En el mundo animal, a nivel sexual, hay de todo, desde los que tienen sexo a cambio de algo, generalmente alimento, pasando por los que son homosexuales y bisexuales y, aunque la mayoría de los animales no guardan ningún tipo de fidelidad hacia su pareja una vez que ha terminado el proceso de reproducción, también hay algunos casos excepcionales en los que ni siquiera tienen sexo con otro animal que no sea su pareja, misma a la que le son fieles de por vida.
Tal es el caso del frailecillo atlántico, también llamado frailecillo común o fratercula, propio de varias islas del océano atlántico, aunque también se le puede encontrar en varias otras partes.
Su apariencia es hermosa, de posición erguida, pico y patas color naranja, blanco adelante y negro en la espalda, el frailecillo se alimenta en buena parte de pescado, aunque también entran en su dieta algunos moluscos marinos, camarones y gusanos. Los frailecillos tienen una pareja de por vida y cuidan por igual de sus crías.
Los castores es otro ejemplo de fidelidad. Es un roedor propio de América del Norte, aunque también se le puede encontrar en partes de Europa y Asia. Los castores tienen una habilidad especial para construir diques y siguen una dieta totalmente vegetariana.
La fidelidad de los castores llega a tal punto que no tienen ninguna otra pareja durante toda su vida y sólo tomarán otra en el caso de que su pareja muera.
El águila calva, también conocida como águila de cabeza blanca, el símbolo nacional de Estados Unidos, al igual que los anteriores, sólo tienen relaciones sexuales con su pareja, misma a la que le serán fieles de por vida, salvo en caso de muerte o de impotencia.
Estas aves suelen ser solitarias y pasan enormes lapsos de tiempo inmóviles, aunque atentas a cualquier sonido del entorno. Su dieta se basa en peces, aunque también llegan a ser carroñeras.
El cisne, es quizás el ejemplo más conmovedor de los animales monógamos. Se trata de hermosas aves acuáticas de deslumbrante plumaje blanco. Se alimentan principalmente de plantas acuáticas, aunque también comen insectos y ranas.
Los cisnes no sólo son fieles a su pareja durante toda la vida, sino que una vez muerta ella, buena parte de ellos no volverán a tener otra pareja en el resto de vida, incluso hay quienes sostienen que algunos llegan a desfallecer y morir de dolor.
Algunos otros animales que también vale citar por la fidelidad que profesan a su pareja son: el periquito, el pingüino de penacho amarillo, el caballito de mar, el gibón, el lobo gris, el pez ángel francés, la lechuza, las orcas, el albatros, los gansos y las tórtolas.
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