Un descubrimiento intrigante
La naturaleza nunca dejará de sorprendernos. Pese a haber dedicado gran parte de nuestra historia a interactuar con ella y comprenderla, y aunque en los últimos siglos hemos realizado impresionantes avances, son muchas las cosas que aún no entendemos y que nos siguen sorprendiendo.
Repasemos, por un momento, la teoría de la evolución. De acuerdo con ella, toda actividad animal suele tener un pasado evolutivo y, por lo tanto, servir a un propósito pragmático: la supervivencia de un individuo y/o de su prole. Un vistazo al mundo silvestre nos muestra millones de ejemplos, desde el ratón que se esconde al menor ruido hasta el mosquito que es capaz de esperar un ambiente oscuro para picar (aunque en teoría no sea capaz de razonar).
Volviendo al tema, hacia mediados del año 2013 un estudiante del Instituto de Tecnología de Georgia que se encontraba en Perú encontró un diseño particularmente llamativo en algunas rocas y troncos en el Centro de Investigación Tambopata. Cada uno de los objetos contaba con una pequeña esfera rodeada de una cuidadosa valla de no más de 2 centímetros de diámetro. Llamado Troy Alexander, el joven tomó algunas fotografías que asombraron a la comunidad científica.
Se descifra el misterio
En enero del 2014 algunos investigadores por fin pudieron viajar a conocer el lugar. Originalmente suponían que se trataba de una especie de “fuerte” desde el que una araña macho intentaba atraer a las hembras, pero ningún arácnido – macho o hembra – parecía acercarse al lugar.
Al final, observando el objeto en el microscopio, fueron capaces de detectar pequeñísimas arañitas saliendo del sitio. Se trataba de un nido de arañas, solo que no había adultos presentes… sin embargo, esto dejaba la cuestión de: ¿cuál es el objetivo de la valla que rodea el nido?
Pensar que protege a los pequeños es posible, pero no parece difícil para ningún insecto atravesarla. Y si tuviera una función ritual los adultos tendrían que estar allí. Parece ser que no hay razón alguna que explique la belleza de las formas de la estructura creada por la araña. ¿Podría la naturaleza, de vez en cuando, decidir rebelarse contra sus propias reglas y construir el arte por el arte?
Fuente de imagen: i.livescience.com