En la Corte Victoriana
No hay que olvidar que la vida para los negros en la historia colonial fue, en muchos casos, marcada por la esclavitud, la discriminación racial y las difíciles condiciones de trabajo. Una realidad omnipresente durante gran parte de la era colonial fue la esclavitud. Los africanos fueron capturados, vendidos y transportados a través del Atlántico en el tristemente famoso comercio transatlántico de esclavos. Muchos fueron forzados a trabajar en plantaciones de azúcar, tabaco, algodón y otros cultivos en las colonias americanas. Incluso para aquellos que no eran esclavos, la vida para los negros en las colonias a menudo implicaba trabajo forzado y condiciones laborales duras. En las plantaciones, las personas trabajaban largas horas bajo el sol, enfrentando condiciones agotadoras y sin las protecciones laborales modernas. La discriminación racial fue una realidad constante.
Las leyes y normas sociales establecían jerarquías raciales que perpetuaban la desigualdad. Los negros a menudo enfrentaban restricciones en cuanto a la propiedad de tierras, el acceso a la educación y la participación en la sociedad civil. A pesar de las adversidades, muchos negros resistieron activamente la esclavitud y la opresión. Hubo rebeliones de esclavos, movimientos de resistencia y esfuerzos para preservar las tradiciones culturales africanas. Además, algunos negros pudieron forjar comunidades autónomas y mantener sus tradiciones culturales. En algunas colonias, la mezcla de culturas africanas, europeas e indígenas dio lugar a la formación de comunidades culturales distintivas. La interacción entre diferentes grupos étnicos y culturas dio lugar a una diversidad de expresiones culturales, religiosas y lingüísticas.
En la era victoriana l,a relación entre la realeza y las personas de ascendencia africana estaba marcada por las actitudes y valores de la época, que a menudo reflejaban prejuicios y discriminación racial. Sin embargo, hubo algunas figuras notables que desafiaron las normas sociales de la época y tuvieron relaciones significativas con la realeza. Durante el reinado de la Reina Victoria, tuvo lugar la Guerra Anglo-Zulú en 1879. Después de la guerra, el Rey Cetshwayo kaMpande fue capturado y exiliado, pero su nieto, Dado, fue llevado a Inglaterra. Dado fue presentado a la reina y vivió en la corte durante algún tiempo. A pesar de las restricciones impuestas a las mujeres en su tiempo, Victoria estaba interesada en la educación y la cultura.
Fue educada por tutores privados y mostró interés en la literatura y la música, quedó impresionada por la inteligencia y gracia de Sara, decidió asumir la responsabilidad de su educación y bienestar. Sara fue bautizada como Sara Forbes Bonetta, adoptando el apellido de su rescatador y el nombre «Bonetta» en honor al barco HMS Bonetta. Educada en Inglaterra, se convirtió en una mujer culta y políglota, hablando inglés, francés y yoruba. La relación entre Sara y la Reina Victoria no fue solo de protectora y protegida, sino que también se desarrolló un vínculo afectivo. La Reina proporcionó a Sara una dote y, en 1862, Sara contrajo matrimonio con el capitán James Pinson Labulo Davies, un hombre de negocios y aristócrata nigeriano.
La ceremonia tuvo lugar en la Capilla de San Nicolás, en Brighton. Estos casos son excepcionales y no representan la norma. La sociedad victoriana estaba marcada por el imperialismo, el racismo y la discriminación, y las actitudes hacia las personas de ascendencia africana eran a menudo negativas. La relación de la realeza con personas de origen africano era más común en el contexto de colonias e imperios, donde las dinastías europeas a menudo tenían conexiones con territorios colonizados en África.
La Historia de una Mujer Africana en la Corte Victoriana
Sara Forbes Bonetta fue una mujer africana que vivió en el siglo XIX y es conocida por su conexión con la realeza británica. Nació alrededor de 1843 en el área de Egbado, en la actual Nigeria, dentro del pueblo Yoruba conocidos por su rica historia, cultura y tradiciones, así como por su contribución significativa a las artes, la religión y la sociedad. Su nombre original africano era Omoba Aina, pero fue renombrada como Sara Forbes Bonetta después de ser capturada por esclavistas y llevada a Inglaterra. Aina quedó huérfana en la guerra entre tribus para luego ser vendida a la esclavitud a la edad de cinco años. Terminó en la corte del Rey Ghezo, rey de Dahomey desde 1818 hasta 1858. Durante su reinado, el reino experimentó tanto conflictos internos como externos.
Dahomey era conocido por su participación en el comercio de esclavos y por tener un ejército bien organizado y disciplinado, compuesto en su mayoría por mujeres, conocidas como las «Amazonas de Dahomey». Pero Forbes sería rescatada por la Marina Británica en 1850, el Capitán Frederick E. Forbes la llevó a Inglaterra, donde fue presentada a la Reina Victoria. «Ella sería un regalo del Rey de los Negros a la Reina de los Blancos».