saber que un 56% de la población, se da el lujo de hacerlo a diario. Un 25%, suele bañarse cada dos días; un 12%, lo hace cada tres y un 7%, en un periodo de 4 o más días.
La mala fama
Por todas las naciones se expandió ese mito de que en Francia la gente no se bañaba, desde la época de la Segunda Guerra Mundial. Se hizo eco de los terribles hedores de los campesinos, quienes pasaban semanas sin que su cuerpo tocara el agua y el jabón. Aunque hay quienes aseveran que la fama se derivó desde la Edad Media y que precisamente, esa fue una de las causas principales para que se produjeran todas las pestes y terribles epidemias que mataron millones de personas.
Sin embargo, el estudio realizado al respecto quiso ser aún más detallado y se develó que un 40% de los hombres usan los mismos interiores durante días, al igual que el 25% de las mujeres. Otro dato que ha causado asombro es que, en promedio, un francés no gasta más de 600 gramos de jabón anualmente, mientras que, en otros países, la media está en 1,3 kilogramos en un año. Se corroboró que uno de entre 7 franceses, no consideran importante lavar sus manos después de usar el sanitario y el 46%, confesaron que no se lavan las manos después de emplear el transporte público.
El lado bueno del hedor
Varios médicos han comentado que el sistema inmunológico de los franceses es mucho más fuerte que el de otros países donde la higiene personal es mucho más importante. Suponen que, debido a no asearse tan seguido, sus defensas se han fortalecido ante los gérmenes. Curiosamente, con todo lo relacionado con la cocina y alimentos suelen ser muy estrictos en medidas higiénicas.
Los aromas del metro de París
Para los galos es algo muy normal que, al caminar por los subterráneos del metro, lleguen oleadas de olores nauseabundos, provenientes de personas que llevan varios días sin asear su cuerpo. Para un turista suele ser algo impactante, pero para los ciudadanos habituales esos aromas son algo muy común en su país y por eso, hasta puede pasar inadvertido en un alto grado para ellos.
Una de las líneas más famosas del Metro de París, es la número 13. Todos los turistas que han pasado por allí por primera vez, se llevan una olorosa sorpresa con la variedad de hedores, gran parte de los cuales no se habían percibido jamás en la existencia. Según describen, son de los peores olores que podría evocar un ser humano vivo.
Las duchas en las viviendas son un lujo
Según las estadísticas, más de dos millones de ciudadanos se ven obligados a residir en pequeños apartamentos desprovistos de baño. Esto nos parecería una verdadera tortura a los americanos, pero ellos se han debido acostumbrar. Han instalado varias duchas públicas, cuyo precio por usarlas es elevado para muchos.
Las últimas crisis económicas mundiales, han contribuido al auge de estas famosas duchas, pero muchos parisinos prefieren comprar más comida, que bañarse. El gobierno galo decidió hace años, que no era una obligación instalar servicios sanitarios en las viviendas, factor que beneficia el lucro por esos baños ducha.
Aunque si bien es cierto que hay un gran número de personas limpias, que se bañan diariamente y que usan buenos perfumes, hay otros que, por su condición económica y cultura, no tienen como prioridad higienizarse con frecuencia. Sea como fuere, los fétidos aromas transitan las calles de París y de otras ciudades francesas, especialmente donde se acumula gran cantidad de personas.
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