El Pensante

Leyendas de Grecia: Hércules y las Yeguas de Diómedes

Personas sorprendentes - mayo 25, 2018

Imagen 1. Leyendas de Grecia: Hércules y las Yeguas de Diómedes

El rey gigante y sus mascotas del averno

Hércules, el héroe griego, para sanar y compensar por los crímenes que había cometido contra su esposa y su familia emprendió 12 tareas de gran dificultad que lo convertirían en un guerrero legendario. Entre esas labores se encontraba la de capturar los caballos del Rey de Tracia, Diómedes. Uno podría pensar que esa  meta sería algo muy sencillo para un semidiós, pero la situación fue totalmente distinta, pues los equinos tenían un gusto particular: devoraban carne humana.

Diómedes era un gigante hijo del dios Ares, el cual gobernaba con gran crueldad y  también disfrutaba de entretenimientos particulares gracias a sus yeguas, a las cuales había entrenado para que se alimentaran únicamente de carne humana y despreciaran los alimentos habituales como la avena y el grano.

Todo aquel que cayera en las garras de Diómedes se convertía en la víctima ideal y terminaba siendo comida para sus bestias. Los caballos eran incontrolables, rebeldes y estaban atadas a su pesebre con cadenas de bronce ya que las cuerdas normales no servían para nada y escapaban.

El guerrero Hércules, consciente de las atrocidades cometidas por Diómedes y sus mascotas, retó al hijo de Ares a un enfrentamiento. Éste no se podría resistir pues su padre era el dios de la guerra y huir de una batalla sería un insulto para él.  Cuando Hércules y Diomedes se enfrentaron, estuvieron igualados, pero en un movimiento audaz Hércules arrojó a Diomedes a los establos donde se encontraban las yeguas y estas inmediatamente devoraron al que alguna vez fue su amo.

El final de las devoradoras

Se dice que las yeguas apaciguaron su ansia de sangre humana al saciarse con la del gigante y se convirtieron en unos mansos animales y que fueron consagradas a la diosa Hera y fueron liberadas para que pudieran vagar libremente por Argos. También se dice que el caballo de Alejandro Magno, Bucéfalo, era hijo de una de esas yeguas. Otro final, menos feliz, es que los caballos fueron liberados  en el Olimpo para más tarde ser devoradas por las bestias que habitan el lugar.

Fuentes:

  1. https://supercurioso.com/yeguas-de-diomedes-carne-humana

Imagen: mitologia.info