La estrategia militar de los mayas en acción
Gracias a la experiencia bélica peninsular, tres indígenas plantearon la guerra a muerte contra todas las castas que traían miseria a los nativos. Manuel Antonio Ay, Cecilio Chi y Jacinto Pat comenzaron la lucha que ocasionaría más de 250000 muertos en menos de medio siglo.
El primero en ser capturado por las fuerzas estatales fue Manuel Antonio, el cual hacía proselitismo en varios pueblos. El 26 de julio de 1847 fue llevado a la ciudad de Valladolid donde fue ahorcado. Ante esto, Cecilio Chi asesinó a todos los blancos en Tepich, de donde él era cacique.
La reacción gubernamental fue atroz contra otros caciques, a los cuales justició antes de que empezara cualquier hostilidad. Los caciques de Motul, Nolo, Euán, Yaxcucul, Chicxulub y Acanceh fueron asesinados y esas poblaciones incendiadas.
El caudillo José Venancio Pec reaccionó tomando más de 200 pueblos, desolándolos de poblaciones blancas y aumentando su poderío militar sobre los indígenas que cada vez se sumaban a la resistencia rebelde. En la Ciudad de Bacalar hicieron una masacre en toda la población y los sobrevivientes escaparon a la Honduras Británica.
Ante la desesperación, el gobierno de Yucatán encabezado por el político Santiago Mendez, mandó un mensaje a EEUU para que le colaboraran con tropas para apaciguar a los indígenas. La respuesta fue un no, pero casi mil estadounidenses fueron y ocasionaron tantos desastres que se prefirió omitir ayudas extranjeras.
Por su parte la resistencia indígena se suministraba de material bélico de los ingleses. Por medio de Honduras Británica, recibían armamento.
Para 1848 se hicieron las primeras negociaciones en Tzucacab, pero fracasaron. Las contribuciones iban a ser rebajadas por cantidades menores, no iban a pagar arrendamientos y se iban a perdonar deudas. Los beligerantes no aceptaron y la guerra continuó.
Toda la parte oriental de la península estaba en manos de los indígenas para 1848, pero cuando comenzaron las lluvias se devolvieron a sus casas porque tenían que sembrar, la necesidad de la comida y de proseguir sus costumbres pudo más que el ejercicio bélico.
El gobierno yucateco aprovechó para pertrecharse con ayuda del gobierno mexicano, quedando formalmente como un estado de República mexicana, el 17 de agosto de 1848. Varias ciudades fueron tomadas por las fuerzas oficiales y el asesinato de líderes como Marcelo Pat, contribuyó a la pérdida de fuerza india.
Con la muerte de varios líderes mayas, surgieron los cruzoob. Ellos se encargaron de enfrentar al estado durante todos los años que duró el conflicto. El suroriente de Yucatán quedó en manos indígenas y no fue posible pacificarla.
La Ciudad mítica de Chan Santa Cruz
La continuación de hostilidades se vio beneficiada por el armamento que llegaba de Belice durante la segunda mitad del siglo XIX y la resistencia de Chan Santa Cruz, Bacalar y Chetumal.
La guerra continuó en forma de guerrillas y con hostilidades internas. José Venancio Pec asesinó a Jacinto Pat por traicionar el movimiento. Además, muchas rencillas siguieron presentándose entre los guerrilleros que siguieron cuidándose en la selva oriental, allí en Chan Santa Cruz, donde resistieron más de 50 años.
Fin de la Guerra de Castas
La llegada del siglo XX significó la caída de los reductos mayas. El comandante Ángel Ortiz Monasterio fue el encargado de tomar las poblaciones que aun resistían, en 1901, junto con el general Ignacio A. Bravo. Bacalar, Chetumal, Chan Santa Cruz (Hoy llamado Felipe Carrillo Puerto) fueron el símbolo de la resistencia.
Durante varios años después la guerra siguió y hasta el día de hoy siguen viviéndose hostilidades contra las poblaciones nativas por parte de las fuerzas del orden.
Fuentes:
- https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/la-guerra-de-castas-peninsula-de-yucatan-1847-1901
- https://www.revistauniversitaria.uady.mx/pdf/268/ru2686.pdf
- https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Castas#cite_ref-14
- https://www.gob.mx/siap/articulos/inicio-de-la-guerra-de-castas?idiom=es
Imágenes: 1. es.wikipedia.org 2. www.mexicodesconocido.com.mx/guerra-de-castas.html 3. https://www.meridadeyucatan.com/la-guerra-de-castas/
Las razones políticas y el cambio de paradigma
Junto con la injusticia que respiraban los nativos mayas que vivieron en Yucatán durante el siglo XIX, se sumaba la ola de violencia política que trajo las convulsiones independentistas.
La península fue independiente de México durante dos periodos y los pobladores tuvieron que aguantar las tensiones de caudillos meridistas y campechanos. Esto desencadenaba la formación de pequeños ejércitos que luchaban entre ellos y que azotaban los pueblos más pequeños con asesinatos de todos los tipos.
Además, la separación y desconocimiento del gobierno de Santa Ana por parte de la península, aunó las problemáticas internas con la búsqueda de soluciones económicas y sociales, pero como la población indígena ya estaba harta de los vejámenes cometidos a lo largo de los años, decidió organizarse.
Cuando se hizo la subdivisión de élites regionales en élites locales, la voz indígena adoptó un discurso propio que fue escuchándose cada vez más. Desde las poblaciones ocultas que vivían en la Selva Lacandona, muchas veces formadas por escapistas de la ley, capaces de formar comunidades enteras fuera de la administración republicana.
Aún así, la expansión de las ideas liberales en la península ocasionó que los pueblos de Peto, Tekax, Tihosuco y Hopelchén, sufrieran extinciones de dominio que se sumaría a todos los demás abusos de la iglesia y el estado, por el beneficio de los criollos blancos que se beneficiaban por la Ley de Colonización de 1841.
La estrategia militar de los mayas en acción
Gracias a la experiencia bélica peninsular, tres indígenas plantearon la guerra a muerte contra todas las castas que traían miseria a los nativos. Manuel Antonio Ay, Cecilio Chi y Jacinto Pat comenzaron la lucha que ocasionaría más de 250000 muertos en menos de medio siglo.
El primero en ser capturado por las fuerzas estatales fue Manuel Antonio, el cual hacía proselitismo en varios pueblos. El 26 de julio de 1847 fue llevado a la ciudad de Valladolid donde fue ahorcado. Ante esto, Cecilio Chi asesinó a todos los blancos en Tepich, de donde él era cacique.
La reacción gubernamental fue atroz contra otros caciques, a los cuales justició antes de que empezara cualquier hostilidad. Los caciques de Motul, Nolo, Euán, Yaxcucul, Chicxulub y Acanceh fueron asesinados y esas poblaciones incendiadas.
El caudillo José Venancio Pec reaccionó tomando más de 200 pueblos, desolándolos de poblaciones blancas y aumentando su poderío militar sobre los indígenas que cada vez se sumaban a la resistencia rebelde. En la Ciudad de Bacalar hicieron una masacre en toda la población y los sobrevivientes escaparon a la Honduras Británica.
Ante la desesperación, el gobierno de Yucatán encabezado por el político Santiago Mendez, mandó un mensaje a EEUU para que le colaboraran con tropas para apaciguar a los indígenas. La respuesta fue un no, pero casi mil estadounidenses fueron y ocasionaron tantos desastres que se prefirió omitir ayudas extranjeras.
Por su parte la resistencia indígena se suministraba de material bélico de los ingleses. Por medio de Honduras Británica, recibían armamento.
Para 1848 se hicieron las primeras negociaciones en Tzucacab, pero fracasaron. Las contribuciones iban a ser rebajadas por cantidades menores, no iban a pagar arrendamientos y se iban a perdonar deudas. Los beligerantes no aceptaron y la guerra continuó.
Toda la parte oriental de la península estaba en manos de los indígenas para 1848, pero cuando comenzaron las lluvias se devolvieron a sus casas porque tenían que sembrar, la necesidad de la comida y de proseguir sus costumbres pudo más que el ejercicio bélico.
El gobierno yucateco aprovechó para pertrecharse con ayuda del gobierno mexicano, quedando formalmente como un estado de República mexicana, el 17 de agosto de 1848. Varias ciudades fueron tomadas por las fuerzas oficiales y el asesinato de líderes como Marcelo Pat, contribuyó a la pérdida de fuerza india.
Con la muerte de varios líderes mayas, surgieron los cruzoob. Ellos se encargaron de enfrentar al estado durante todos los años que duró el conflicto. El suroriente de Yucatán quedó en manos indígenas y no fue posible pacificarla.
La Ciudad mítica de Chan Santa Cruz
La continuación de hostilidades se vio beneficiada por el armamento que llegaba de Belice durante la segunda mitad del siglo XIX y la resistencia de Chan Santa Cruz, Bacalar y Chetumal.
La guerra continuó en forma de guerrillas y con hostilidades internas. José Venancio Pec asesinó a Jacinto Pat por traicionar el movimiento. Además, muchas rencillas siguieron presentándose entre los guerrilleros que siguieron cuidándose en la selva oriental, allí en Chan Santa Cruz, donde resistieron más de 50 años.
Fin de la Guerra de Castas
La llegada del siglo XX significó la caída de los reductos mayas. El comandante Ángel Ortiz Monasterio fue el encargado de tomar las poblaciones que aun resistían, en 1901, junto con el general Ignacio A. Bravo. Bacalar, Chetumal, Chan Santa Cruz (Hoy llamado Felipe Carrillo Puerto) fueron el símbolo de la resistencia.
Durante varios años después la guerra siguió y hasta el día de hoy siguen viviéndose hostilidades contra las poblaciones nativas por parte de las fuerzas del orden.
Fuentes:
- https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/la-guerra-de-castas-peninsula-de-yucatan-1847-1901
- https://www.revistauniversitaria.uady.mx/pdf/268/ru2686.pdf
- https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Castas#cite_ref-14
- https://www.gob.mx/siap/articulos/inicio-de-la-guerra-de-castas?idiom=es
Imágenes: 1. es.wikipedia.org 2. www.mexicodesconocido.com.mx/guerra-de-castas.html 3. https://www.meridadeyucatan.com/la-guerra-de-castas/
La negativa a las contribuciones civiles y eclesiásticas
Desde la conquista colonial, los grupos nativos se vieron envueltos en un proceso de evangelización complejo donde la Orden Jesuita se encargó de reunir a las comunidades dispersas en urbanizaciones con un trazado español. La idea de civilizar vino de la mano con la lucha contra la cosmovisión maya.
La iglesia, desde el inicio de la conquista, intentó preservar el derecho del rey español, lo que generó su alianza con la administración propuesta por la Corona. Claramente no fue fácil dicho proceso de asimilación occidental, por lo cual, la resistencia nativa fue fuerte y duró mucho más que las pacificaciones en otras partes del continente.
La encomienda era recomendada a los conversos pero el grueso de la población mantuvo su estilo de vida agrícola. Aunque tenían que dar un pago en trabajo a la administración colonial, su proceso de asimilación nunca fue completo.
Con la llegada de la independencia mexicana en 1821, la Capitanía de Yucatán y la Administración Eclesiástica siguieron decretando impuestos en toda la península. Cuando llegó mediados del siglo, los indígenas debían pagar el equivalente a 144 horas de trabajo al mes para ajustarse a las fiscalizaciones.
Es por eso que los impuestos fijos equivalían a 2 reales al mes, pero los variables, que eran los sacramentos, valían un poco más (2 reales para matrimonios y 5 reales para entierros). Obviamente el abuso era la norma y quien no pagara era azotado y humillado en cada poblado.
Además de las contribuciones obligatorias, los indígenas sufrían la expansión agrícola de grandes terratenientes que tomaban sus tierras para ganadería o para las haciendas nacientes de henequén. Por dicho motivo, la tierra se fue desplazando de manos a los curas, militares y empresarios.
En la península de Yucatán, con el proceso político que vivió en la primera mitad del siglo XIX, no cambió tanto su composición racial como en el Bajío mexicano. Los españoles que vivían aquí mantuvieron su poderío al igual que en el periodo Virreinal, además de sus derechos civiles sobre los de los indios.
Se sabe que también los indígenas al sufrir los vejámenes estaban atados a los blancos y cuando ellos querían, podían venderlos en Cuba como esclavos. Como trabajaban toda su vida en tiendas de raya, entonces vivían peor que en el Sistema Feudal.
Las razones políticas y el cambio de paradigma
Junto con la injusticia que respiraban los nativos mayas que vivieron en Yucatán durante el siglo XIX, se sumaba la ola de violencia política que trajo las convulsiones independentistas.
La península fue independiente de México durante dos periodos y los pobladores tuvieron que aguantar las tensiones de caudillos meridistas y campechanos. Esto desencadenaba la formación de pequeños ejércitos que luchaban entre ellos y que azotaban los pueblos más pequeños con asesinatos de todos los tipos.
Además, la separación y desconocimiento del gobierno de Santa Ana por parte de la península, aunó las problemáticas internas con la búsqueda de soluciones económicas y sociales, pero como la población indígena ya estaba harta de los vejámenes cometidos a lo largo de los años, decidió organizarse.
Cuando se hizo la subdivisión de élites regionales en élites locales, la voz indígena adoptó un discurso propio que fue escuchándose cada vez más. Desde las poblaciones ocultas que vivían en la Selva Lacandona, muchas veces formadas por escapistas de la ley, capaces de formar comunidades enteras fuera de la administración republicana.
Aún así, la expansión de las ideas liberales en la península ocasionó que los pueblos de Peto, Tekax, Tihosuco y Hopelchén, sufrieran extinciones de dominio que se sumaría a todos los demás abusos de la iglesia y el estado, por el beneficio de los criollos blancos que se beneficiaban por la Ley de Colonización de 1841.
La estrategia militar de los mayas en acción
Gracias a la experiencia bélica peninsular, tres indígenas plantearon la guerra a muerte contra todas las castas que traían miseria a los nativos. Manuel Antonio Ay, Cecilio Chi y Jacinto Pat comenzaron la lucha que ocasionaría más de 250000 muertos en menos de medio siglo.
El primero en ser capturado por las fuerzas estatales fue Manuel Antonio, el cual hacía proselitismo en varios pueblos. El 26 de julio de 1847 fue llevado a la ciudad de Valladolid donde fue ahorcado. Ante esto, Cecilio Chi asesinó a todos los blancos en Tepich, de donde él era cacique.
La reacción gubernamental fue atroz contra otros caciques, a los cuales justició antes de que empezara cualquier hostilidad. Los caciques de Motul, Nolo, Euán, Yaxcucul, Chicxulub y Acanceh fueron asesinados y esas poblaciones incendiadas.
El caudillo José Venancio Pec reaccionó tomando más de 200 pueblos, desolándolos de poblaciones blancas y aumentando su poderío militar sobre los indígenas que cada vez se sumaban a la resistencia rebelde. En la Ciudad de Bacalar hicieron una masacre en toda la población y los sobrevivientes escaparon a la Honduras Británica.
Ante la desesperación, el gobierno de Yucatán encabezado por el político Santiago Mendez, mandó un mensaje a EEUU para que le colaboraran con tropas para apaciguar a los indígenas. La respuesta fue un no, pero casi mil estadounidenses fueron y ocasionaron tantos desastres que se prefirió omitir ayudas extranjeras.
Por su parte la resistencia indígena se suministraba de material bélico de los ingleses. Por medio de Honduras Británica, recibían armamento.
Para 1848 se hicieron las primeras negociaciones en Tzucacab, pero fracasaron. Las contribuciones iban a ser rebajadas por cantidades menores, no iban a pagar arrendamientos y se iban a perdonar deudas. Los beligerantes no aceptaron y la guerra continuó.
Toda la parte oriental de la península estaba en manos de los indígenas para 1848, pero cuando comenzaron las lluvias se devolvieron a sus casas porque tenían que sembrar, la necesidad de la comida y de proseguir sus costumbres pudo más que el ejercicio bélico.
El gobierno yucateco aprovechó para pertrecharse con ayuda del gobierno mexicano, quedando formalmente como un estado de República mexicana, el 17 de agosto de 1848. Varias ciudades fueron tomadas por las fuerzas oficiales y el asesinato de líderes como Marcelo Pat, contribuyó a la pérdida de fuerza india.
Con la muerte de varios líderes mayas, surgieron los cruzoob. Ellos se encargaron de enfrentar al estado durante todos los años que duró el conflicto. El suroriente de Yucatán quedó en manos indígenas y no fue posible pacificarla.
La Ciudad mítica de Chan Santa Cruz
La continuación de hostilidades se vio beneficiada por el armamento que llegaba de Belice durante la segunda mitad del siglo XIX y la resistencia de Chan Santa Cruz, Bacalar y Chetumal.
La guerra continuó en forma de guerrillas y con hostilidades internas. José Venancio Pec asesinó a Jacinto Pat por traicionar el movimiento. Además, muchas rencillas siguieron presentándose entre los guerrilleros que siguieron cuidándose en la selva oriental, allí en Chan Santa Cruz, donde resistieron más de 50 años.
Fin de la Guerra de Castas
La llegada del siglo XX significó la caída de los reductos mayas. El comandante Ángel Ortiz Monasterio fue el encargado de tomar las poblaciones que aun resistían, en 1901, junto con el general Ignacio A. Bravo. Bacalar, Chetumal, Chan Santa Cruz (Hoy llamado Felipe Carrillo Puerto) fueron el símbolo de la resistencia.
Durante varios años después la guerra siguió y hasta el día de hoy siguen viviéndose hostilidades contra las poblaciones nativas por parte de las fuerzas del orden.
Fuentes:
- https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/la-guerra-de-castas-peninsula-de-yucatan-1847-1901
- https://www.revistauniversitaria.uady.mx/pdf/268/ru2686.pdf
- https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Castas#cite_ref-14
- https://www.gob.mx/siap/articulos/inicio-de-la-guerra-de-castas?idiom=es
Imágenes: 1. es.wikipedia.org 2. www.mexicodesconocido.com.mx/guerra-de-castas.html 3. https://www.meridadeyucatan.com/la-guerra-de-castas/
La negativa a las contribuciones civiles y eclesiásticas
Desde la conquista colonial, los grupos nativos se vieron envueltos en un proceso de evangelización complejo donde la Orden Jesuita se encargó de reunir a las comunidades dispersas en urbanizaciones con un trazado español. La idea de civilizar vino de la mano con la lucha contra la cosmovisión maya.
La iglesia, desde el inicio de la conquista, intentó preservar el derecho del rey español, lo que generó su alianza con la administración propuesta por la Corona. Claramente no fue fácil dicho proceso de asimilación occidental, por lo cual, la resistencia nativa fue fuerte y duró mucho más que las pacificaciones en otras partes del continente.
La encomienda era recomendada a los conversos pero el grueso de la población mantuvo su estilo de vida agrícola. Aunque tenían que dar un pago en trabajo a la administración colonial, su proceso de asimilación nunca fue completo.
Con la llegada de la independencia mexicana en 1821, la Capitanía de Yucatán y la Administración Eclesiástica siguieron decretando impuestos en toda la península. Cuando llegó mediados del siglo, los indígenas debían pagar el equivalente a 144 horas de trabajo al mes para ajustarse a las fiscalizaciones.
Es por eso que los impuestos fijos equivalían a 2 reales al mes, pero los variables, que eran los sacramentos, valían un poco más (2 reales para matrimonios y 5 reales para entierros). Obviamente el abuso era la norma y quien no pagara era azotado y humillado en cada poblado.
Además de las contribuciones obligatorias, los indígenas sufrían la expansión agrícola de grandes terratenientes que tomaban sus tierras para ganadería o para las haciendas nacientes de henequén. Por dicho motivo, la tierra se fue desplazando de manos a los curas, militares y empresarios.
En la península de Yucatán, con el proceso político que vivió en la primera mitad del siglo XIX, no cambió tanto su composición racial como en el Bajío mexicano. Los españoles que vivían aquí mantuvieron su poderío al igual que en el periodo Virreinal, además de sus derechos civiles sobre los de los indios.
Se sabe que también los indígenas al sufrir los vejámenes estaban atados a los blancos y cuando ellos querían, podían venderlos en Cuba como esclavos. Como trabajaban toda su vida en tiendas de raya, entonces vivían peor que en el Sistema Feudal.
Las razones políticas y el cambio de paradigma
Junto con la injusticia que respiraban los nativos mayas que vivieron en Yucatán durante el siglo XIX, se sumaba la ola de violencia política que trajo las convulsiones independentistas.
La península fue independiente de México durante dos periodos y los pobladores tuvieron que aguantar las tensiones de caudillos meridistas y campechanos. Esto desencadenaba la formación de pequeños ejércitos que luchaban entre ellos y que azotaban los pueblos más pequeños con asesinatos de todos los tipos.
Además, la separación y desconocimiento del gobierno de Santa Ana por parte de la península, aunó las problemáticas internas con la búsqueda de soluciones económicas y sociales, pero como la población indígena ya estaba harta de los vejámenes cometidos a lo largo de los años, decidió organizarse.
Cuando se hizo la subdivisión de élites regionales en élites locales, la voz indígena adoptó un discurso propio que fue escuchándose cada vez más. Desde las poblaciones ocultas que vivían en la Selva Lacandona, muchas veces formadas por escapistas de la ley, capaces de formar comunidades enteras fuera de la administración republicana.
Aún así, la expansión de las ideas liberales en la península ocasionó que los pueblos de Peto, Tekax, Tihosuco y Hopelchén, sufrieran extinciones de dominio que se sumaría a todos los demás abusos de la iglesia y el estado, por el beneficio de los criollos blancos que se beneficiaban por la Ley de Colonización de 1841.
La estrategia militar de los mayas en acción
Gracias a la experiencia bélica peninsular, tres indígenas plantearon la guerra a muerte contra todas las castas que traían miseria a los nativos. Manuel Antonio Ay, Cecilio Chi y Jacinto Pat comenzaron la lucha que ocasionaría más de 250000 muertos en menos de medio siglo.
El primero en ser capturado por las fuerzas estatales fue Manuel Antonio, el cual hacía proselitismo en varios pueblos. El 26 de julio de 1847 fue llevado a la ciudad de Valladolid donde fue ahorcado. Ante esto, Cecilio Chi asesinó a todos los blancos en Tepich, de donde él era cacique.
La reacción gubernamental fue atroz contra otros caciques, a los cuales justició antes de que empezara cualquier hostilidad. Los caciques de Motul, Nolo, Euán, Yaxcucul, Chicxulub y Acanceh fueron asesinados y esas poblaciones incendiadas.
El caudillo José Venancio Pec reaccionó tomando más de 200 pueblos, desolándolos de poblaciones blancas y aumentando su poderío militar sobre los indígenas que cada vez se sumaban a la resistencia rebelde. En la Ciudad de Bacalar hicieron una masacre en toda la población y los sobrevivientes escaparon a la Honduras Británica.
Ante la desesperación, el gobierno de Yucatán encabezado por el político Santiago Mendez, mandó un mensaje a EEUU para que le colaboraran con tropas para apaciguar a los indígenas. La respuesta fue un no, pero casi mil estadounidenses fueron y ocasionaron tantos desastres que se prefirió omitir ayudas extranjeras.
Por su parte la resistencia indígena se suministraba de material bélico de los ingleses. Por medio de Honduras Británica, recibían armamento.
Para 1848 se hicieron las primeras negociaciones en Tzucacab, pero fracasaron. Las contribuciones iban a ser rebajadas por cantidades menores, no iban a pagar arrendamientos y se iban a perdonar deudas. Los beligerantes no aceptaron y la guerra continuó.
Toda la parte oriental de la península estaba en manos de los indígenas para 1848, pero cuando comenzaron las lluvias se devolvieron a sus casas porque tenían que sembrar, la necesidad de la comida y de proseguir sus costumbres pudo más que el ejercicio bélico.
El gobierno yucateco aprovechó para pertrecharse con ayuda del gobierno mexicano, quedando formalmente como un estado de República mexicana, el 17 de agosto de 1848. Varias ciudades fueron tomadas por las fuerzas oficiales y el asesinato de líderes como Marcelo Pat, contribuyó a la pérdida de fuerza india.
Con la muerte de varios líderes mayas, surgieron los cruzoob. Ellos se encargaron de enfrentar al estado durante todos los años que duró el conflicto. El suroriente de Yucatán quedó en manos indígenas y no fue posible pacificarla.
La Ciudad mítica de Chan Santa Cruz
La continuación de hostilidades se vio beneficiada por el armamento que llegaba de Belice durante la segunda mitad del siglo XIX y la resistencia de Chan Santa Cruz, Bacalar y Chetumal.
La guerra continuó en forma de guerrillas y con hostilidades internas. José Venancio Pec asesinó a Jacinto Pat por traicionar el movimiento. Además, muchas rencillas siguieron presentándose entre los guerrilleros que siguieron cuidándose en la selva oriental, allí en Chan Santa Cruz, donde resistieron más de 50 años.
Fin de la Guerra de Castas
La llegada del siglo XX significó la caída de los reductos mayas. El comandante Ángel Ortiz Monasterio fue el encargado de tomar las poblaciones que aun resistían, en 1901, junto con el general Ignacio A. Bravo. Bacalar, Chetumal, Chan Santa Cruz (Hoy llamado Felipe Carrillo Puerto) fueron el símbolo de la resistencia.
Durante varios años después la guerra siguió y hasta el día de hoy siguen viviéndose hostilidades contra las poblaciones nativas por parte de las fuerzas del orden.
Fuentes:
- https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/la-guerra-de-castas-peninsula-de-yucatan-1847-1901
- https://www.revistauniversitaria.uady.mx/pdf/268/ru2686.pdf
- https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Castas#cite_ref-14
- https://www.gob.mx/siap/articulos/inicio-de-la-guerra-de-castas?idiom=es
Imágenes: 1. es.wikipedia.org 2. www.mexicodesconocido.com.mx/guerra-de-castas.html 3. https://www.meridadeyucatan.com/la-guerra-de-castas/