James “el saltador”
James Jumper (algo así como James el saltador) era un empleado de la empresa de ferrocarriles de Cape Town (Sudáfrica) conocido por saltar de un vagón a otro, aún con el tren en movimiento, hasta un fatídico día en 1877 cuando erró en el cálculo y cayó bajo el tren, el cual le cortó las dos piernas.
Desmotivado, pero con ánimos de vivir, James aplicó a un trabajo en la oficina de la estación de Uitenhage, se fabricó dos “patas de palo” (como popularmente se les conoce) e incluso hizo una especie de silla de ruedas para poder moverse con más facilidad. Sin embargo, su trabajo seguía siendo difícil, y comenzó a pensar en la posibilidad de contratar un asistente.
Y allí fue donde entró Jack:
Jack el babuino
Como ya habrán notado, la novedad con Jack es que no se trataba de una persona, sino de un mono. Específicamente, un babuino.
James lo conoció en un mercado, donde lo vio dirigiendo una carreta acarreada por un buey e, impresionado con su inteligencia, optó por comprarlo. Pronto el inteligente mono aprendió a empujar a James, a realizar las acciones necesarias en la oficina e incluso a llevar las llaves a los conductores cuando llegaban.
Esta última tarea, en particular, resultó llamativa, pues Jack la aprendió simplemente observando a James. Cada vez que llegaba un tren y sonaba el silbato cuatro veces, el empleado iba al escritorio, tomaba las llaves con dificultad y las entregaba al conductor. En cuestión de una semana, Jack estaba haciendo la tarea por sí mismo, para encanto de James.
Y más interesante aún, el babuino pronto aprendió a cambiar las señales de los trenes, tarea que realizaba de manera impecable con la supervisión de James. Pero la idílica situación pronto se complicaría, cuando las denuncias de que un mono estaba haciendo el trabajo llegaran a las directivas de la empresa.
Denuncias
En efecto, muchos de los viajeros habían visto a Jack en acción y no les causaba ni cinco de confianza ver un mono realizando una actividad tan compleja, por lo que se quejaron formalmente con las directivas de la empresa.
El asunto es bastante curioso, pues todo indica que estas personas estaban al tanto de que James había contratado un asistente, y que se llamaba Jack, pero el hecho de que fuera un babuino, al parecer, se había perdido en medio del mensaje. Por esta razón, de inmediato uno de los gerentes fue enviado de inmediato con la orden de despedir a James.
Sin embargo, al llegar al sitio el hombre se encontró con un empleado destrozado, que le rogó que antes de despedirlo le diera la oportunidad de mostrar que juntos, él y Jack, hacían un buen trabajo. Convencido de que las habilidades descritas por James eran una exageración, el gerente decidió ponerlo a prueba.
Como imaginarán, este gerente quedó anonadado ante las habilidades de Jack, que no solo entregaba las llaves a tiempo, sino que cambiaba las señales sin jamás perder de vista el tren, con la idea de tener certeza de que estaba tomando la acción adecuada. Fue tal su sorpresa que en lugar de despedir a James, contrató formalmente a Jack, pagándole un salario de 20 centavos diarios y media cerveza semanal.
Jack el Babuino trabajó en esta estación por 9 años antes de morir de tuberculosis. Y más impresionante aún: jamás cometió error alguno.
Fuentes:
- https://allthatsinteresting.com/jack-the-baboon
- https://en.wikipedia.org/wiki/Jack_(baboon)
Imágenes: 1: mentalfloss.com, 2: allthatsinteresting.com