Aunque un bebé pudiese parecer completamente ignorante de todo el mundo que lo rodea, en los últimos años, la ciencia se ha sorprendido de todas las capacidades que los niños en sus primeros meses poseen y que incluso, los adultos en su mayoría no tienen desarrolladas. Éstas son algunas de ellas:
Regeneración celular
Se ha demostrado que los bebés tienen la habilidad de regenerar las yemas de sus dedos perfectamente. Y tal parece que no sólo sucede con la huella dactilar, sino que podría suceder lo mismo con órganos y tejidos de otras partes del cuerpo. Esto lo suponen algunos científicos, al observar los resultados de un experimento, en el que le cortaron un 15% al corazón de unos ratones recién nacidos. En los próximos días, el órgano vital volvió a recobrar sus condiciones naturales y se regeneró por completo. Se cree que sucede lo mismo en todos los mamíferos en su primera etapa.
Entienden a los perros
De hecho, antes de comenzar a pronunciar sus primeras palabras, los bebés son capaces de identificar el estado de ánimo de un perro. A partir de escuchar uno de sus ladridos, sabe si está alegre, enojado, triste o agresivo. Así también captan las emociones de todos los seres que los rodean, según varios análisis de fondo que se les han practicado a los infantes.
Natación natural
Gracias a que se descubrió esta habilidad de un bebé, se ha aumentado la fama de los partos en el agua, como lo practicaban algunas culturas nativas. Cuando se encuentra sus primeros meses de vida, ellos pueden aguantar la respiración de una manera óptima y se pueden mover con mucha facilidad, por debajo del agua. Pero luego de que sobrepasan los 6 meses de edad, van perdiendo esas habilidades de nado y con el tiempo, deben iniciar un curso de natación.
Perciben los sentimientos
Antes de que cumplan el año, los bebés son expertos en identificar en qué estado de ánimo se halla una persona o un animal. De acuerdo a los estudios avanzados de neurología, estos pequeñines pueden saber a ciencia cierta, si una canción tiene un mensaje positivo o negativo.
Nacido para bailar
Pareciera que los bebés no pueden resistirse a la música. Los sonidos son muy valorados en esa primera etapa humana, por eso se les ve bailando al ritmo de la melodía y se ha confirmado que les encanta ser estimulados con música clásica, más que con otros géneros. Responden más a la melodía que a las voces. Con esos referentes, se considera que la música y la danza son naturales del ser humano.
Aprenden rápido cuando duermen
Los científicos han concluido que es en las horas de sueño, cuando los bebés más aprenden. Al pasar tanto tiempo durmiendo, en ese trascurso y en ese estado de conciencia, capturan la información necesaria para la debida adaptación al mundo que los circunda. Aparentemente están dormitando, pero captan todo lo que se diga y se haga alrededor de sus lechos. Aún se siguen realizando varios experimentos para resolver esos enigmas del ser humano.
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