No hasta hace mucho tiempo, se tenía un concepto muy arraigado en todo el mundo, acerca de que era necesario primero comer muy bien, antes de una actividad deportiva. Pero ahora, todos los estudios coinciden en que lo más estratégico es realizar el entrenamiento por lo menos cuatro horas luego de la última vez que se comió algo. Lo más recomendable: en ayunas muy temprano en la mañana. Veamos en seguida, todos los enormes beneficios que conlleva hacer ejercicio en ayunas: ¡te sorprenderás! Veamos:
Recuperación más fácil y rápida
Se le ha denominado como “el ayuno estratégico”. Y es que la ciencia cada vez encuentra más y más prodigios en toda clase de ayunos inteligentes. Con ello, se puede obtener que el metabolismo muscular aeróbico se vea altamente favorecido, debido a que deja de producir tanto ácido láctico y además, contribuye a que sea eliminado del cuerpo.
Eso se vería reflejado en una capacidad de recuperación rápida de los depósitos de glucógeno muscular. Los especialistas añaden que se debe procurar consumir azúcar lo menos posible, pues es una sustancia muy nociva que ataca los músculos y todo el organismo.
La sensación de felicidad aumenta
Tanto la actividad en el gimnasio, como trotar, nadar, entrenar de cualquier manera, en estado de ayunas, provoca un bienestar muy peculiar en el cuerpo y el ánimo con el que se lleva el día a día se mejora notablemente. Es una de las mejores curas para la depresión.
Los médicos explican que el organismo procede de manera natural quemando la grasa, con el propósito de obtener energía y de esa manera, se puede oxigenar todo, desde el cerebro, que funciona mucho mejor por tener más energía a su alcance, mejorando el desempeño en general de la persona que practica ejercicio en ayunas.
Mejora el rendimiento aeróbico muscular
Todos estos descubrimientos, en realidad no son nuevos. Desde hace millones de años, los humanos en la antigüedad acostumbraban a ir de caza o a cosechar, en el momento en que veían agotados sus suministros de comida; entonces, salían en búsqueda de los alimentos, lo cual implicaba una actividad física considerable y una vez lograda la meta, comían y se entregaban al descanso.
Ahora los científicos denominan este procedimiento como “Fiesta-Ayuno” y argumentan que el hacer ayuno y deporte, se incrementa el rendimiento aeróbico muscular y con ello, los tejidos se oxigenan de mejor modo.
Mejor metabolismo de las grasas
Es una grandísima ventaja que se obtiene y en consecuencia, ahora el cuerpo va a emplear las reservas de grasa para producir energía.
Se aumenta el estado de satisfacción
Al final del ejercicio o entrenamiento, se puede percibir una mayor satisfacción. Se siente que en verdad se ha conseguido muy buenos resultados y las emociones ahora son de una calidad superior. Esas recompensas del deporte en ayunas, motivan demasiado para llevarlo a cabo toda la vida.
Experimentos
Varias universidades han efectuado distintos experimentos y pruebas para ahondar en este asunto. Todas concluyen que, al ejercitarse en ayunas, se quema el doble de grasa de lo normal y la explicación es muy sencilla: antes de comer, el nivel de insulina es mucho más bajo y en ese sentido, el organismo acude a tomar la grasa de los músculos y tejidos como combustible.
Una de las pruebas principales, se practicó a 30 individuos que se dividieron en dos grupos: uno que practicaba deporte antes del desayuno y el otro luego. Evidentemente, comprobaron que el cuerpo responde de manera más óptima con entrenamiento en ayunas.
Todos los experimentos emplearon personas con sobrepeso y como resultado fueron percibiendo una mejor tolerancia a la insulina después del deporte y así, se reducen las probabilidades de contraer enfermedades como la diabetes tipo 2. Pero los del grupo del ejercicio luego de comer, no demostraron dichos beneficios y la respuesta a la insulina seguía siendo igual.
Finalmente, en la actualidad, los expertos no dudan en recomendar la actividad deportiva antes del desayuno y la conclusión que se resalta en la comunidad médica en general es la siguiente:
Nuestros resultados sugieren que cambiar el momento en el que se come cuando se va a hacer ejercicio puede provocar cambios profundos y positivos en su salud general. Encontramos que los hombres en el estudio que hicieron ejercicio antes del desayuno quemaron el doble de grasa que el grupo que hizo ejercicio después. Es importante destacar que, si bien esto no tuvo ningún efecto sobre la pérdida de peso, mejoró drásticamente su salud general.
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