Las mujeres de Argos
No hablamos aquí de una sola mujer, sino de un grupo de ellas. De acuerdo con el antiguo historiador griego Pausánidas la ciudad de Argos había entrado en guerra con los espartanos (lo que solía ser una mala decisión, ya que ni siquiera Atenas en el pico de su fuerza pudo derrotarlos en tierra). En efecto, sus tropas fueron masacradas en la batalla (ocurrida en torno al año 500 a.C.) y posteriormente los supervivientes cometieron el error de encerrarse en una cueva junto a un bosque que los espartanos prontamente incendiaron. Murieron incinerados.
Solo quedaba marchar sobre la ciudad… o eso creyeron los vencedores.
Telesilla, reconocida poetisa de Argos, comenzó una frenética cruzada para movilizar a los supervivientes: niños, ancianos y mujeres. Mientras los dos primeros cerraban las murallas las mujeres prontamente invadieron los templos y tomaron cada arma disponible. Vestidas como hombres, se dispusieron a combatir.
Su bravura fue tal que de hecho le tomó un momento a los espartanos darse cuenta de que se enfrentaban a mujeres. Para entonces la carga había sido repelida y la batalla se encontraba equilibrada. El rey espartano, Cleómenes, tomó la decisión de retirarse (el terreno les era muy favorable a las mujeres de Argos) pues una derrota a manos de mujeres heriría demasiado la moral espartana y una victoria sería considerada insípida.
Sí, era una sociedad bastante machista, pero lo importante aquí es que las mujeres de Argos lograron salvar su ciudad. Por siglos se celebraría una fiesta en el templo de Ares a la que solo podrían asistir mujeres.
Las hermanas Trung
Nativas de Vietnam, las hermanas Trung vivieron hacia principios del siglo I y dirigieron una exitosa revuelta contra las autoridades chinas entonces asentadas en esta región. Por tres años (entre el año 40 y el 43 d.C.) Trung Trac y Trung Nhi dirigieron un ejército que repelió todos los intentos chinos por conquistarlas.
En total, en sus campañas derrotaron a innumerables divisiones chinas y lograron dominar cerca de 65 ciudadelas y la importante ciudad de Nanyue. Lamentablemente para ellas no estaban en condiciones de enfrentarse a una gran fuerza expedicionaria china y cuando el general Ma Yuan las enfrentó en el año 43 ambas fueron asesinadas. Con el tiempo se convertirían en heroínas de Vietnam.
Tamar de Georgia
Conocida por las crónicas como Tamar la Grande, Tamar de Georgia fue hija del Rey Jorge III. Fue la primera mujer en asumir los poderes reales con la muerte de su padre en el año 1184 d.C. y se convirtió en una de las gobernantes más respetadas de la historia de este reino.
No nos interesan aquí sus intrigas políticas tanto como sus dotes militares. A partir sobre todo del año 1190 la reina retomó la agresiva política de expansión heredada de su abuelo y comenzó a atacar las regiones aledañas, expandiéndose en particular hacia el sur. Con la crisis de Bizancio y la derrota de los cruzados se convirtió además en la protectora de los derechos cristianos en Medio Oriente, enfrentando con éxito a los musulmanes y recibiendo gran cantidad de refugiados que luego se convertirían en asesores o nuevos soldados del ejército. Bajo su gobierno se alcanzó la cúspide de la llamada “Edad de Oro” del reino de Georgia.
La reina murió en el año 1213 (se presume, pues la fecha precisa se desconoce) luego de una brillante carrera como comandante y política. Su tumba se convirtió en un lugar de peregrinación.
La Princesa Pingyang
Hija del emperador Gazoung, la princesa Zhao de Pingyang fue fundamental en la rebelión que dirigió su padre (emperador fundador de la Dinastía Tang) y reconocida por levantar un ejército con el que dirigió el sitio a la ciudad capital de Chang’an.
Su astucia política le permitió, aún bajo servidumbre del anterior emperador, ganar la lealtad de varios generales y de casi una decena de líderes rebeldes. Sus ejércitos la respetaban y seguían sin dilación, honrando sus órdenes de no atacar al campesinado. Esto la convirtió en paladina de los campesinos que a su vez colaboraron con la causa.
Su padre no la esperaba con vida (le había dado la orden de escapar de la capital con el inicio de la rebelión, pero había perdido contacto con ella), por lo que fue una sorpresa el verla arribar con un ejército de casi 70.000 hombres. La Princesa, consciente de sus pocas dotes militares (no había alcanzado a aprender mucho en su cruzada, que fue más una serie de argucias políticas que una treta verdaderamente militar), siguió el liderazgo de su padre, que resultó en una abrumadora victoria.
El Emperador Gazoung la honró como a ningún otro heredero, varón o mujer. Queda la pregunta de si la habría designado heredera, pero lamentablemente ella murió antes que él. En su funeral quedaron registradas las siguientes palabras de su padre, respuesta a oficiales del Ministerio de Ritos que afirmaban que una mujer no debía tener bandas honrándola en el más allá:
La banda tocará música militar. La Princesa, en persona, retumbó los tambores y se levantó en justa rebelión para ayudarme a establecer la dinastía. ¿Cómo podría ser tratada como mujer ordinaria?
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Imágenes: 1: katespitzmiller.com, 2: glitternight.com, 3: ancient-origins.net, 4: historicwomen.tumblr.com