El estilo de vida de una dama de compañía
Una vida llena de retos, riesgos, lujos y oportunidades para quienes alcanzaran el honor de ser damas de compañía. Esta profesión fue un cargo equivalente al de ayudante personal. Podría ser de una reina, princesa o alguna otra mujer del núcleo familiar real.
Generalmente estas habían pertenecido a un linaje noble, pero de un rango inferior. No se le consideraba una empleada doméstica y su estatus variaba de acuerdo a la etapa y el territorio. Por ejemplo, en el tiempo de la dinastía Tudor en Inglaterra, a las damas de compañía se les dividía en 4 categorías: Grandes damas, Damas de la cámara privada, Damas de honor, Doncellas de cámara.
Las damas de compañía debían dominar varias áreas y contar con algunas habilidades: tener talento musical, saber recitar o escribir poesía, bordar, pintar, saber idiomas o en algunos casos saber cocinar. Aparte de tener buen porte y belleza, debían ser modestas y pulcras.
Hay que tener en cuenta que este cargo era uno de los pocos a los que podía aspirar una mujer (desde los 16 años podían iniciar el trabajo). Se veía bien remunerada por su labor. Aparte las posibilidades de dar con un buen enlace matrimonial lo hacían más deseado.
La reina María Antonieta y sus nobles acompañantes
María Antonieta les otorgó grandes privilegios a varias de sus damas de compañía, entre las que se encontraba una de sus preferidas: Madame de Polignac. Ella llegó a alcanzar mucha influencia en la corte y amasaron grandes fortunas
Como hemos mencionado, las damas de compañía desempeñaban diferentes labores y debían acatar lo que se les pedía. Durante la coronación de Ana Bolena, ella contaba con damas de compañía que la tapaban con pañuelos cuando necesitaba escupir. También las ayudantas tenían tareas como elaborar medicinas, supervisar los sirvientes y vigilar la enseñanza de los chicos.
Inclusive escoltaban a la señora en las labores privadas del baño, esto era considerado un honor. También se les pedía a las mujeres que cosieran y elaboraran prendas para el nucleó familiar real o está el caso de la reina Jane Seymour, quien le pedía a sus acompañantes que diseñaran prendas delicadas, con complicados entramados y apliques de perla.
A pesar de que muchas de las mujeres que se desempeñaron el cargo de damas de compañía, contaban con sangre noble y uno creería que con esto se verían protegidas de abuso, se cuenta que la reina Elizabeth I en un ataque de ira terminó rompiendo el dedo de una de sus damas.
Damas de compañía que alcanzaron el trono y posiciones de poder
A diferencia de Elizabeth I que esperaba de sus damas de compañía mantuvieran su voto de soltería como ella, Catalina Médici aprovechaba sus habilidades para adquirir poder. La monarca se rodeó de un grupo de preciosas jóvenes para manipular de alguna forma a su marido y al resto de nobles de la corte. Todo con el fin de obtener secretos y poder político.
Se cuenta que Catalina mandó a una de sus más bellas asistentes para que ganara el corazón del que fue el esposo de su hija, Enrique De Navarra, futuro de rey de Francia: para que le contara lo que se estuviera planeando en la corte hizo que su hijo también cayera en las redes de la misma doncella para propiciar una enemistad entre ambos hombres. Eso sí, si alguna de las mujeres quedaba preñada la reina no dudaba en desterrarla.
Muchas de las mujeres al estar cerca de la corona llamaban la atención del rey. Ese fue el caso de Enrique VIII quien se casó con Ana Bolena. Pero Jane Seymour y Catherine Howard, quienes antes de ser reinas fueron damas de compañía al igual que Catalina Parr.
Existieron otros esposos que convirtieron a sus amantes en damas de Compañía de sus esposas para mantenerlas cerca, el rey Luis XIV eligió como amantes a dos de sus damas de compañí: Luisa de La Vallière y Madame de Montespan. Ellas estaban al servicio de su esposa María Teresa de Austria y el rey Luis XV. Este último nombra a su amante la célebre: a madame de Pompadour como dama de honor de su esposa María Leszczynska.
Hay referencias que en las cortes de algunos países asiáticos como Japón, si la reina no podía dar a luz a un heredero, una de las damas de compañía tomaba su lugar en este tipo de encargo, algo que se consideraba un honor.
Fuentes: 1. es.wikipedia.org/wiki/Dama_de_compa%C3%B1%C3%ADa#Francia
Imágenes: 1. genteyold.com
El estilo de vida de una dama de compañía
Una vida llena de retos, riesgos, lujos y oportunidades para quienes alcanzaran el honor de ser damas de compañía. Esta profesión fue un cargo equivalente al de ayudante personal. Podría ser de una reina, princesa o alguna otra mujer del núcleo familiar real.
Generalmente estas habían pertenecido a un linaje noble, pero de un rango inferior. No se le consideraba una empleada doméstica y su estatus variaba de acuerdo a la etapa y el territorio. Por ejemplo, en el tiempo de la dinastía Tudor en Inglaterra, a las damas de compañía se les dividía en 4 categorías: Grandes damas, Damas de la cámara privada, Damas de honor, Doncellas de cámara.
Las damas de compañía debían dominar varias áreas y contar con algunas habilidades: tener talento musical, saber recitar o escribir poesía, bordar, pintar, saber idiomas o en algunos casos saber cocinar. Aparte de tener buen porte y belleza, debían ser modestas y pulcras.
Hay que tener en cuenta que este cargo era uno de los pocos a los que podía aspirar una mujer (desde los 16 años podían iniciar el trabajo). Se veía bien remunerada por su labor. Aparte las posibilidades de dar con un buen enlace matrimonial lo hacían más deseado.
La reina María Antonieta y sus nobles acompañantes
María Antonieta les otorgó grandes privilegios a varias de sus damas de compañía, entre las que se encontraba una de sus preferidas: Madame de Polignac. Ella llegó a alcanzar mucha influencia en la corte y amasaron grandes fortunas
Como hemos mencionado, las damas de compañía desempeñaban diferentes labores y debían acatar lo que se les pedía. Durante la coronación de Ana Bolena, ella contaba con damas de compañía que la tapaban con pañuelos cuando necesitaba escupir. También las ayudantas tenían tareas como elaborar medicinas, supervisar los sirvientes y vigilar la enseñanza de los chicos.
Inclusive escoltaban a la señora en las labores privadas del baño, esto era considerado un honor. También se les pedía a las mujeres que cosieran y elaboraran prendas para el nucleó familiar real o está el caso de la reina Jane Seymour, quien le pedía a sus acompañantes que diseñaran prendas delicadas, con complicados entramados y apliques de perla.
A pesar de que muchas de las mujeres que se desempeñaron el cargo de damas de compañía, contaban con sangre noble y uno creería que con esto se verían protegidas de abuso, se cuenta que la reina Elizabeth I en un ataque de ira terminó rompiendo el dedo de una de sus damas.
Damas de compañía que alcanzaron el trono y posiciones de poder
A diferencia de Elizabeth I que esperaba de sus damas de compañía mantuvieran su voto de soltería como ella, Catalina Médici aprovechaba sus habilidades para adquirir poder. La monarca se rodeó de un grupo de preciosas jóvenes para manipular de alguna forma a su marido y al resto de nobles de la corte. Todo con el fin de obtener secretos y poder político.
Se cuenta que Catalina mandó a una de sus más bellas asistentes para que ganara el corazón del que fue el esposo de su hija, Enrique De Navarra, futuro de rey de Francia: para que le contara lo que se estuviera planeando en la corte hizo que su hijo también cayera en las redes de la misma doncella para propiciar una enemistad entre ambos hombres. Eso sí, si alguna de las mujeres quedaba preñada la reina no dudaba en desterrarla.
Muchas de las mujeres al estar cerca de la corona llamaban la atención del rey. Ese fue el caso de Enrique VIII quien se casó con Ana Bolena. Pero Jane Seymour y Catherine Howard, quienes antes de ser reinas fueron damas de compañía al igual que Catalina Parr.
Existieron otros esposos que convirtieron a sus amantes en damas de Compañía de sus esposas para mantenerlas cerca, el rey Luis XIV eligió como amantes a dos de sus damas de compañí: Luisa de La Vallière y Madame de Montespan. Ellas estaban al servicio de su esposa María Teresa de Austria y el rey Luis XV. Este último nombra a su amante la célebre: a madame de Pompadour como dama de honor de su esposa María Leszczynska.
Hay referencias que en las cortes de algunos países asiáticos como Japón, si la reina no podía dar a luz a un heredero, una de las damas de compañía tomaba su lugar en este tipo de encargo, algo que se consideraba un honor.
Fuentes: 1. es.wikipedia.org/wiki/Dama_de_compa%C3%B1%C3%ADa#Francia
Imágenes: 1. genteyold.com