Se conoce con el nombre de Realismo Mágico a una corriente o movimiento literario que tiene su máxima expresión en las Letras americanas en la segunda mitad del siglo XX, y cuya principal característica es la de situar al ser humano en un contexto mágico, donde suceden cosas inexplicables y sobrenaturales, aun cuando son tomadas con suma tranquilidad, como si de cosas regulares se trataran.
Origen del término
En cuanto al origen de la expresión que dio nombre a este movimiento, algunos especialistas en Historia del Arte han resaltado que al parecer el primero en usarla fue el crítico de origen alemán Franz Roh, quien según cuentan los anales históricos en el año 1925 empleó el término para describir una pintura con firmes imágenes surrealistas. No obstante, en esta evolución también pudo colaborar el traductor, pues la lengua española conoció la expresión Realismo Mágico gracias a la publicación en Español de la crítica de Roh, la cual apareció el mismo año en la Revista de Occidente.
Así mismo, los especialistas en Letras latinoamericanas refieren que el célebre escritor venezolano Arturo Uslar Pietri también colocó su grano de arena en la acuñación de este término como categoría literaria. De acuerdo a estos especialistas, en 1947, el narrador nacido en Venezuela habría usado el término “Realismo Mágico” para señalar el trato de la realidad que se le daba a los cuentos propios de este país, los cuales para Uslar Pietri tendían a presentar una “negación poética de la realidad”. De esta forma, los especialistas señalan entonces que a pesar de ser un término proveniente del alemán, fue españolizado y empleado por primera vez por este escritor venezolano.
Realismo Mágico versus Real Maravilloso
No obstante, es bastante común que algunos estudiantes de Literatura se encuentren un poco confundidos entre el término Realismo Mágico y los Real Maravilloso, e incluso puede suceder que se apresuren a pensar en que pueden llegar a constituir parte del mismo movimiento, cuando no es así.
En este sentido, los especialistas en Letras latinoamericanas han indicado que el Realismo Mágico, en esencia, es un movimiento literario, que trata de presentar lo cotidiano envuelto en el velo de lo extraordinario, y que fue nombrado de esta manera en 1947 por el escritor Arturo Uslar Pietri. Por su parte, lo Real Maravilloso puede ser descrito como un movimiento que señala que lo maravilloso no tiene por qué estar ligado a lo mágico o fuera de lo natural, sino que puede conseguirse en lo cotidiano americano, sobre todo en lo que se refiere a los paisajes, al menos así lo refería Alejo Carpentier, principal precursor de lo Real Maravilloso y también del término desde el año 1949 y la publicación de la obra El reino de este mundo.
Características principales del Realismo Mágico
Regresando al Realismo Mágico, sería pertinente destacar entonces algunas de los principales rasgos, que identifican a esta corriente literaria, que se desarrolló con fuerza en las Letras hispanoamericanas, sobre todo durante las décadas de los años sesenta y setenta. A continuación, algunas de ellas:
- Tal vez uno de los elementos más representativos del género sea la presencia de elementos mágicos o sucesos de orden sobrenatural, que sin embargo son asumidos por los personajes como hechos totalmente normales. De esta forma fantasía y realidad conviven sin ningún tipo de alteración.
- Así mismo, existen personajes que son capaces de comunicarse con otros seres o tener intuiciones claras del futuro. También puede que se dé la convivencia entre seres del mundo de los vivos y del mundo de los muertos, que se comuniquen e interactúen entre ellos, sin ningún tipo de novedad.
- Igualmente, en las obras pertenecientes al Realismo Mágico se pueden encontrar con regularidad personajes con un gran sentido sensorial, es decir, que cuentan con la propiedad de percibir el ambiente nítidamente con sus cinco sentidos. De igual forma, los narradores parecen colocar un énfasis especial en la percepción del entorno.
- Algunos teóricos plantean también que la mayoría de los personajes protagonistas de las historias que pueden enmarcarse dentro de la categoría literaria del Realismo Mágico se erigen como personajes boderline, es decir que son personajes marginados, marcados, distintos al común denominador de la sociedad.
- Los hechos fantásticos son asumidos como hechos reales y cotidianos, con los cuales se convive.
- De igual forma, las obras pertenecientes al movimiento del Realismo Mágico se pueden distinguir por las distintas formas de manejar el tiempo de la narración. En este sentido, el tiempo puede presentarse Cronológico (lineal); a través de la Ruptura de Planos Temporales; Estático o incluso invertido.
Máximos exponentes del Realismo Mágico
Entre los escritores más representativos de esta corriente literaria no se puede hablar de una generación o un país propiamente, puesto que el Realismo Mágico parece estar más relacionado con una forma de expresión, propia de las tierras latinoamericanas, y que puede constatarse en el verbo de numerosos escritores, quienes –como dijera uno de sus máximos representantes, el escritor colombiano Gabriel García Márquez- se limitaron apenas a colocar por escrito la forma de contar y las historias propias de este continente, que parece convivir él mismo con una mezcla natural de realidad y magia. No obstante, existen escritores y obras que se han convertido en ícono del Realismo Mágico. A continuación, algunas de ellas:
José de la Cuadra: obra Los Sagurimas (1934, Ecuador)
Arturo Uslar Pietri: obra La lluvia (1935, Venezuela)
Juan Rulfo: obra Pedro Páramo (1955, México)
Miguel Ángel Asturias: obra El señor presidente (1946, Guatemala)
Gabriel García Márquez: obra Cien Años de Soledad (1967, Colombia)
Isabel Allende: obra La Casa de los Espíritus (1982, Chile)
Laura Esquivel: obra Como Agua para Chocolate (1989, México)
Imagen: pintura «La persistencia de la memoria», Salvador Dalí (1931). Fuente: biografiasyvidas.com