La Ciencia y los científicos

Por consiguiente, se hará entonces una revisión sobre los conceptos Ciencia y Científicos. No obstante, estas son nociones que han desatado polémicos debates a lo largo de los siglos, período en donde cada generación ha hecho su aporte. No obstante, puede que la forma más objetiva de acercarse a estos conceptos, sea tomando en cuenta las definiciones promulgadas por la Real Academia Española de la Lengua (RAE).

En este sentido, se tendrá entonces que esta institución lingüística, es decir, la RAE, ha optado por darle a la palabra Ciencia una entrada en su diccionario, texto en donde cuenta con varias acepciones, de la cual se tomará en cuenta sin embargo la primera de ellas, en donde se concibe a la Ciencia de la siguiente forma:

Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente.

De tal manera, lo que la gente por lo general llama Ciencia no es una disciplina, sino un conjunto de disciplinas y conocimientos, que se alimentan a través de la puesta en práctica del método científico, el cual está conformado a su vez por los hábitos de la observación, la experimentación y el análisis. Así mismo, se puede agregar que la Ciencia es el resultado directo de los esfuerzos para comprender, y luego manejar, los distintos fenómenos de su entorno.

Por su parte, el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua también ha designado una entrada para el concepto Científicos, el cual ha definido entonces de la siguiente forma:

Perteneciente o relativo a la ciencia.
Que se dedica a una o más ciencias.

En resumen, para la RAE, el concepto de Científico tanto a aquellos estudios, fenómenos, leyes o conocimientos que corresponden a la Ciencia, así como a aquellas personas que dedican su estudio a este conjunto de conocimientos o disciplinas. Por ende, un Científico será un hombre que emplea el método científico para aproximarse a un fenómeno, y estudiarlo, a fin de comprenderlo, con distintos objetivos.

Frases sobre científicos

Empero, aun cuando estos conceptos pueden tener explicaciones básicas, como aquellas definiciones aportadas por la Real Academia Española de la Lengua, en realidad el oficio de Científico es una cuestión que ha suscitado gran debate en el seno de la propia Ciencia, siendo algunas de las frases más célebres, la mejor forma de aproximarse a las distintas ideas que surgen sobre esta vocación. A continuación, algunas de ellas:

Ray Bradbury (1920 – 2012)

El mejor científico está abierto a la experiencia, y esta empieza con un romance, es decir, la idea de que todo es posible.

Aun cuando por lo general el público percibe a los Científicos como personas escépticas, para las cuales el mundo es simplemente el resultado de cientos de procesos complicados y comprobables, en realidad, algunos enterados defienden que los Científicos son hombres con gran imaginación, creatividad, e incluso con una alta capacidad de abrirse a las nuevas experiencias y sus resultado.

Un ejemplo de este tipo de postura es la frase del escritor estadounidense del signo XX, Ray Bradbury, para quien el Científico era un individuo al que había que valorarle su disposición constante a la experiencia, actitud que sólo podía provenir de su gran capacidad imaginativa, en incluso en la fe respecto a las infinitas posibilidades que encierra el Universo. Pues, especulando sobre la frase de Bradbury, más allá de la necesidad de experimentar para comprobar, y sólo creer en lo comprobado, la pulsión que mueve al Científico es la misma que al Artista: La Creatividad.

Lee Smolin (nac. 1955)

En el fondo, los científicos somos gente con suerte: podemos jugar a lo que queramos durante toda la vida.

Otras de las cualidades que algunos, en especial los propios hombres de Ciencia, le atribuyen a los Científicos, es la capacidad lúdica, pues si bien para generar tesis y suposiciones hay que tener Creatividad, para entregarse a la tarea experimental, se necesita tener también una gran capacidad lúdica, pues esta será la que por un lado permitirá tener imaginación para descubrir el experimento adecuado, así como para no declinar ante los miles de ensayos y errores que deberán saborearse, antes de conseguir un descubrimiento.

No obstante, además de la capacidad lúdica, algunos científicos también celebran que la Ciencia se nutra de estos juegos y experimentos. Una ejemplo de este tipo de perspectiva lo constituye la frase del Físico y Cosmólogo estadounidense del siglo XX, Lee Smolin, para quien ser Científico es una de sus mayores suertes, puesto que su vocación le permite dedicarse a una disciplina en donde puede jugar y divertirse, investigando, experimentando y sacando conclusiones con respecto a la materia que le roba la fascinación. Por esto, no es de extrañar que para Smolin su carrera sea una suerte.

Claude Bernard (1813 -1878)

El experimentador que no sabe lo que está buscando no comprenderá lo que encuentra.

Sin embargo, incluso cuando el Científico tiene que alimentar su vocación con mucha Creatividad y motivación lúdica, estas no son las únicas bases, pues también requiere un estudio constante de antecedentes y conocimientos, ya que si no maneja esta gran cantidad de datos y sabiduría, pues aun haciendo el experimento correcto, y obteniendo resultados asombrosos, su ignorancia no le permitirá comprender lo que sus ojos ven.

Tal vez por esto, Claude Bernard, fisiólogo francés del siglo XIX, advertía sobre la importancia de entender y conocer a fondo todo lo que se sepa sobre el fenómeno que se está estudiando, a fin de que el Científico tenga la posibilidad de entender qué está mostrándole el mundo, de lo contrario la verdad pasará ante sus ojos sin que pueda entenderla.

Max Planck (1858 -1947)

Para las personas creyentes, Dios está al principio. Para los científicos está el final de todas sus reflexiones.

Así también, uno de los grandes debates que han surgido en torno a la personalidad del Científico, se relaciona con respecto a su escepticismo, el cual alguno relacionan también con su falta de fe en Dios, o en alguna deidad que haya participado de la Creación, o incluso que controle los fenómenos del Universo.

No obstante, algunos hombres de Ciencia han alzado su voz para señalar que en realidad en los Científicos no existe, en general, algo como falta de fe, sino que el orden con el que observan y se aproximan a la vida, no siempre coincide con el del común denominador. Por consiguiente, de acuerdo a este físico alemán, del siglo XIX, Max Planck, la mayoría de las personas toman el concepto Dios por sentado, sin dudar de él, es decir, se conecta al mundo desde su fe. Por el contrario, los Científicos prefieren suspender esta sensación, y tratar de explicar el porqué del mundo desde su capacidad de análisis.

No obstante, su estudio los lleva en algún momento a pensar que simplemente debe ser Dios el que se encuentra detrás de ciertas situaciones. Los científicos creen también, pero no parten de Dios para explicar, se encuentran con él en el proceso.

Robert Oppenheimer (1904-1967)

Un científico debe tomarse la libertad de plantear cualquier cuestión, de dudar de cualquier afirmación, de corregir errores.

Además de su capacidad creativa, su imaginación, motivación lúdica y escepticismo, el Científico también debería tener mucha capacidad de adaptación, e incluso gran tolerancia a la frustración, pues no siempre sus planes e ideas saldrán tal como él o ella lo piensen, ya que en el camino de la experimentación suele suceder que se acumulan muchos más ensayos y errores, que triunfos o hallazgos.

Por esto, tal como lo señala en su frase el célebre científico estadounidense del siglo XX, Robert Oppenheimer, no siempre es necesario tan sólo acercarse a la Ciencia con conocimientos y creatividad, sino que se debe estar dispuesto a cambiar el plan, y adaptarse de buena forma a las exigencias que el propio proceso experimental. Así también, de acuerdo a este físico, el Científico debe tener también su capacidad de duda intacta, pues es este sentimiento el que lo llevará a comprobar siempre si aquello que ha encontrado o que está viendo es correcto.

Finalmente, para Oppenheimer, el hombre o la mujer dedicados a la Ciencia debe tener también la capacidad y la humildad suficientes para reconocer sus errores, y corregirlos, consciente que los errores no atacan su ego, sino que son parte esencial del proceso de búsqueda, así como de ensayo y error, que puede conducirlo al conocimiento.

Albert Einstein (1879 -1955)

¿Por qué esta magnífica tecnología científica, que ahorra trabajo y nos hace la vida mas fácil, nos aporta tan poca felicidad? La repuesta es está, simplemente: porque aún no hemos aprendido a usarla con tino.

Cuando se habla del Científico, por lo general se mencionan entonces cuáles son los atributos obligatorios que debe tener toda persona entregada a la Ciencia. Sin embargo, no todos reflexionan sobre el propósito real que puede tener la Ciencia, ya que no se trata sólo de experimentar y descubrir, para acumular estos conocimientos, sino que este saber debería contribuir con algo a la felicidad humana.

En este sentido, se tendrá esta frase del célebre científico del siglo XX, Albert Einstein, para quien en realidad la Ciencia tiene la capacidad de hacer feliz al Hombre, aun cuando simplemente se le ha usado para fines prácticos, es decir, para reducir distancias, acelerar procesos o posibilitar las comunicaciones, pero todavía le falta al Hombre entender cómo estos conocimientos pueden ayudarlo a descubrir la fuente de la Felicidad.

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