La siguiente historia, es de aquellas que dejan la piel de gallina. Veremos cómo los relatos de apariciones fantasmagóricas y de ultratumba, al parecer no sólo son inventos de la ciencia ficción, sino que se basan en hechos reales. Los policías son algunas de las personas más escépticas del mundo, pero algunos en sus labores nocturnas, se han enfrentado con cosas que jamás esperarían ver. Tal es el caso de los policías que quedaron petrificados cuando vieron por primera vez en sus vidas, a lo que se pudiera llamar como el alma de un difunto que falleció en un siniestro accidente:
Las noches increíbles de los policías
Bogotá, Colombia. Una de las ciudades más peligrosas en las noches. La fuerza pública debe aumentar sus esfuerzos por los altos índices de criminalidad, en especial en las horas nocturnas. El patrullero Félix cárdenas patrullaba la noche del 5 de marzo de 2017, en el cuadrante que le fue asignado, es decir, una determinada cantidad de calles, cuadras y manzanas de la capital. En esa oportunidad usaba junto con su compañero, una camioneta Duster oficial y no una motocicleta como a veces frecuentan. La zona que les correspondió es una de las zonas más deprimidas y peligrosas; un panorama compuesto por recicladores, drogadictos, miseria y oscuridad.
Ese domingo en la noche, estos patrulleros presenciarían algo que hasta el momento, consideraban como parte de una buena película de terror, pero jamás se les ocurrió que experimentarían en vivo y en directo una espantosa escena, que bien podría hacer desmayar a alguien o peor, causarle un síncope cardiovascular por el impacto del fenómeno paranormal.
Desde las 9:00 p.m. hasta las 7:00 a.m., debían cumplir con su turno de vigilancia y presentarse de inmediato ante cualquier llamado de alerta que la central les informe por los radioteléfonos y celulares. En las calles a esas horas en ese sector bogotano, sólo se divisaban malvivientes, basura y tinieblas. El agente Cárdenas no había descansado lo suficiente y se sentía cansado en horas de la madrugada y como era el conductor del vehículo policial, sentía deseos de parar y descansar un poco. Así lo hizo, pues su compañero de apellido Vargas estuvo de acuerdo.
Había mucho frío y niebla. El reloj marcaba las 2:47 a.m. En ese sitio donde eligieron parquear la patrulla mientras tomaban un descanso, hacía unos meses atrás que estos patrulleros habían atendido una emergencia escalofriante: un vehículo fantasma a toda velocidad había atropellado a una anciana. A partir de entonces, otros policías que laboraron por allí, expresaron haber visto canas regadas en el piso y luego, un ser transparente o vaporoso, como la personalidad de una anciana y en un instante, desaparecía ante sus ojos.
En eso se quedó pensando Cárdenas, cuando quedó plenamente dormido. Al poco rato, se despertó completamente asustado y sofocado. Se asustó más cuando no vio a su compañero y tan sólo habían trascurrido 30 minutos, pero a él le daba la impresión de haber dormido varias horas. Entonces se llenó de valor y bajó de la camioneta. Con su potente lámpara intentaba dispersar la espesa niebla y lograr ubicar al agente Vargas. No lograba ver nada y se le ocurrió marcarle a su teléfono móvil, pero ante el primer intento, la llamada fue rechazada.
Se le apareció de frente el espectro
De un momento a otro, frente al patrullero Cárdenas apareció aquel espectro etérico con forma de anciana, levitando a unos cuantos centímetros del piso. El policía quedó petrificado del miedo. Ambos se hallaban a tres pasos del vehículo. Peor fue el terror que sintió aquel oficial, cuando la entidad le habló con una voz clara y perturbada; las arrugas eran muy marcadas en su rostro pálido y sepulcral. Cárdenas sudaba frío y no se podía mover por la tremenda impresión que no lograba asimilar. La anciana fantasma le solicitaba que por favor la llevara a algún lugar alejado de allí, pero antes de una respuesta, manifestó una sonrisa tenebrosa y se fue caminando hasta perderse en la niebla. Según relatan los policías, aparte de ser vaporosa, emitía una luminosidad extraña.
Cuando el policía reaccionó, tomó su pistola y apuntó hacia donde había desaparecido el espectro. Entonces se vio que a lo lejos venía el otro policía y a medida en que se acercaba, se percibía que estaba muy perturbado. Sólo se subió a la camioneta y pidió a su compañero que arrancara cuanto antes. Así fue y muy adelante, se detuvieron a analizar lo sucedido. Vargas comentó que había visto también al fantasma de la anciana y que se metió en el bosque para buscar si había alguien más alrededor.
Cuando compartieron su historia paranormal a los demás policías, muchos aseguraron haber pasado por eventos similares en el mismo sitio y con la misma mujer adulta. Por esa razón, buen número de policías de la capital colombiana, hoy tienen la seguridad de que nunca estamos solos.
Imágenes: flickr.com (all)