Titán, luna de Saturno
Vida extraterrestre
Las posibilidades de que exista vida extraterrestre han maravillado a los hombres por siglos, y en la actualidad se están realizando esfuerzos importantes con miras a encontrar al menos indicios que nos demuestren que no estamos solos.
Dada la vastedad del universo, y el hecho de que sabemos que la vida apareció cuanto menos una vez, prácticamente se da por sentado que otras formas de vida deben existir en algún lugar. La naturaleza de estas formas de vida y la posibilidad de que alguna haya construido una civilización como la nuestra, bueno, eso es otra cosa.
Uno de los principales objetivos de la exploración espacial reciente es evaluar la posibilidad de que en otros rincones del Sistema Solar haya vida. Ya vimos que seguramente Venus y Marte fueron, en su momento, paraísos para los primeros seres microscópicos, y otros lugares como Europa (luna de Júpiter) también presentan condiciones semejantes a la terrestre.
Pero ¿y si la vida pudiese darse en condiciones diferentes a la terrestre? No podemos imaginar cómo funcionarían seres nacidos en otras condiciones, pero la posibilidad es innegable.
Y, en la actualidad, Titán (luna de Saturno) parece ser el mejor opcionado.
Imagen de la superficie de Titán brindada por la Sonda Huygens
Lo que requiere la vida
Es fácil dejar volar la imaginación cuando pensamos en algo como “la vida”. No sabemos – y seguramente jamás sabremos – si los complejos procesos que ocurren en el interior de las estrellas dan origen a efímeras consciencias, a seres que saben de su existencia. Tampoco sabemos si en lo profundo de la Tierra ocurren procesos que nos permitirían considerarla como un solo organismo vivo.
Pero la vida que conocemos tiene requerimientos que podemos categorizar. En primer lugar, es fundamental un medio líquido, en el que puedan existir soluciones y se mantengan moléculas complejas. No es posible que tal cosa ocurra en medios sólidos o gaseosos, por lo que de entrada esto permite descartar un montón de lugares.
En segundo lugar, no todos los elementos son aptos para la vida. Se requiere que la base tenga la posibilidad de crear cadenas largas de compuestos complejos capaces de suplir la vasta cantidad de funciones requeridas. Que sepamos, solo el carbono (y quizás el silicio) cumplen esta característica: en la Tierra toda la vida es a base de carbono.
En tercer lugar, la vida necesita un entorno dinámico del cuál pueda extraer energía. En este aspecto, cosas como los ciclos de los elementos son fundamentales, y planetas que carecen de ellos tienen menores posibilidades.
Así se imaginan los océanos de la luna
Titán
Titán, ya lo sabíamos, cumple las tres condiciones. Sus océanos no son de agua, sino de metano y compuestos orgánicos (basados en carbono), pero al margen de ello tiene ríos, lagos y lluvias como la Tierra. Sus temperaturas, aunque están por debajo de los 150 °C, no llegan a congelar estas sustancias.
Y recientemente un estudio encontró que los compuestos orgánicos en la luna son más complejos de lo que se pensaba. En particular, resaltó el hallazgo de ácido cianhídrico, un compuesto capaz de reaccionar fácilmente con otras sustancias para fabricar polímeros complejos: los mismos que bien podrían sustentar tipos desconocidos de vida.
Los indicios son dicientes, pero no nos brindan ninguna certeza. Tendremos que esperar a que una sonda capaz de aterrizar y recolectar datos viaje allí para saber si algo se esconde bajo la superficie de sus océanos.
Y, de todo corazón, espero vivir para ver cuando suceda.
Imágenes: 1: youtube.com, 2: astroyciencia.com, 3: abc.es