Una pregunta incitada por un video viral
Hace un par de semanas apareció un video en la web en el que se veía un IPhone en el suelo con algunas hormigas caminando alrededor. En el video, que pueden ver aquí, las hormigas comienzan una frenética danza alrededor del celular en el momento en que este suena, creando una espiral bastante densa en torno al aparato.
Aunque muchos lo tomaron como la prueba definitiva de que las ondas de los celulares pueden afectar nuestras mentes, lo cierto es que el video ha sido muy cuestionado por varios portales y se afirma que fue realizado mediante edición digital, pues las hormigas chocan unas con otras y siguen recorridos que parecen ser predeterminados.
En todo caso, sea o no verdad este video nos recuerda un fenómeno bien documentado – aunque raro – que involucra la creación de una gigantesca espiral por parte de un grupo de hormigas que puede girar y girar por horas, y hasta días, a veces hasta la muerte de los animales.
La espiral de Guyana
El evento más espectacular que se conoce ocurrió en Guyana, en 1921. En aquel entonces las hormigas formaron una gigantesca espiral de casi 400 metros de diámetro: W. Beebe, un biólogo que se encontraba entonces en la zona analizó con detalle el movimiento de la espiral y notó que cada hormiga tardaba cerca de dos horas y media en completar el circuito.
De acuerdo con el hombre, la espiral duró más de dos días “a medida que aumentaban los pequeños cuerpos muertos, ensuciando el camino, a medida que el cansancio iba cobrando su parte”. Al final, Beebe fue testigo de cómo algunas obreras escapaban del círculo de la muerte y guiaban a sus agotadas compañeras al bosque.
Otros casos documentados de la “espiral de la muerte”
Internet está lleno de ejemplos más pequeños de lo que hace casi un siglo documentó Beebe: pequeños grupos de hormigas que parecen enloquecer y marchar en círculos. Este video, por ejemplo, muestra con mucho mayor realismo lo que aparece en el video del IPhone en una espiral que parece involucrar miles de hormigas y por momentos se asemeja a una galaxia girando.
Pero lo que es más interesante, de acuerdo con varios portales es posible desencadenar estas espirales de manera artificial en un grupo de hormigas. Lo único que debe hacerse es colocarlas en un espacio cerrado: eventualmente reconocerán su propia esencia y comenzarán a seguir el rastro que dejaron antes, sin detenerse hasta que mueran de cansancio… o hasta que una circunstancia favorable los lleve de nuevo a un camino real. Por ejemplo, las hormigas que llegan a un plato siguen recurrentemente estos recorridos repetitivos.
¿A qué se debe este fenómeno?
Las hormigas no piensan, no, al menos, como nosotros lo hacemos. Su sociedad es el ejemplo más impresionante de un fenómeno conocido como “eusocialidad” en el que un colectivo de la misma especie se diferencia con objeto de cuidar la descendencia de un único individuo (en ocasiones, un grupo pequeño) y de cumplir distintos roles en la sociedad. Las hormigas no son una entidad per se, son solo parte de un todo más grande (un hormiguero) y viven y mueren por la supervivencia de éste.
Por esta razón podemos incluso considerar que no son seres vivos, sino autómatas, robots al servicio de un “ser vivo” complejo (el nido). Las hormigas no razonan, ellas solo siguen instintos que miles de años de evolución han convertido en una herramienta extremadamente eficiente: cada hormiga sigue las señales de la hormiga más cercana y así encuentran los caminos más rápidos al alimento y evitan el peligro.
Sin embargo, puede suceder que una hormiga líder, por error, comience a seguir el rastro de otra que, a su vez, va siguiéndola a ella. A partir de este momento la situación se vuelve completamente caótica y las hormigas entran en un círculo vicioso que podría llevarlas a todas a la muerte.
Mal por las hormigas, pensarán algunos. ¿Pero acaso los humanos no actuamos muchas veces así?
Fuente de imágenes: i.ytimg.com