El Pensante

Etapas del duelo

Sociales y humanidades - septiembre 8, 2015

Bien sea una separación, una enfermedad, la muerte de un familiar, un divorcio, la ruptura con un amigo o  el fracaso de un negocio, el humano está enfrentándose a lo largo de su vida con distintas pérdidas, que son asumidas con dolor y tristeza. Cuando esto sucede decimos que estamos frente a una sensación de duelo, proceso psíquico que está conformado por varias fases, las cuales no distan mucho de individuo a individuo.

Imagen 1. Etapas del duelo

La Psiquiatría ha logrado clasificar y describir estas fases de la sensación de duelo en cinco grandes etapas, a través de las cuales el humano va cambiando su visión y sentimientos sobre su pérdida, transitando así un camino emocional que va desde el desgarramiento producido por la separación del ser amado o el final del proceso atesorado hasta el punto en que la mente acepta y aprende a vivir con el vacío dejado por ese alguien o algo que partió de nuestras vidas.

A continuación expondremos cada una de estas fases descritas por las ciencias de la mente:

  • Fase de Negación: esta fase es la primera reacción que presenta un individuo cuando recibe la noticia o presencia el final de una persona, una relación o un ciclo laboral. Tal como su nombre lo indica la persona se niega rotundamente a creer que su familiar haya muerto, su trabajo haya terminado o relación se haya roto. Los psiquiatras afirman que en cierta medida esta reacción es una defensa psíquica del ser humano, para protegerse del dolor, y así aplazar un poco más el momento terrible de estar ante la realidad. No obstante, ante la contundencia de la realidad no puede prolongar esta etapa por mucho tiempo, es decir su permanencia dura apenas unas horas o días. El “no puede ser” poco a poco va dando paso a la siguiente etapa.
  • Fase de negociación con la realidad: una vez que la dureza de la realidad ha desmoronado el mecanismo de defensa de la negación, en el humano surge la necesidad de recurrir a lo “mágico primitivo” para tratar de cambiar la situación de pérdida por la que pasa. Esta etapa casi siempre ocurre cuando el duelo es producto de una enfermedad o ruptura de relación. Surge entonces en la persona la necesidad de establecer pactos secretos con distintas deidades (dios, ángeles, santos, etc.) a fin de intercambiar favores, ofreciendo ofrendas y buenas obras, a cambio de la restitución del estado o la situación perdida.
  • Fase de depresión: con el pasar de los días, la persona descubre que su situación no cambiará, es decir, su ser querido no regresará, o no volverá a ser contratado en el empleo que tenía, no regresará con su pareja o su salud no mejorará por arte de magia. En ese momento, surge en la persona un estado depresivo, de profunda tristeza, donde se permite llorar y sentir a fondo el desgarramiento que produce la pérdida del ser amado o de su estado perdido. Esta es una etapa natural del proceso del duelo. Sin embargo, es el punto donde más gente se queda enganchada, incluso por años. Como toda depresión, una vez transcurrido un tiempo prudencial (hasta dos semanas) de continuar el estado depresivo, debe acudirse a un orientador, a fin de que nos brinde herramientas que nos ayuden a sobrellevar el sentimiento de dolor. Su tiempo de duración varía de una persona a otra, por lo que no se puede decir a ciencia cierta cuánto tiempo transcurrirá la persona en este estado.
  • Fase de ira: de acuerdo a los expertos en conducta humana, la ira es el sentimiento que puede impulsar al humano a salir de la depresión, aunque algunos psiquiatras señalan que la ira es otra cara de la depresión, solo que conlleva una energía y un impulso. Dentro de su dolor, la persona un buen día comienza a rebelarse contra la realidad, y cambia del estado de sufrimiento a sentir que ha sido víctima de una injusticia o un error. En esta etapa surgen preguntas como por qué a mí, por qué ahora, y la persona, quien hasta ese momento se había refugiado en la súplica a sus creencias para tratar de cambiar la realidad o superar su dolor, se rebela también contra dios y el mundo, sintiendo que existe un factor externo culpable de la situación por la que atraviesa. No obstante puede ser una fase terrible tanto para la persona como para su entorno, esta etapa conlleva una liberación y la preparación para salir del luto o duelo.
  • Fase de aceptación: Luego de haber transitado las etapas y una vez que la persona ha podido superar la fase de depresión y tristeza, así como saldado cuentas con su ser querido y consigo mismo, viene una fase de aceptación, en la cual casi siempre la persona bastante cansado emocionalmente decide renunciar a su deseo de que las cosas regresen a como eran antes de su pérdida. Es decir acepta la nueva realidad en la que se encuentra. Normalmente, siente ganas de aislarse para estar consigo mismo y reorganizar su vida de vistas al futuro. A pesar de que el dolor puede continuar, las personas que llegan a esta etapa pueden ver su pérdida desde la paz de la aceptación.

Fuente de imagen: terapiabreveestrategica.com