Las crudas vacaciones de los amantes
Gozar de una buena salud siempre es una prioridad, y por eso se toman las medidas necesarias para no decaer: visitas al médico, llevar una dieta saludable, consumir los alimentos indicados, no olvidar los medicamentos o tomar unas merecidas vacaciones que te ayuden a descansar y reponer energías, en fin, son un sinfín de opciones que están abiertas a todos.
Eso fue lo que pensó, Frédéric Chopin, quien fue con su amante (la escritora George Sand) y sus dos hijos a España a finales de 1839. La idea era ir a Mallorca con la intención de descansar, disfrutar y relajarse en un buen paseo familiar aprovechando el clima cálido que se goza en aquel sitio.
Llegaron a la hermosa Mallorca, y en el Barrio de Establiments rentaron una finca llamada Son Vent. Las tres primeras semanas que pasaron allá fueron agradables, el buen clima y los paseos campestres parecían ayudar con la salud de Chopin, pero desgraciadamente todo cambió cuando tempestades empezaron asolar la comarca afectando el estado del compositor. Las lluvias constantes, el viento y fuertes tormentas terminaron por empeorar la situación y el artista cayó enfermo para más adelante ser diagnosticado con tuberculosis.
La noticia de la enfermedad no tardó en conocerse y los lugareños, espantados por tal problema, aislaron a la pareja marcándolos como apestados. Aburridos por lo que estaban pasando, Sand y Chopin hicieron maletas y se trasladaron para la ciudad de Valldemossa, donde encontraron un espléndido templo de Cartuja que había sido abandonado por los monjes del lugar: maravillados por el sitio decidieron alquilar unas dependencias, pero el clima nuevamente fue inclemente y para el 12 de febrero de 1839 la salud de Chopin decayó aún más.
Sand tampoco la tuvo fácil, tuvo que asumir el papel de madre, secretaria, criada y enfermera más que sus costumbres liberales para la época chocaban con las costumbres de la gente del lugar: una mujer que gusta de vestir ropas masculinas, fumar y tomar, y andar a altas horas de la noche sola.
George Sand y Frédéric Chopin
El legado del tiempo vacacional
La escritora, harta de las vacaciones que había pasado, tomó todo eso como fuente de inspiración para escribir la obra Hiver à Majorque (un invierno en Mallorca) en donde hizo una fuerte crítica al sitio en donde se había instalado
Frédéric no se quedó atrás, mientras se encontraba recluido y débil por la enfermedad que lo abrumaba compuso los Preludios, la Polonesa en Do menor, op. de 40, o la Mazurca en Mi menor, op. 41 nº 2, entre otras composiciones.
Por su parte, se cree que Chopin fue mal diagnosticado debido a que compartió gran tiempo con Sand y sus hijos, y ninguno de ellos pareció contagiarse de la supuesta tisis; lo más probable era que el pianista padeciera alguna afección de las vías respiratorias.
Es así, como la historia de estos dos artistas quedará ligada a un sitio que no los trato muy bien pero que provocó en ellos la inspiración necesaria para crear grandes obras. Y actualmente, cerca del sitio donde ellos se hospedaron se encuentra un romántico hotel para todas las parejas que esperan pasar un mejor rato que Chopin y Sand.
Fuentes:
- https://www.20minutos.es/noticia/1730627/0/valldemossa/amor/chopin-sand/
Imágenes: 1: crosseyedpianist.com, 2: patch.com