La Batalla de Francia
En la Segunda Guerra Mundial, Francia fue uno de los beligerantes más desafortunados. Todo su plan de combate, establecido en torno a la poderosa Linea Maginot, suponía un ataque frontal alemán y una guerra semejante a aquella de 1914. En aquel, año, sin lugar a dudas, la Linea Maginot habría cambiado todo el resultado.
Pero en 1939 las cosas eran diferentes. El dominio del aire era fundamental, las tropas de tierra eran mucho más móviles y Hitler no pensaba respetar la neutralidad belga. En resumen, la línea fue franqueada y Francia cayó rápidamente ante la ofensiva alemana.
Italia, como aliada del Eje, declaró la Guerra a Francia en junio 10 de 1940. Atacó por los Alpes, la región fronteriza entre los dos países, y pese a lo crítico de la situación francesa la invasión italiana no fue la mejor.
Pero pocos lugares tuvieron un resultado tan impresionante como el Puente de San Luis.
Pont de Saint Louis
El Puente de San Luis hacía parte de una serie de pequeñas fortalezas en los Alpes que, esperaban los franceses, limitaran el avance de los italianos.
La fortificación fue destruida en los primeros días de la Batalla, que en el caso de los italianos apenas iría del 10 al 25 de junio. Una división de reconocimiento la encontró y dejó allí 9 hombres como refuerzos que, se esperaba, informarían de lo sucedido en el periodo al posterior batallón.
Solo que nunca hubo un batallón.
El 20 de junio a las 8 de la mañana un grupo de italianos arribó a las cercanías del fuerte. Avisados por el fuego francés que allí se encontraban enemigos volvieron para retornar con un grupo de unos 200 soldados que se dividieron en dos partes. Sin embargo, no pudieron contra el fuego de las metrallas y se retiraron.
Ataques subsiguientes fracasaron una, y otra, y otra, y otra vez. En total fueron cinco días que los franceses resistieron y en los que infligieron a los italianos más de 800 bajas (de las cuales 200 fueron letales). Los soldados llegaron a escapar en medio de la noche en busca de aceite de oliva, pues el cañón se había quedado sin lubricante, y para poner trampas en la eventualidad de que llegaran motorizados.
No sería hasta la firma del armisticio con Italia (cuando Francia cayó definitivamente en manos alemanas) que el grupo se vería obligado a rendirse, por órdenes de su comando mayor. Los 9 soldados caerían prisioneros de los italianos y serían reconocidos como héroes en Francia.
Imagen: cparama.com