Y el corazón, la sede de la sabiduría (según los antiguos egipcios) era dejado en un sitio aparte y se realizaban las recitaciones 27,28 y 29 del Libro de los muertos en las que se expresaba la importancia de mantener este órgano unido al cuerpo: “¡No me quitéis mi corazón, no critiquéis la víscera de mi corazón! Que mi corazón no dé lugar a reprimendas, porque es mi corazón”.
Se eliminaba la humedad del cuerpo con un agente deshidratador que lo secara, pero que a su vez lo dejara flexible como el natrón, una sustancia natural de carbonato de sodio y bicarbonato sódico. El proceso duraba unos 40 días y para que el cuerpo recuperara su elasticidad se limpiaba con vino de palma y especias, se rellenaba con mirra (considerado uno de los métodos caros de la época).
Gracias a detalles aportados por el historiador Heródoto, el método intermedio que utilizaban era el aceite extraído de los cedros, el cual se inyectaba en el estómago y no se extirpaban órganos, pues después de un periodo de 70 días las vísceras salían disueltas, dejando solo la piel y huesos.
Lo siguiente que acontecía era el vendado, el cual también podía variar según el costo que pagaban por el embalsamiento. La mayoría de los difuntos se amortajaban con lino corriente, por otro lado, la realeza era cubierta con tejidos de lino de gran calidad. Mientras se pasaban las vendas, se solían incluir amuletos para que los ayudaran en su paso al otro mundo y la mayoría contaban con talismanes que eran asociados algún dios en particular.
Cabe destacar que, según la capacidad financiera de los familiares, el cuerpo también era adornado con joyas y metales preciosos; y no podía faltar los papiros con recitaciones y textos mágicos entre las vendas.
Las fragancias eran de suma importancia, pues no hacía solo el trabajo más fácil a los embalsamadores al cubrir los fuertes olores, sino que brindaba un toque más personal al difunto al adornar con aromas su cuerpo.
Un trato privilegiado con el forastero
Se dice que los extranjeros eran tratados de igual forma que un rey y sus cuerpos eran embalsamados con mucho lujo. Cada parte del cuerpo era vendada de manera individual y luego se hacía de manera compacta; el gran coste de las telas era la causa de que muchas veces el difunto fuera vestido con prendas o telas desechadas que eran cortadas en tiras.
Como todo trabajo, los embalsamadores también corrieron sus riesgos, pues al usar productos como el natrón corrían el riesgo de enfermarse de los pulmones o quemar su piel. Por lo general, el oficio de embalsamador era transmitido de padre a hijo. Un detalle particular y perturbador, era el caso en que los cuerpos de las mujeres, no eran llevados a embalsamar sino 3 o 4 días después cuando se iniciara el proceso de putrefacción, como era de imaginarse algunos embalsamadores no tenían límites y podían cometer actos de necrofilia con la difunta.
Finalmente, llegaba el momento del funeral, el cual también era diferente según la persona: si la momia pertenecía a la elite sus restos eran cubiertos con una máscara y puestos en un sarcófago, el cual sería seguido por una procesión fúnebre formada por familiares, amigos y sirvientes.
Fuentes:
- historia.nationalgeographic.com.es
- www.taxidermidades.com/2012/12/taxidermia-la-momificacion-egipcia-tecnica-y-materiales-primera-parte.html
- www.univision.com/explora/como-se-hacia-la-momificacion-en-el-antiguo-egipto
Imágenes: 1. www.abc.es 2. filosofia.nueva-acropolis.es 3. historia.nationalgeographic.com.es
El proceso religioso del embalsamiento
Los embalsamadores ofrecían lo que se podría considerar un paquete de servicios, dependiendo del presupuesto de la familia. Según un descubrimiento de un taller de embalsamiento, se hallaron 5 momias, que claramente eran diferentes según la forma en que se habían conservado. Aunque lo anterior no es información nueva, en el siglo V, el famoso historiador, Heródoto de Halicarnaso, mencionó tres tipos de embalsamiento: la familia llegaba a su taller con el cuerpo y el embalsamador le mostraba a la familia los tres modelos de momias hechos de madera para que eligieran la más adecuada.
Técnicas de extracción de órganos
Debido a las condiciones climáticas en Egipto, la descomposición del cadáver no tardaba en manifestarse: es así como el primer punto a tratar era la purificación del difunto que tenía lugar en una estructura llamada ibw, en un periodo de tres días, en el cual se lavaba el cuerpo y una vez purificado se llevaba a la wabet (lugar puro) donde se iniciaba la momificación durante setenta días.
Se ha establecido que para los antiguos egipcios, el cerebro no tenía importancia y no era considerado como el órgano encargado de la razón y el pensamiento. Era así, como se vaciaba la cabeza del occiso y se utilizaba un gancho para sacar los trozos pegados al cráneo.
En primer lugar, se extraía el cerebro a través de la nariz utilizando dicho gancho y con una piedra afilada se hacía una incisión para extraer el resto de órganos como los pulmones, estomago e hígado; los cuales eran guardados en frascos.
Y el corazón, la sede de la sabiduría (según los antiguos egipcios) era dejado en un sitio aparte y se realizaban las recitaciones 27,28 y 29 del Libro de los muertos en las que se expresaba la importancia de mantener este órgano unido al cuerpo: “¡No me quitéis mi corazón, no critiquéis la víscera de mi corazón! Que mi corazón no dé lugar a reprimendas, porque es mi corazón”.
Se eliminaba la humedad del cuerpo con un agente deshidratador que lo secara, pero que a su vez lo dejara flexible como el natrón, una sustancia natural de carbonato de sodio y bicarbonato sódico. El proceso duraba unos 40 días y para que el cuerpo recuperara su elasticidad se limpiaba con vino de palma y especias, se rellenaba con mirra (considerado uno de los métodos caros de la época).
Gracias a detalles aportados por el historiador Heródoto, el método intermedio que utilizaban era el aceite extraído de los cedros, el cual se inyectaba en el estómago y no se extirpaban órganos, pues después de un periodo de 70 días las vísceras salían disueltas, dejando solo la piel y huesos.
Lo siguiente que acontecía era el vendado, el cual también podía variar según el costo que pagaban por el embalsamiento. La mayoría de los difuntos se amortajaban con lino corriente, por otro lado, la realeza era cubierta con tejidos de lino de gran calidad. Mientras se pasaban las vendas, se solían incluir amuletos para que los ayudaran en su paso al otro mundo y la mayoría contaban con talismanes que eran asociados algún dios en particular.
Cabe destacar que, según la capacidad financiera de los familiares, el cuerpo también era adornado con joyas y metales preciosos; y no podía faltar los papiros con recitaciones y textos mágicos entre las vendas.
Las fragancias eran de suma importancia, pues no hacía solo el trabajo más fácil a los embalsamadores al cubrir los fuertes olores, sino que brindaba un toque más personal al difunto al adornar con aromas su cuerpo.
Un trato privilegiado con el forastero
Se dice que los extranjeros eran tratados de igual forma que un rey y sus cuerpos eran embalsamados con mucho lujo. Cada parte del cuerpo era vendada de manera individual y luego se hacía de manera compacta; el gran coste de las telas era la causa de que muchas veces el difunto fuera vestido con prendas o telas desechadas que eran cortadas en tiras.
Como todo trabajo, los embalsamadores también corrieron sus riesgos, pues al usar productos como el natrón corrían el riesgo de enfermarse de los pulmones o quemar su piel. Por lo general, el oficio de embalsamador era transmitido de padre a hijo. Un detalle particular y perturbador, era el caso en que los cuerpos de las mujeres, no eran llevados a embalsamar sino 3 o 4 días después cuando se iniciara el proceso de putrefacción, como era de imaginarse algunos embalsamadores no tenían límites y podían cometer actos de necrofilia con la difunta.
Finalmente, llegaba el momento del funeral, el cual también era diferente según la persona: si la momia pertenecía a la elite sus restos eran cubiertos con una máscara y puestos en un sarcófago, el cual sería seguido por una procesión fúnebre formada por familiares, amigos y sirvientes.
Fuentes:
- historia.nationalgeographic.com.es
- www.taxidermidades.com/2012/12/taxidermia-la-momificacion-egipcia-tecnica-y-materiales-primera-parte.html
- www.univision.com/explora/como-se-hacia-la-momificacion-en-el-antiguo-egipto
Imágenes: 1. www.abc.es 2. filosofia.nueva-acropolis.es 3. historia.nationalgeographic.com.es
El proceso religioso del embalsamiento
Los embalsamadores ofrecían lo que se podría considerar un paquete de servicios, dependiendo del presupuesto de la familia. Según un descubrimiento de un taller de embalsamiento, se hallaron 5 momias, que claramente eran diferentes según la forma en que se habían conservado. Aunque lo anterior no es información nueva, en el siglo V, el famoso historiador, Heródoto de Halicarnaso, mencionó tres tipos de embalsamiento: la familia llegaba a su taller con el cuerpo y el embalsamador le mostraba a la familia los tres modelos de momias hechos de madera para que eligieran la más adecuada.
Técnicas de extracción de órganos
Debido a las condiciones climáticas en Egipto, la descomposición del cadáver no tardaba en manifestarse: es así como el primer punto a tratar era la purificación del difunto que tenía lugar en una estructura llamada ibw, en un periodo de tres días, en el cual se lavaba el cuerpo y una vez purificado se llevaba a la wabet (lugar puro) donde se iniciaba la momificación durante setenta días.
Se ha establecido que para los antiguos egipcios, el cerebro no tenía importancia y no era considerado como el órgano encargado de la razón y el pensamiento. Era así, como se vaciaba la cabeza del occiso y se utilizaba un gancho para sacar los trozos pegados al cráneo.
En primer lugar, se extraía el cerebro a través de la nariz utilizando dicho gancho y con una piedra afilada se hacía una incisión para extraer el resto de órganos como los pulmones, estomago e hígado; los cuales eran guardados en frascos.
Y el corazón, la sede de la sabiduría (según los antiguos egipcios) era dejado en un sitio aparte y se realizaban las recitaciones 27,28 y 29 del Libro de los muertos en las que se expresaba la importancia de mantener este órgano unido al cuerpo: “¡No me quitéis mi corazón, no critiquéis la víscera de mi corazón! Que mi corazón no dé lugar a reprimendas, porque es mi corazón”.
Se eliminaba la humedad del cuerpo con un agente deshidratador que lo secara, pero que a su vez lo dejara flexible como el natrón, una sustancia natural de carbonato de sodio y bicarbonato sódico. El proceso duraba unos 40 días y para que el cuerpo recuperara su elasticidad se limpiaba con vino de palma y especias, se rellenaba con mirra (considerado uno de los métodos caros de la época).
Gracias a detalles aportados por el historiador Heródoto, el método intermedio que utilizaban era el aceite extraído de los cedros, el cual se inyectaba en el estómago y no se extirpaban órganos, pues después de un periodo de 70 días las vísceras salían disueltas, dejando solo la piel y huesos.
Lo siguiente que acontecía era el vendado, el cual también podía variar según el costo que pagaban por el embalsamiento. La mayoría de los difuntos se amortajaban con lino corriente, por otro lado, la realeza era cubierta con tejidos de lino de gran calidad. Mientras se pasaban las vendas, se solían incluir amuletos para que los ayudaran en su paso al otro mundo y la mayoría contaban con talismanes que eran asociados algún dios en particular.
Cabe destacar que, según la capacidad financiera de los familiares, el cuerpo también era adornado con joyas y metales preciosos; y no podía faltar los papiros con recitaciones y textos mágicos entre las vendas.
Las fragancias eran de suma importancia, pues no hacía solo el trabajo más fácil a los embalsamadores al cubrir los fuertes olores, sino que brindaba un toque más personal al difunto al adornar con aromas su cuerpo.
Un trato privilegiado con el forastero
Se dice que los extranjeros eran tratados de igual forma que un rey y sus cuerpos eran embalsamados con mucho lujo. Cada parte del cuerpo era vendada de manera individual y luego se hacía de manera compacta; el gran coste de las telas era la causa de que muchas veces el difunto fuera vestido con prendas o telas desechadas que eran cortadas en tiras.
Como todo trabajo, los embalsamadores también corrieron sus riesgos, pues al usar productos como el natrón corrían el riesgo de enfermarse de los pulmones o quemar su piel. Por lo general, el oficio de embalsamador era transmitido de padre a hijo. Un detalle particular y perturbador, era el caso en que los cuerpos de las mujeres, no eran llevados a embalsamar sino 3 o 4 días después cuando se iniciara el proceso de putrefacción, como era de imaginarse algunos embalsamadores no tenían límites y podían cometer actos de necrofilia con la difunta.
Finalmente, llegaba el momento del funeral, el cual también era diferente según la persona: si la momia pertenecía a la elite sus restos eran cubiertos con una máscara y puestos en un sarcófago, el cual sería seguido por una procesión fúnebre formada por familiares, amigos y sirvientes.
Fuentes:
- historia.nationalgeographic.com.es
- www.taxidermidades.com/2012/12/taxidermia-la-momificacion-egipcia-tecnica-y-materiales-primera-parte.html
- www.univision.com/explora/como-se-hacia-la-momificacion-en-el-antiguo-egipto
Imágenes: 1. www.abc.es 2. filosofia.nueva-acropolis.es 3. historia.nationalgeographic.com.es