Pero hay una diferencia entre aprovechar la energía que emite una estrella y devorar la estrella. Esto último, según un grupo de investigadores, podría estar ocurriendo en el Universo sin que siquiera nos hayamos dado cuenta.

Hay que tener claro que esto no sería sino una versión particularmente magnificada de lo que vemos hoy día: al fin de cuentas no somos más que criaturas destinadas a cosechar la energía producida por otros y usarla para regular nuestro propio sistema interno. Esto, junto con la capacidad de replicarse, es lo que define la vida.

Pero entonces ¿qué tan viable resulta pensar en seres gigantes que comen estrellas? Según el investigador Clemente Vidal, es algo que podría resultar cierto y hasta demostrable si tan solo prestamos algo más de atención a nuestros alrededores.

Las estrellas binarias

Asesorado por el astrobiólogo Stephen Dick, el futurista John Smart y el empresario en nanotecnología Robert Freitas, Vidal ha desarrollado el concepto de vida extraterrestre sencillamente extrapolando lo que hoy conocemos como vida en la tierra al sistema que conocemos como “Estrellas Binarias”.

“Un flujo de energía, el mantenimiento de la organización interna y una salida de la entropía, todos parecen estar presentes en algunos sistemas de Estrellas Binarias”.

Para quienes no conozcan de estos asuntos, un sistema de estrellas binarias consiste en dos estrellas (por lo general siendo una o ambas estrellas enanas) que orbitan una junto a la otra. Se cree que algunos sistemas de estrellas binarias podrían actuar como lo hace nuestro sol con un sistema planetario a su alrededor, solo que en vez de una sola estrella estos planetas orbitarían en torno a 2 de ellas.

La entropía es, por así decirlo, el caos, la pérdida de energía que subyace a cada movimiento. Los seres vivos nos caracterizamos por usar la energía que recolectamos para mantener a raya la entropía, manteniéndonos aislados del entorno (caótico) y garantizando sostener nuestro equilibrio interno y el orden que nos caracteriza. Piensen en cómo al morir un cuerpo las bacterias y los ácidos del mismo cadáver hacen que poco a poco dejen de diferenciarse los tejidos musculares de la piel, y esta de los tejidos intestinales. Eso es entropía, y lo que hacemos los seres vivos es “expulsarla” al ambiente para mantenernos estables.

Ahora, algunos (no todos, y esto es importante) de los sistemas de estrellas binarias parecen mostrar un comportamiento semejante: manejan un balance de energía equilibrado y desechan lo que parecen ser los desperdicios de la unión. En particular resalta el hecho de que uno de los dos cuerpos suele absorber energía del otro de manera constante y controlada… casi como si se tratase de un ser vivo.

Aunque parezca un asunto meramente hipotético, ciertamente hemos pasado por alto muchas cosas con respecto al Universo. Como bien lo dice Vidal: “Newton no descubrió nuevos cuerpos gravitacionales. El analizó una perspectiva diferente de un fenómeno y descubrió que nuevas cosas existían”.

Podría ser que hubiese vida (o lo que entendemos como vida) en un cuerpo celeste, pero de ahí a que esa vida sea comprensible para nosotros hay bastante distancia. ¿Cómo podríamos, por ejemplo, saber si uno de estos seres es inteligente?

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