Kaa
Cuenta una leyenda guaraní que una joven llamada Kaa vivía en el bosque con su padre. Se trataba de un anciano, que había quedado ciego y no podía valerse por sí mismo.
El anciano insistía en que su hija no debía estar con él, que su lugar era con los jóvenes, viviendo su vida, y no la soledad. Pero ella le juró que no lo dejaría solo: Estaré donde tú estés; seré tu hija y tu hijo a la vez: aprenderé a cazar como hombre y a guisar como mujer.
Su padre estaba agradecido. Por esta razón, oraba todas las noches a Tũpa (dios Guaraní) que recompensara a su hija por sus buenas obras. Un día apareció un peregrino con vestido ajado que no era otro que Tũpa en la puerta de la vivienda de la familia. Kaa lo recibió con agrado, le ofreció la carne que había cazado y las frutas que había recogido y le brindó posada para pasar la noche. La mañana siguiente, el peregrino mostró su verdadera forma y le dijo:
No me marcharé antes de pagar tu generosidad. Haré brotar una nueva planta que llevará tu nombre, y tú serás, desde ahora, la inmortal Kaajarýi (hada de los bosques).
Y fue así como la Yerba Mate llegó a esta tierra.
Mate
Las infusiones han sido importantes para muchas culturas alrededor del mundo. El té en China y el Lejano Oriente, el cacao en Mesoamérica (aunque este no sea una infusión, pues se disuelve) o el café en África, India y el mundo árabe son los ejemplos más conocidos.
América del Sur brindó su propio aporte a este conjunto: la Yerba Mate. Proveniente de lo que hoy es Paraguay, la Yerba se extrae del llamado Árbol del Mate (Ilex paraguariensis) Conocida en tiempos coloniales como el Té de los Jesuitas, fue consumida por los indígenas guaraníes, quienes la tomaban como bebida y la usaban como moneda. Originalmente prohibida por los colonizadores españoles, fue adoptada por los jesuitas, que popularizaron su uso en Argentina, Uruguay y el sur de Brasil.
El té de los Jesuitas
Los guaraníes no cultivaban el mate, sino que lo recolectaban de los bosques. Fueron los jesuitas, interesados en esta peculiar hierba, quienes comenzaron a investigar la ecología de las plantas.
Aparentemente es difícil cultivarlos en forma generalizada, por lo que les tomó bastante tiempo a los Jesuitas dar con sistemas de almacenamiento adecuado de las semillas y tácticas eficientes de siembra. Hacia principios del siglo XVII ya lo habían logrado, y sus misiones se caracterizaban por el cultivo generalizado de la planta.
Pero en 1767 los jesuitas fueron expulsados de todos los dominios españoles en América y su conocimiento se perdió. Pasarían más de 100 años antes de que alguien volviese a encontrar los mecanismos para cultivar la planta, esta vez en Argentina, por obra de las investigaciones de Carlos Thays.
Con el paso del tiempo, las regiones aledañas al río Paraná en Brasil, Uruguay y (sobre todo) Argentina y Paraguay se convirtieron en productoras de la yerba, con una alta demanda en estos países. Incluso, inmigrantes sirios en Argentina que luego retornaron a su país convirtieron el mate en una infusión popular allí, y por esa razón Siria, antes de la Guerra, era uno de los primeros importadores de mate en el mundo.
Fuentes:
- https://www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/escolar/leyendas-la-yerba-mate-leyenda-guarani-27917.html
- https://es.wikipedia.org/wiki/Mate_(infusión)
Imágenes: 1: abc.com.py, 2: wikipedia.org