Al parecer, los seres humanos somos capaces de llegar a cometer graves crueldades, pues para muestra de ello existen padres que abandonan a sus hijos por no ser normales física o mentalmente; tal es el caso de María Isabel Quaresma Dos Santos, una niña que tenía 9 años cuando fue encontrada en un gallinero ubicado en Tábua, una pequeña población de Portugal.
María fue encerrada por su madre Idalina Quaresma, quien tenía graves problemas mentales y sentía que la niña no era de la familia, a pesar de que ella misma la había engendrado. Idalina tuvo 3 hijos más, pero ellos tuvieron una infancia normal, asistían al colegio y ayudaban con las labores de la granja.
En la mayoría de los casos de abandono, los niños que conviven varios años con animales, adoptan sus sonidos y costumbres, y desaparecen por completo los rasgos característicos de los humanos. María fue descubierta por una religiosa que frecuentaba el lugar, en condiciones deplorables: con marcados síntomas de desnutrición; caminaba cual si fuera una gallina moviendo sus brazos todo el tiempo, como si tuviera alas.
Tampoco hablaba, sino que se comunicaba mediante extraños sonidos que emitía con dificultad. Sus manitos estaban muy lastimadas con dolorosos callos, porque nunca había caminado en forma vertical y por varios años, consumía el mismo alimento que le daban a las gallinas, razón por la cual se ocasionaron daños cerebrales que no tenía desde su nacimiento.
Una reconocida radióloga internó a María para que fuera analizada y examinada por los médicos, y de esa manera comprobar si el daño era reversible; pero para sorpresa de ella, la solución de los científicos fue devolverla a sus padres. Años más tarde, tras largas denuncias y demandas, esta joven se internó en un sanatorio mental de la ciudad de Lisboa, donde ha permanecido recluida hasta el día de hoy, sin tener ninguna esperanza de vida o algún diagnóstico médico que se pueda tratar.
Versión de video: La historia de la niña gallina