Continuando con el párrafo anterior, éste hombre se contagió de una enfermedad venérea. Lleno de ira al darse cuenta de su condición fue en busca de venganza, pero en la lucha fue herido en una pierna, temeroso de que las autoridades lo capturaran se refugió en una cueva y sin recibir la mínima atención médica su cuerpo se empezó a consumir por la enfermedad.

Su pierna se gangrenó y sus genitales se llenaron de heridas. Haciendo uso de lo que tenía a su alcance y limitado en sus movimientos debido al dolor, cubrió su pierna con un tarro de guadua. Poco a poco dejó de ser humano, su único objetivo fue atormentar a los que lo persiguieron.

Su peste es el tormento de los campesinos

La gente creyó que aquel bribón había fallecido, pero la desgracia se hizo presente cuando en la noche los perros empezaron aullar descontrolados y a lo lejos se sentían unas risas guturales. Su tarro de guadua se convirtió en su mejor arma, pues al llenarse de la porquería que la criatura suelta, éste la deposita por el suelo cerca de los cultivos para que se pudran y colonias de insectos se acercan como plaga al lugar.

Todo queda lleno de peste y muerte, nada vuelve a florecer y los animales mueren envenenados por la vegetación podrida de alrededor.

El patetarro castiga a todas aquellas personas que no son correctas, que llevan una vida llena de vicios y desorden. A quienes van por la vida tomando todo sin medida hasta que con llegada de esta criatura, llega la plaga al lugar.

Bibliografía:

1. https://mitosobre.blogspot.com/2011/12/mitologia-colombiana-el-patetarro.html 

Imagen: mitosyleyendascortos.blogspot.com