Cada vez más, diera la impresión de que el tiempo se pasa velozmente y que los días son un abrir y cerrar de ojos. El problema es que aparte de que nuestras vidas se acortan mucho aparentemente, no nos alcanzan las horas para las diferentes actividades que requerimos. No obstante, algunos científicos han propuesto una manera de alargar los días y vivir de una forma más prolongada e intensa: con el sueño polifásico.
Se trata de un método que consiste en disciplinar el sueño. Por lo general, las personas acostumbran a esforzarse durante una jornada diurna y descansar un promedio de ocho horas diarias, tal como lo proponen la medicina oficial. Empero, aunque también sea muy placentero, estaríamos durmiendo la tercera parte de nuestra existencia. A muchos no les alcanzan las horas diurnas para llevar a cabo sus objetivos y por ende, si disminuyeran el tiempo de dormir, contarían con más amplitud de la jornada y aprovechar más la oportunidad de estar vivos.
Dormir sólo dos horas
Al someterse a los métodos del sueño polifásico, prácticamente se está cambiando por completo el modo de vida. Según esta tesis, al cambiar de manera radical la manera como se dormita, podría llegarse al punto de disponer de 22 horas diarias, para disfrutar de la existencia, de la familia, de la espiritualidad, del intelecto, hobbies, producción de dinero, etc. Pero, ¿realmente alguien pudiera hacerlo sin dañar su salud física y mental?
Dentro de los mamíferos monofásicos encontramos al hombre. Generalmente sólo dormimos una vez, durante un periodo prolongado en la noche. Lo mismo sucede con los monos. Pero como consecuencia de desórdenes del sueño, sea cual sea su causa, existen personas que experimentan un sueño polifásico, como por ejemplo los médicos, policías, militares, astronautas, vigilantes, estudiantes, entre otros. Animales como los perros, y muchos otros, son polifásicos, duermen cortos periodos en el día y la noche.
Los estudios y experimentos han revelado que sí es posible adaptarse a un sueño polifásico, si uno se lo propone y se disciplina. Se descubrió que nuestra fisiología tiene todas las características propicias para hacerlo realidad. Actualmente, en el mundo muchas personas se han acoplado a este sistema y disfrutan de sus ventajas. Todos afirman haber cambiado radicalmente su modo de vida y concuerdan en que han alargado su existencia.
Los bebés y las personas ancianas son quienes más presentan un sueño polifásico naturalmente. Esto causado principalmente por los cambios en el ritmo del corazón y otras situaciones del tiempo. Lo que la ciencia denomina “el reloj interno”, prácticamente controla nuestra vida en su totalidad, en los diversos aspectos como el apetito, el ánimo, la vitalidad, la concentración, la productividad, la sexualidad, etc. Al modificarlo, es claro que se alteran todos los factores.
Debe ser un proceso gradual
Lo que sí advierten los expertos en el sueño polifásico, es que se debe proceder gradualmente, puesto que si se realiza violentamente, o si el trastorno del sueño es generado por alguna enfermedad, entonces podría llegar a ser peligroso y letal, con consecuencias demasiado negativas. Lo primero que se vería gravemente afectado, es el sistema cognitivo.
Un rasgo fundamental en las personas que se han sometido a la disciplina del sueño polifásico, es que sienten que deben permanecer activos durante más de 22 horas al día y con frecuencia. Esto llega a suceder obligatoriamente en pilotos, militares, médicos, capitanes de barcos, profesiones y empleos que se ajustan a turnos de día y de noche. En el caso de los astronautas, la rutina es trabajar durante cuatro horas consecutivas, luego dormir dos horas y volver a retomar el espacio de trabajo de cuatro horas, de modo sucesivo.
La corriente de los científicos que apoyan este sistema revolucionario del sueño, recomiendan varias técnicas como la bifásica, Dymaxion, Everyman, y Uberman, que han sido planteadas por algunos psicólogos y neurólogos. Uno de esas mentes brillantes, es el doctor Buckminster Fuller, quien afirma que uno puede vivir plenamente si tan sólo duerme media hora cada seis horas.
Sin embargo, no cesan de advertir que no todos estamos capacitados para ello, y que lo mejor es comenzar con disminuir gradualmente el descanso nocturno para acostumbrar lentamente al organismo. Alterar de modo violento el ciclo circadiano podría acarrear serias consecuencias. La comunidad científica no se ha puesto de acuerdo en cuanto el número de horas de sueño necesarias para los seres humanos. Las opiniones permanecen divididas.
El término de “sueño polifásico” fue atribuido por J. S. Szymanski, un psicólogo del siglo XX. Pero hay evidencias de que los grandes genios de las épocas poco dormían, para aprovechar el tiempo en sus investigaciones y análisis. Mentes brillantes como Nikola Tesla, Albert Einstein, Newton, Leonardo Da Vinci, entre otros. El sueño polifásico se volvió muy famoso en el año 1943, gracias a que el escritor y filósofo Buckminster Fuller, inventó un método que dio resultados favorables a la mayoría de quienes lo usaron. Consiste en sustituir el sueño de por la noche, por siestas de cortos periodos, aproximadamente 20 minutos, en una frecuencia de cada seis horas. Así se viviría 22 horas al día.
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