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Tatuajes donde la tinta es tu propia sangre.
La escarificación y su resultado cicatrizado, junto con los tatuajes, ha existido como costumbre desde hace siglos. Son las marcas más comunes entre comunidades tribales. Símbolos del valor por el dolor que causan, el estatus social, etc. Son una manera de escribir tu historia en el cuerpo que sólo sabrán interpretar los tuyos. Seguro que habéis oído hablar de la llamada «piel de cocodrilo», una costumbre entre las mujeres africanas de insertar pequeñas astillas bajo la piel, o hacer cortes sobre esta, para obtener el aspecto de escamas. De este tipo de arte corporal, hemos pasado a representaciones más extremas. Si estáis comiendo, dejad las fotos para el postre.
Las escarificaciones decorativas que pueden hacerse en un salón de tatuajes, son de tres tipos. Se las denominan Cutting, Branding y skin removal. La idea es crear una herida, corte o escara, que al cicatrizar forme un queloide. Una escara es un tejido ulcerado, en el que la superficie de la epidermis ha desaparecido, se produce por abrasión y es muy complicada su cicatrización. El queloide, también llamado cicatriz hipertrófica, se forma cuando una herida comienza a acumular tejido cicatrizante, formando un relieve. El proceso de cicatrización depende de cada persona, en algunas apenas se forman queloides, sin embargo otras (en ellas me incluyo) somos muy propensas al desarrollo de tejido cicatrizante abultado y fibroso. En ocasiones puede crecer tanto que se extirpa mediante cirugía.
El cutting consiste, como su propio nombre en inglés indica, en cortar la piel con ayuda de un bisturí, siguiendo las líneas del dibujo. Se comienza como con cualquier otro tatuaje, dibujando en la piel el motivo a perpetuar con un bolígrafo adecuado, después se va perfilando cortando superficialmente con el bisturí la piel. De la profundidad del corte depende el grosor de la cicatriz. Por lógica, no debe superar los dos o tres milímetros, un corte de un centímetro ya requeriría sutura, y tal vez las marcas de los puntos te estropeen el dibujo. Tampoco es cuestión de desangrarse, pero sangre va a haber, y mucha, por la rotura de la red capilar. Por lo general no se utiliza anestesia, salvo casos muy especiales (gente que soporta muy mal el dolor, que como es lógico, este tipo de personas utilizarían pegatinas de las que se calcan con agua, no una navaja de barbero). Puede ir de molesto a muy doloroso, según tu umbral de dolor. Los cortes queman, pican, duelen, pero los entusiastas del body cutting dicen que esto forma parte de su magia.
El skin removal, consiste, como también indica su nombre en inglés, en quitar trozos de piel. Los dibujos en los tatuajes se rellenan con tinta, aquí el relleno es más bien un vaciado. Puede ser un complemento del cutting, vaciando algunas zonas para hacer más interesante el dibujo, o constituir todo el tatuaje en sí. En este caso, primero se corta siguiendo los bordes del dibujo como el anterior, y después se va quitando la piel del interior, la capa superior de la epidermis, bien cortando con un bisturí y unas pinzas quirúrgicas, lo que requiere maña, o retirandola por abrasión, rascando con una paleta quirúrgica. Es casos más extremos se recorta con unas tijeras, quirúrgicas también. Esta herida tiene una cicatrización más lenta, y el riesgo de infecciones es mayor al ser mayor la superficie que queda sin protección.
El Branding consiste en conseguir las cicatrices quemando la piel. Para ello se emplean metales calentados al fuego, como hacen para marcar a las vacas, un pirógrafo especial para ir perfilando el dibujo, o un líquido abrasivo, como puede ser el ácido láctico. El acabado es más feo, las cicatrices tienen un tono marrón, y la posibilidad de infección es mucho mayor, ya que para que produzcan el objetivo deseado deben rozar el tercer grado, atravesar todas las capas de la epidermis. No hace falta decir que es doloroso.
Todo proceso pasa por tres fases. Primero tienes un bonito dibujo como tatuado en tinta roja y brillante que quema y hay que cuidar para que no se infecte, porque esta es la fase más delicada, la herida está abirta y expuesta a todo tipo de gérmenes. Tampoco hay que pasarse con la curación de la herida, porque si cicatriza del todo puede que no te quede marca y haya que retocarla. La segunda parte llega cuando empieza a formarse la costra (dependiendo del grosor de la herida), el dibujo se muestra como una superficie oscura que pica mucho. Se da el caso, en los que quieren tener una escarificación muy marcada, de retirar la costra una vez formada y dejar que comienza de nuevo la cicatrización, tantas veces como creas oportuno, que suelen dos o tres, más es masoquismo. El acabado final, la tercera fase, es cuando se forma la cicatriz definitiva, puede que apenas se note, que tenga un ligero tono diferente de color al resto de la piel que va cambiando con el tiempo (empieza por el rosa) o todo un queloide en relieve.
Si os parece una buena opción para disimular esa anti estética cicatriz que casi todos tenemos, ahí van unos consejos.
Los hombros, brazos y muslos son los mejores lienzos para que el artista del bisturí de rienda suelta a su imaginación, como este bonito motivo floral o la linda telaraña hecha mediante cutting, con una araña no muy conseguida mediante skin removal.
Un lindo gatito dormido inspira ternura.
Dependiendo de la calidad de la piel, las heridas cicatrizarán de un modo u otro. Este dragón no creo que quede muy bien una vez cicatrizado.
Si en el colegio te llamaban cuatro ojos, ahora pueden hacerlo con más motivo.
Para fanáticos de la Guerra de las Galaxias, un maestro Yoda.
Dentro de lo sangrientos que son estos tipos de tatuajes, ¿por qué no recortarse una graciosa y sádica muñequita sangrienta?.
Es muy importante a la hora de hacerse un body cutting saber en manos de quién te pones. Todo depende de la maestría en el uso del bisturí, la profundidad del corte, el modo de «remover» la piel que quiere quitarse. El ejemplo de la foto no va a quedar nada bien, le pronostico una dolorosa y espantosa cicatrización. Mejor no busques cosas tan complicadas si quieres un dibujito sangriento.
Los motivos a decorar no están elegidos al azar, sino muy meditados, una cicatriz es para siempre, y suelen guardar un profundo significado para el dueño. Para amantes de la química o las matemáticas, la fórmula de la «Identidad de Euler» es una de las más originales.
Una dolorosa florecita.
Para amantes de lo oculto, «cuttearte» una ouija en la espalda es lo último, lo malo es que tú no puedes participar en las sesiones, pero serás una gran diversión para tus amigos si te pones a cuatro patas.
Una vez cicatrizado, que aquí todo depende de la capacidad de regeneración de cara persona, los dibujos no quedan tan vistosos, por ejemplo, esta chica se cuidó muy bien la herida y no parece propensa al desarrollo de queloides.
Toda una gama de queloides para conseguir una hermosa flor. Va muy bien con prótesis de silicona a ambos lados.
Este es el resultado perfecto que se espera conseguir, pero difícil. Muy útil para disimular una operación de vesícula.
Claro que para presumir de cicatriz molona primero hay que sufrir. Sí, tiene pinta de doler, y duele.
Yo me quedo con el antes, el rojo le da un toque más bonito. Al margen de lo sangriento que pueda resultar, no me negaréis que esta flor es una verdadera obra de arte, hacer ese dibujo con un bisturí no es fácil. Eso sí, para lucirlo tienes que tener una cinturita de avispa, con lorzas no queda igual de bien.
Una mano original. Antes…
Y después…
Para quién tenga estómago, dejo este bonito video explicativo. El dibujo no me gusta, pero la técnica usada es buena. Aviso, la primer mitad no da tanta grima como la segunda.
https://www.youtube.com/IFGEQLbL9ao
https://www.youtube.com/watch?v=IFGEQLbL9ao
Tejido y cortado por Angelika.
Fuentes: www.cuerpoyarte.com