La calle Pitwick
Casas embrujadas
Cuando hablamos de una casa embrujada normalmente pensamos en las personas que allí habitan, en el terror, en la desesperación y en el escepticismo de algunos vecinos. Rara vez consideramos las consecuencias económicas de este tipo de sucesos.
Una casa embrujada puede significar una ganancia considerable para su dueño si las circunstancias son propicias: muchas personas interesadas en estos fenómenos estarían dispuestos a pagar más por ella, y en el caso de que hiciera parte de una historia narrada en la pantalla chica (o grande) seguramente los compradores serán más que abundantes.
Sin embargo, cuando a una ausencia de interés se le añade la diaria molestia y el temor de vivir en un lugar en el que suceden eventos sobrenaturales (o cuanto menos, inexplicables) tenemos la receta perfecta para el dolor de cabeza de un arrendador. Y aún más si no se trata de una sola casa, sino de toda una calle.
El fantasma de la calle Pitwick
Ubicada en Liverpool, la calle Pitwick se ha visto afectada por este tipo de fenómenos desde, al menos, los años 1800’s. De acuerdo con los vecinos que han sufrido los ataques del supuesto espíritu, se caracteriza por ser particularmente violento.
Una de las testigos del suceso es Lekeisha Davis, quien abandonó uno de estos hogares debido a la presión de aquel ser. En palabras de la mujer:
“En una ocasión mi hija, Mikiela, estaba gritando mi nombre, y cuando subí las escaleras me dijo que alguien había cerrado la puerta y la había asustado. En otra ocasión, mi madre y mi hermana estaban allí y una botella de Lucozade voló a través de la habitación sin que nadie la tocara. Llevo años diciendo que la casa está encantada”
No ha sido el único caso. Varios hogares han llenado incluso información relativa a la supuesta maldición en los sitios de arrendamiento para aclarar cualquier malentendido posterior. Aunque algunas casas parecen ser más vulnerables que otras, en general el espíritu parece pasearse por toda la cuadra.
Una supuesta fotografía del Poltergeist
De acuerdo con Tom Sleman, un investigador que le ha seguido el hilo a esta leyenda, en la segunda mitad del siglo XX el terror ha sido el acompañante natural de estos hogares. Al menos dos casos serios han sido documentados: una mujer que vivía en la casa número 69, llamada Euphemia Nimlock, fue arrojada de su cama mientras dormía y tuvo que ser hospitalizada. Por su parte, Ismael Jones, quien vivía en la casa de al lado, afirmó que el suelo solía vibrar en aquellos hogares y que permanentemente pensaba que la casa se iba a derrumbar.
Los efectos en el mercado
Dichos relatos no serían más que anécdotas de no ser por los efectos que los relatos han comenzado a tener en el mercado. Algunas de las casas de la cuadra se arriendan por tan poco como 91 Libras a la semana, y se trata de hogares de tamaño considerable, con tres habitaciones, que fácilmente podrían cobrar tres veces ese valor. Pero es que el asunto se ha vuelto popular y pocos parecen querer arrendar allí.
De seguir así, los dueños del inmueble tendrían que ir pensando en buscar a un médium. O, por qué no, a un ingeniero.
Fuente de imágenes: 1: i.huffpost.com, 2: i2.liverpoolecho.co.uk