La Historia de Nefertiti
De la legendaria emperadora egipcia no nos quedan más que las referencias de los jeroglíficos… y el detalladísimo busto que hoy se encuentra en el Museo de Neues, en Berlín (Alemania). De acuerdo con lo que se escribió sobre ella dirigió los destinos del gran Reino de Egipto de la mano con su esposo, con quien construyó una nueva religión que cambiaría el rumbo de esta sociedad.
La reina tuvo mucha importancia (según dicen algunos fue incluso ascendida al cargo de regente, lo que la hubiera puesto en la misma categoría que el Faraón): se calcula que vivió entre el 1370 a. C. y el 1330 a. C., cuando se pierde rastro de su nombre en las antiguas crónicas de los jeroglíficos. Mientras que algunos creen que murió, otros consideran que fue asesinada por el nuevo Faraón, Tutankamón, quien rechazó el culto al sol que ella y su esposo habían creado y comenzó un nuevo culto a Amón.
Por su importancia se cuentan por centenares los aventureros que soñaban con encontrar su tumba y develar por fin el misterio de su muerte: muchos creyeron haberlo logrado para luego darse cuenta de que los restos en la tumba no pertenecían a la conocida reina. Pero hace poco un arqueólogo llamado Nicholas Reeves parece haber encontrado evidencias que le indicarían, por fin, el lugar en el que descansa el cuerpo de Nefertiti.
La Tumba de Tutankamón
Famosa por la maldición que, se dice, pesaba sobre ella, la tumba de Tutankamón pasó a la Historia como uno de los descubrimientos arqueológicos más fascinantes de todos los tiempos. Para quienes no conocen a fondo la Historia Antigua Egipcia (de por sí muy difícil de recordar, por su larguísima duración) Tutankamón sería uno de los sucesores de Akenatón (el esposo de Nefertiti) y estaría casado con un hijo de la pareja.
Pues bien, de acuerdo con Nicholas Reeves algunas evidencias en la Tumba de Tutankamón podrían indicar que Nefertiti estaría enterrada tras una pared falsa de este mismo recinto. La hipótesis fue realizada por el arqueólogo tras un análisis bastante extensivo de fotos de altísima calidad publicadas en Madrid el año pasado por Factum Arte, una empresa dedicada a la restauración que creó un modelo digital 3D de la tumba de Tutankamón. De acuerdo con Reeves, algunas fisuras en las paredes podrían indicar la existencia de cuartos ocultos que no han sido aún revelados a la arqueología moderna.
Reeves afirma que las condiciones de la tumba de Tutankamón no son las idóneas para un faraón y que el recinto parece más bien pensado para una reina de finales de la 18° Dinastía… y sólo una mujer alcanzó tales honores en este periodo: Nefertiti. De allí se deriva la seguridad que tiene en su hallazgo. De acuerdo con el arqueólogo, la tumba habría sido rápidamente modificada con la inesperada muerte del Faraón a sus 17 años.
El interés del gobierno egipcio
Las autoridades egipcias se han mostrado interesadas y han considerado el uso de un radar especial japonés que en palabras del ministro egipcio de antigüedades Mouchira Moussa “no causará daño alguno al monumento”. Es posible que en cuestión de meses se hagan los análisis pertinentes y se determine si efectivamente hay una tumba oculta en el recinto.
El problema es que resulta particularmente complicado excavar en un monumento de la importancia de la Tumba de Tutankamón sin dañarla. Es por esto que, aunque sepamos pronto que algo se oculta tras las paredes, seguramente pasarán años antes de que comiencen las verdaderas excavaciones y sepamos si estamos en verdad ante la tumba de Nefertiti. Y quién sabe si la maldición que pese sobre ella sea aún peor que la que pesaba sobre la tumba de Tutankamón.
Fuente de imágenes: 1: theguardian.com, 2: dailymail.co.uk