Existe una ley universal llamada el Retorno y existe otra llamada Recurrencia. El retorno se encarga de que cada alma regrese a tomar un cuerpo físico en la Tierra. Y la Recurrencia se procesa en virtud de que esa alma repita los mismos dramas, comedias y tragedias de siempre.
Morir significa retornar nuevamente a un nuevo cuerpo físico, para repetir mecánicamente la vida. En realidad, el término debe ser “existencias sucesivas”, porque se trata de la misma vida repitiéndose en distintos vehículos materiales.
La vida es una secuencia de estados y eventos trágicos, agradables, tristes, alegres, triunfantes, fracasados, aburridos, desesperados, etc. Uno siempre se va a encontrar con la misma gente y va a repetir lo mismo con ellos, más sus consecuencias que empeoran cada vez.
Esa es la triste realidad de la Rueda del Samsara. Un dato muy curioso es que retornamos en nuestros descendientes. Por ejemplo, podríamos nacer en el cuerpo de lo que llamaríamos un nieto o bisnieto; un sobrino, etc. Esa cadena de sucesos y estados que llamamos vida se asemeja como a un filme viviente, el cual al momento de desencarnar viaja con nosotros a la eternidad.
Todo ser humano al fallecer, lleva consigo su video film llamado vida y regresa nuevamente a proyectarla en el “video beam” de una nueva personalidad en un nuevo cuerpo. Entonces vuelven a repetirse las mismas escenas melodramáticas de siempre, con las mismas personas, los mismos problemas, todo recurrentemente.
Son casi exactos los acontecimientos de todas las existencias. Nuestros defectos psicológicos son quienes protagonizan la novela y quienes poseen al cuerpo y a la personalidad para ejecutar su papel repetitivo en la historia de la vida. Si elimináramos esos defectos, desaparecerían los actores y las escenas se destruirían. Cambiaría por completo la trama.
Por ejemplo, si en una anterior existencia nos enamoramos a los 27 años de una mujer y formalizamos una relación, en esta sucederá igual. Si tuvimos un pleito con algún sujeto a la edad de los 30, en esta nos encontramos al mismo sujeto y al mismo problema. Si nos estafaron a los 40 en la anterior encarnación, sucederá tal cual en esta.
Pero eso sucede por esos actores llamados defectos psicológicos, ira, lujuria, codicia, envidia, orgullo, etc, etc, etc. Es decir, si en el caso del sujeto del pleito, que puede ser una pelea, antes de iniciarse todo si se está en plena auto observación de la mente y auto negación de lo observado, tal pelea no se ocasionaría porque para pelear se necesitan dos. Si uno mata la ira y las reacciones violentas, simplemente se hubiera retirado sin ninguna confrontación agresiva o pelea alguna, trascendiendo el karma o ley de recurrencia. Así se transforma el destino: auto observándose y negándose a sí mismo a reaccionar ante cualquier estimulo.
Cada uno de esos yoes son personas habitando en nuestro interior. Son como una especie de demonios o entidades oscuras. Cada una de ellas lleva un compromiso que debe efectuar en su debido momento de la vida.
De manera intelectual es imposible comprender cabalmente este postulado y sólo es posible desarrollando el sentido atrofiado de la auto observación psicológica, además de utilizar las técnicas de la Retrospección y el Desdoblamiento Astral Consciente. El objetivo ideal sería impedir que se cumplan esos compromisos de nuestros yoes con los yoes de las otras personas y formar una nueva vida, pero perfecta y maestra.
Los yoes de uno se comunican telepáticamente con los de las otras personas y mucho antes de encontrarse, incluso días atrás del evento recurrente, los yoes se han comunicado a través del subconsciente y del inconsciente, acuerdan una cita y se preparan para su papel en la película.
Por eso es ilógico que una persona presuma de “Saber” algo en la vida, porque para empezar ignora por completo que está siendo manipulado como marioneta por unos hilos invisibles de su psicología, los cuales le hicieron olvidarse de todo lo que ya ha vivido y experimentado en otros cuerpos, en otras existencias. Esos yoes nos mantienen dormidos ciento por ciento.
Si pudiésemos desdoblarnos conscientemente y realizar con resultados positivos la técnica de la recapitulación mágica, comprobaríamos esta verdad inefable y al mismo tiempo nos prepararíamos desde antes de que nos pasaran las cosas, para transformarlas a tiempo y desviar el mismo destino que siempre hemos tenido, pero empeorándose en cada existencia.
Para poder despertar sólo es posible matando los yoes que cargamos internamente. Ellos tienen la Consciencia atrapada y adormecida. La Muerte mística nos libera de esos grilletes psicológicos. Es posible recordar todas las existencias, incluso también antes de ser humanos, cuando éramos animales salvajes.
La técnica de la restrospección mágica es fabulosa para viajar en el tiempo y despertar nuestras memorias akáshicas y verificar por sí mismos nuestro recorrido por diversas culturas, civilizaciones, épocas, guerras, etc.
Escrito por: Diego Felipe Baquero R.