La Monalisa, una famosa pintura que también se conoce con el nombre de la Gioconda, fue creada por el pintor del renacimiento italiano, Leonardo Da Vinci, más o menos en 1519, año en el que se terminó de pintar con una técnica conocida como Sfumato, que básicamente usa varias capas de pintura muy delicadas para dar un aspecto de antigüedad y envejecimiento.
Algunos expertos afirman que se demoró 16 años en pintarla, pero la mayoría de conocedores del tema, aseguran que sólo tardó 4. El maravilloso genio Leonardo Da Vinci, en repetidas ocasiones ha sido señalado de haber pertenecido a una sociedad secreta que se conocía como La Sociedad Angélica, donde también hubo notables figuras como Julio Verne y Dante Alighieri.
Presuntamente, esta sociedad viene desde la antigua Grecia y promovía rituales. Enigmáticamente, este cuadro podría ofrecernos una idea de este interesante y selecto grupo de personajes.
Alrededor de esta pintura se tejen muchas historias, pues resulta intrigante descifrar muchas curiosidades, como el origen de la modelo, la sonrisa, el lugar donde fue pintada, los detalles del paisaje de fondo, en fin, se especula mucho acerca de estos detalles que incluso se llegan a relacionar con seres de otros planetas.
Pero estudiosos del tema se han atrevido a afirmar que la modelo era una vecina de Leonardo Da Vinci y también, se dice que podría estar embarazada. Se trataba de la esposa de Francesco Bartolomeo de Giocondo y realmente se llamaba Lisa Gherardini, de donde viene su otro nombre: Mona, que deviene del italiano antiguo para referirse a señora; se ha llegado a afirmar que esta dama era la amante de Leonardo.
La misteriosa sonrisa fue pintada por Da Vinci con un efecto de sombras muy raro para la época, pues la sonrisa desaparece cuando se mira directamente y vuelve a aparecer cuando se ven otras partes del cuadro. Es una sonrisa poco usual, porque en realidad no se sabe si está sonriendo o si esta terriblemente triste y amargada.
De manera misteriosa, el horizonte de la izquierda se encuentra notablemente más abajo que el de la derecha. Y aunque a simple vista parezca un error de perspectiva, fue una idea que Leonardo supo plasmar muy bien, porque con ese truco óptico, la Monalisa se ve más poderosa desde el lado izquierdo.
Se ha llegado a asociar la parte femenina del lado derecho y el masculino del lado izquierdo. Inclusive en repetidas ocasiones, los estudiosos se han atrevido a afirmar que la Monalisa es un autorretrato de Leonardo, como un ser andrógino.
Una investigación muy conocida, afirma que el nombre Monalisa es un anagrama derivado de Amón y L’isa, que hace alusión a los dioses egipcios de la fertilidad: Amón e Isis.
Versión de video: Los enigmas de La Mona Lisa