Ciudades Ancestrales
En los grandes imperios indígenas hubo muchas ciudades que se organizaron para evitar desastres naturales como inundaciones, terremotos o explosiones volcánicas. Ciudades tan grandes como Tenochtitlan, donde vivieron decenas de miles de personas, tenían construcciones envidiables (en este caso, un magnífico sistema de diques que evitaba que las inundaciones fueran un problema).
Otras ciudades ubicadas en Perú o Colombia no peligraban por los desastres naturales, aun así las comunidades nativas buscaban ordenar muy bien las urbanizaciones, haciendo casas de materiales que no representaran un peligro en caso de un temblor. La arquitectura para ellos era un arte importante y no lo descuidaban.
Este conocimiento cuidadoso fue muy bien recompensado hasta que llegaron los primeros europeos, pues eran pocos los problemas que tenían, una prueba de ello es que las grandes pirámides aztecas o mayas siguen en pie. Quizás los mayas sí tuvieron grandes problemas aunque principalmente fueron por la aridez de la tierra ocasionada por una brusca agricultura, nunca por peligrar la ciudad.
Para los españoles recién llegados los problemas comenzaron cuando no arreglaron los diques indígenas o cuando descuidaron cosas tan simples como construir debajo de un volcán. Santiago de Atitlan, una bonita ciudad mexicana recién fundada, fue destruida por las piedras, lava y ceniza que cayeron de un volcán activo que nadie notó.
Igual pasó en Guatemala en 1541, allí otro volcán estalló destruyendo la ciudad en miles de pedazos, obligando que los habitantes fueran a fundar la ciudad de nuevo unos metros más lejos.
Ideas anticuadas
Quizá como parte indispensable de la medicina hipocrática, la fundación de la ciudad tenía que obedecer a los principios miasmáticos, esto quiere decir que la ciudad debía ser construida en un terreno donde el viento soplara mucho, donde el sol saliera por delante de la ciudad y los espacios fueran bien protegidos del calor o la humedad, no se permitía construir al nivel del mar por salud.
Los españoles no detallaron que si talaban árboles erosionaban el suelo, pues con ello podían permitir que hubiese avalanchas de tierra y piedras. Tampoco se fijaron en las crecientes de los ríos, ellos en temporadas de lluvia podían inundar la ciudad, como pasó muchas veces en muchísimas ciudades, incluso en la misma Tenochtitlan la ciudad fue inundada porque nadie arregló los diques.
Con el tiempo los nuevos habitantes americanos aprenderían de ello. Muchas veces tuvieron que cambiar la ciudad, cosa impensable para los europeos, pues ellos al fundar no podían deshacer el acto fundacional, aun así muchas veces lo hicieron. Los motivos siempre giraron por evitar de nuevo un nuevo desastre natural, las personas eran reubicadas en ciudades. Hubo casos en que se tuvo que reubicar una ciudad más de tres veces.
Mudando ciudades
El caso emblemático de los traslados de ciudades fue Guatemala, ella fue trasladada tres veces porque los terremotos de Santa Marta y la lava volcánica del Volcán de Agua la sepultaron dos veces. En el Valle de Panchoy creyeron que no pasaría nada, incluso el ingeniero Juan Bautista Antoneli, dijo que era un lugar propicio para una ciudad por estar muy bien rodeada por agua, bosques y buen clima. Lastimosamente no se percataron de los terremotos que destruirían la ciudad unos años después.
Guatemala fue fundada de nuevo muchos kilómetros más allá. Luego de dos fundaciones anteriores, la corona permitió la reconstrucción. Muchos creyentes le daban su causa a la falta de fe, así que en estas mudanzas se castigaba fuertemente a los indígenas por sus dioses ancestrales, hasta el punto en que los sacerdotes perjuraban sobre las razas americanas.
No todas las mudanzas eran por los desastres. Mientras los pueblos se iban fundando y los esclavos se escapaban, se permitía que las ciudades más chicas se establecieran en otras más grandes. Así la administración colonial podía tomar los impuestos más fácil.
El traslado de ciudades en la época del infortunio
Otro motivo que ocasionó el traslado de ciudades era el declive demográfico. En Colombia, Perú y Ecuador fue muy común que los indígenas murieran por miles a causa de las horripilantes enfermedades traídas en los barcos. Como se sabe los indígenas no conocían la gripa, la viruela y el sarampión, siendo el motivo central de muchos descensos. Las poblaciones que sobrevivían eran llevadas por la fuerza a otras ciudades.
Otro motivo de los abandonos y refundaciones se debe a la extensa piratería holandesa y las hostilidades de los grupos indígenas que asolaban las poblaciones a flechazos y fuego. Muchos pueblos quedaron totalmente abandonados para siempre por este motivo y se presume que en ellos quedaron fantasmas ancestrales que impiden el paso por estos resquicios olvidados, como en la ciudad Santa María la Antigua del Darién, la primera fundación en Suramérica.
La mayoría de causas que propiciaron los abandonos de ciudades fueron ambientales como vimos atrás, otras causas fueron por la violencia y las enfermedades. Aun así siempre se buscaba crear otros emplazamientos. Los conquistadores aprendieron con el tiempo de sus errores, desarrollaron ciudades cada vez más inteligentes aunque muchas personas pagaron con su vida para que esto sucediera.
Grandes poblaciones de miles de personas tuvieron que ser movidas y reestablecidas y los administradores coloniales no dejaban hacerlo fácilmente, la mayoría de veces que se mudaron de ciudades, los habitantes tenían que construirlo todo por su cuenta y además se les cobraba más impuestos.
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