Se trató de un suceso belicoso entre varias potencias del mundo, el cual se originó en el continente europeo, exactamente en el año 1914, cuya mecha hizo estallar un conflicto en todos los continentes de la Tierra, sobre todo por la actuación de lo que empezó a denominarse Naciones Unidas.
Fue la primera ocasión en que se presentaba una guerra donde se involucraban naciones extremadamente distanciadas y bastó para transformar la sociedad entera, para siempre. Antes de acontecer la Segunda Guerra Mundial, no se le conocía como la Primera, sino como “La Gran Guerra”. Sólo luego del segundo conflicto armado mundial, se requirió efectuar la diferenciación numérica de las guerras.
La Primera Guerra mundial trazó un paralelo muy relevante, entre el periodo comprendido entre los siglos XIX hacia atrás y el XX, época en el que el mundo dio un vuelco definitivo en la historia y se acentuó un sistema social bastante particular, en el que en unas cuantas décadas se ha destruido gran parte de la naturaleza.
Esa primera conflagración mundial, inició justo después del periodo de colonización, donde los continentes fueron repartidos a las principales potencias, pero la ambición de algunas que pretendieron colonizar territorios que ya estaban en manos de otras grandes naciones, iba desencadenando alianzas entre ellas y luchas entre sí.
A medida en que estas llamadas potencias, evolucionaban industrialmente, veían la necesidad de la explotación de recursos naturales en otras naciones, las cuales ya colonizadas, entraron en conflicto con los nuevos invasores. Así, sangrientos episodios se desencadenaban por todas partes del globo terráqueo: en África, en Europa, en América, Asia, etc., y esos grandes países cambiaban constantemente de bando.
En esos momentos fue el auge desmedido de Estados Unidos, quien luchaba contra Japón para apoderarse del Pacífico. Por otro lado, se veía una Alemania que emergía, pero con la frustración de no haber formado parte de las grandes reparticiones de tierras en el mundo.
Las potencias se vieron más divididas, con el conflicto entre Alemania e Inglaterra, polarizando así a todos. Ambas naciones querían robarse todos los territorios de África del Sur y China. Por ejemplo, se constituyó la “Triple Alianza”: Alemania, Austria y Hungría. Primero, el pacto había nacido también con Italia, pero esta no tardó en apartarse e irse a otro bando. “La Triple Alianza” luchaba a muerte contra la “Triple Entente”, formada por Rusia, Francia e Inglaterra.
Guerras Internas
No obstante la situación global, en muchas de esas llamadas potencias se generaban al mismo tiempo, guerras civiles internas devastadoras, lo cual empeoraba la situación internacional. Prácticamente el mudo ardía en llamas de violencia. La gente estaba cansada ya de la explotación de la industria y peleaban por obtener mejores garantías salariales y condiciones dignas.
De tal forma que la estrategia de los controladores mundiales, fue implantar un sentimiento nacionalista en las personas de los principales países, con el fin de fortalecer y establecer un sistema militar, como por ejemplo el servicio obligatorio, las izadas de bandera, la fiestas patria, los himnos nacionales, entre otras estrategias.
Resulta innegable la influencia masiva que ejercieron los medios de comunicación, como la radio. Persuadían a sus espectadores con esas emociones nacionalistas, poniéndolos en contra de gentes extranjeras; un caso preciso fue el futbol, donde se enfrentan naciones contra naciones y eso genera el “sentimiento patrio colectivo divisor”.
Los Balcanes prendieron la mecha en Europa
Turquía y el terrible imperio austro-húngaro, se disputaban los terrenos y el dominio de la península balcánica. Esas disputas prendieron el fuego en las demás naciones europeas, por sus diferentes intereses ambiciosos. Rusia, a pesar de ubicarse al extremo oriental del viejo continente, al sentirse fracasada en sus intentos de expansión en años anteriores, decidió apoyar a Serbia con el fin de extenderse por el Mediterráneo.
De otro lado, el estrecho de los Dardanelos, punto crucial entre el Asia Central y el Mediterráneo, estaba en el foco de los alemanes, ingleses y franceses. Era toda una batalla de intereses codiciosos de parte y parte. Así desde que abrió el siglo XX, hasta que en la mitad de la primera década, el 28 de junio de 1914, en Sarajevo, explotó la guerra en proporciones catastróficas y globales. Exactamente, el 5 de agosto de ese año, se desencadenó la gran guerra.
Se puede decir que Serbia fue uno de los grandes protagonistas, puesto que fue un estudiante fanático del nacionalismo de ese país, quien asesinó nada más ni nada menos que al heredero de la monarquía austro-húngara, Francisco Fernando y a su esposa. Ese imperio, valiéndose de ese acontecimiento, decidió declararle la guerra a Serbia. Pero como esta nación estaba apoyada por Rusia, las tropas soviéticas no se hicieron esperar y al mismo tiempo, los ejércitos de las alianzas triples.
Las estrategias de influir a las personas con sentimientos nacionalistas, había dado sus frutos. Millones de personas de distintas procedencias, se lanzaban a la guerra, totalmente convencidos de que estaban defendiendo su “patria tan amada”, pero nada ganaron las personas del común en general, sino muerte y destrucción. Sólo los intereses ocultos que maniobraban detrás de bambalinas ambas partes de la conflagración, salieron favorecidos.
La guerra culminó cuatro años más tarde, pero sus secuelas transformaron el mundo para siempre y conllevó, al segundo enfrentamiento bélico.